Cuando salgo de La Hune o cruzo la plaza de San Germán de los Prados (Azorín dixit), recuerdo con frecuencia El Perseguidor (In memoriam, CH.P.), que comienza justamente en esa esquina. Y me asaltan algunas notas de April in Paris, Just friends, o la fabulosa Ornithology. La clientela ya no es la misma. Pero la brisa perfumada de abril nos devuelve intactas ilusiones. Un saxo solitario o quinteto anónimo ataca Roses de Picardie, muy alejadas de la versión de Montand, en la lejana estela de la versión de Sidney Bechet, que busco y no encuentro, antes de volver a Summertime.
Cascante says
¡Batalla!
maty says
Señores, pongámonos en pie: bitacoreo hecho literatura.
Lo breve, dos veces bello.
PD: tanto premio bitacoril esta semana, y nadie se acuerda de ti, salvo quien subscribe. La red padece idénticos males que la vida real, pues su esencia son las personas.
PD2: comienza a preocuparme que te dedique tantas lisonjas, aunque te las merezcas. ¿Por qué no se las dedico a otros? Me gustaría, mas reina la mediocridad.
PD3: algún año hemos de tomar un largo café en París o un buen vino de misa en Tarragona. Por cierto, para darte sana envidia, el otro día caté un maravilloso vino de misa De Müller de una botella (sin etiquetar) que tiene más de tres décadas de antigüedad, buenísimo. Botella escondida entre las pertenencias familiares, redescubierta pocos días antes.
Juan Pedro Quiñonero says
Hola, Maty..
Ayer te puse un corey by gmail, ¿te llegó?
Lo de tomar algo en París, aquí me tienes, atado a la pata del curro. Salvo esta semaña: mañana me voy en coche, con niños y perros rumbo a Aix-en-Provence y
Sobre Tarragona, why not?.. cara al verano.
Sobre los vinos de misa.. pués efectivamente, son algo serio.
Oye: a beber no sé si con o sin ninguna moderación.
Q.-
maty says
Sí que lo recibí, uno tuyo y otro de Javier Monjas, ambos de agradecimiento.
Tu correo creo que está contestado en este hilo, el de Monjas requiere una respuesta más elaborada, pero dentro de unas horas.
Los vinos de misa son algo serio. En Tarragona se produce casi la totalidad que se consume a nivel mundial, Vaticano incluido. Esa botella es especial. Es a granel, pero de los selectos, tengo entendido. Lo triste es que soy el único que sabe apreciarlo en la familia ¿triste? NOOO, afortundamente, tooo paa mí. Lo encontró el otro día mi cuñada, y a probarlo, tras cambiar de botella para el filtrado del precipitado -me contaron-. Por suerte no tuvimos que ir a urgencias.
El mundo de los vinos dulces es muy desconocido y despreciado. También sé de un excelente moscatel alicantino… que tras probarlo desechas las ideas preconcebidas al respecto.
En esta vida sólo presumo de una cosa: nunca me he emborrachado. A veces he tenido el puntillo, pero he sabido parar. Cuando tocaba conducir, lo tenía muy claro. Eso sí, he tenido que cargar con muchos borrachos, cuando participaba y formaba parte de la organización de la mejor fiesta estudiantil de BCN y resto de España. Todavía recuerdo su evolución: los primeros años, la gente llegaba normal, luego muchos se emborrachaban. Al final, ya llegaban colocados.
Fíjate si soy sibarita, que años atrás, antes del botellón, mucho antes, yo llevaba mi petaca, con un buen ron caribeño o un bourbon de esos que me gustan. Así conseguía tres objetivos:
1º Sabía lo que bebía (no me fiaba de muchos bares y su alcohol)
2ª Me ponía mucha menos cantidad, si lo acompañaba con una cola.
3ª Me ahorraba bastante dinerillo, en mis tiempos de mayor penuria económica (léase estancia estudiantil en BCN)
Entonces muchos me miraban raro al sacarla, pero cuando compartía su contenido, cambiaban de opinión.
El alcohol está para saborearlo, padalearlo, no para colocarse. Y cuanto más tiempo se espacíe en su consumo, más se valora.
Resumiendo, yo apuesto por la calidad antes que por la cantidad.
Juan Pedro Quiñonero says
Matyyyy..
NO encuentro sillas para meterme debajo, tras tus andanzas por casa de JV.
Sobre vinos..
Sin entrar en cavas y champagnes, lo que me van son Margaux, Ribera y Somontano, por ese orden. Ahora dicen que se hacen muchos buenos vinos por infinitos lugares. No sé. Hay unos setenta y tantos margaux.. dejé de contar cuanto conocía poco menos de cincuenta. Riberas.. no sé. Y somontanos conozco mediadocena corta.
No hay cuerpo que aguante la bebida en cantidades.
Los recuerdos de una botella de Brane Cantenac (Margaux) son tan sublimes e inolvidables como los recuerdos carnales. Artaud decía que el espíritu comienza en la piel..
Q.-