Diplomacia, nación, Estado, Terror y proyección internacional de la fuerza y la influencia. Europa, Américas y Mediterráneo. “A perro flaco, todo son pulgas”. La lucha policial contra ETA también tiene un precio, en París.

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Y ese precio es una cierta sumisión diplomática en la escena internacional.

Recuerdo mi ilusa ingenuidad, creyendo en voz alta que España merecía una gran diplomacia propia, trasatlántica, preguntándole a Felipe González, hace ya tantos años:

-A la luz de la importancia de su lengua, su historia y su cultura, ¿no podría España imaginar una diplomacia propia, que no fuese siempre un mero seguimiento de la doctrina impuesta en París y Berlín, incluso pidiendo ayudas económicas pagadas por los contribuyentes europeos?

-Hoy por hoy, las cosas son como son. -Me respondió González, sabio y estoico.

Pocos años más tarde, en un briefing off, en el Elíseo, le pregunté a Jean-Louis Bianco (actual consejero emérito de Ségolène):

-¿Qué ocurrirá si España no compra a Francia las locomotoras del AVE?

-Francia lo interpretará como una decisión no amistosa. -Respondió Bianco. Traducción libre de la época: “Etarras a cambio de locomotoras”.

En vísperas del primer viaje oficial de Sarkozy a Madrid, como presidente, hace pocas semanas, le pregunté a David Martinon, su portavoz oficial:

-¿Cuál es el “precio” de la colaboración policial contra ETA?

-No debe usted olvidar que los gendarmes franceses dan su sangre para luchar contra ETA…

Cuarenta y ocho horas más tarde, tras el diálogo Sarkozy – Zapatero, España se sumó al proyecto parisino de adopción de un Tratado europeo “simplificado”.

La doctrina oficial de la UE en materia de relaciones euro mediterráneas continúa siendo el llamado Proceso de Barcelona. Sarkozy espera aparcarlo, sustituido por un proyecto de Unión mediterránea. Angela Merkel hizo públicas sus reservas la semana pasada. Quizá los intereses españoles (lucha contra ETA incluida) aconsejen el estancamiento indefinido del Proceso de Barcelona, en beneficio de futuro Proceso de París.

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Y el PP esperando que Sarkozy haga campaña electoral a su favor, en Madrid…