Torrentes de naderías ocultan la realidad enfangada del escándalo Dominique Strauss-Kahn (DSK).
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DSK,Nueva York, 1 junio 2011. Foto, Reuters.
Es muy probable que el testimonio de Mafissatou Diallo (32 años) haya perdido credibilidad.
La mujer que denunció a Dominique Strauss-Kahn (DSK) por intentar violarla, en una habitación del Sofitel de Nueva York, pertenece al pueblo nómada más grande del mundo, el pueblo fulani o peul, y quizá se haya perdido en un proceloso laberinto judicial, tras haber mentido y ¿ser prostituta? ¿ser cómplice en tráfico de drogas..? La felación y el caviar. Strauss-Kahn contra una negra peul / fulani.
Mientras la justicia neoyorquina sigue su curso, el escándalo ha permitido desenterrar una realidad biográfica e histórica, moralmente fangosa.
El semanario Le Nouvel Observateur y los diarios Liberation y Le Monde -los medios más proclives a tratar con simpatía a la izquierda francesa; y, en particular, al PS- llevan semanas recordando con mucha piedad esa realidad fangosa, pero sin concesiones.
El Nouvel Obs. fue el primero en recordar a DSK frecuentando un conocido “club” de “intercambio de parejas”. Liberation ha contado de manera muy prolija la oscura historia de DSK acosando a un número llamativo de señoras y señoritas. Le Monde publicó este mismo sábado una doble página insistiendo en “detalles” de un “pasado” muy oscuro, recordando en “anécdotas” muy crudas: un ministro (DSK) cuyos colaboradores cuentas chistes sobre las señoras que han “caído”; un líder político siempre al borde de lo indecible, siempre preocupado por ocultar y camuflar una realidad siempre maquillada ante la galería…
Sea cuales sean las peripecias de la inmigrante negra -pobre y miserable ¿prostituta? ¿traficante? ¿embustera?- y el brillantísimo político, ex ministro y ex director gerente del FMI, las revelaciones precipitadas por el escándalo, tardías y maquilladas, con frecuencia, dejan al descubierto un campo de ruinas morales.
Sin duda, los millones de Anne Sinclair, la sufrida esposa de DSK, su fabulosa colección de obras de arte, permitirán reconstruir muchas cosas, tras la solución judicial (¿?) del escándalo. Pero hay cosas que no pueden comprarse con dinero. Y esas cosas también cuentan en una campaña política -presidencial, francesa-, incluso en la vida de una organización política que aspira a hablar de honestidad y moral pública. De ahí la “confusión” relativa del PS francés.
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Antonio says
Gran articulo J.P., da gusto leerte.
Saludos.
JP Quiñonero says
Antonio,
Hombre… en ese plan, casi me obligas a pedirme un aumento de sueldo, que no podré concederme, tal como está el patio, la crisis, etcétera… Graciasssssssssssss
Q.-
Antonio says
Bueno…yo tampoco te lo concedería porque ya eres suficientemente «rico»…al menos en talento e ingenio.
¡No seas avaro!
JP Quiñonero says
Antonio,
Hombre… puedo pagarme con déficit o descubierto bancario; con lo cual, tendrá que venuir el BCE a pedirme rigor presupuestario…
Q.-