Europa y los espíritus

MuseoLázaroGaldiano, Las Brujas.

Parábola, alegoría bien actual: Europa y los espíritus.

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L’Europe des esprits ou la fascination de l’occulte, 1750-1950… 500 obras, 150 objetos científicos, 150 libros, reunidos en el Musée d’Art moderne et contemporain de la Ville de Strasbourg (una de las capitales de la Europa política), en una gran exposición, comisariada por un grupo de especialistas, bajo la dirección de un gran maestro, Serge Fauchereau.

Cuando Europa se interroga por su incierto destino, intentando escapar al abismo de una crisis saturnal que puede prolongarse durante muchos años (Angela Merkel dixit), esta exposición ilumina un rostro esencial de la historia espiritual de Europa: nuestra fascinación por lo “oculto”, los “espíritus” (espiritismos incluidos, claro está), las brujas, los demonios, convocados en una mesa de camilla “ilustrada”, a la espera que las voces de ultratumba nos hablen de nuestro atormentado presente.

Quizá sea justo y trágico que la gran presencia española en esta exposición sea una obra capital de Goya: Las brujas… el hombre (no solo español; pero español, de entrada), atormentado por una pesadilla que no cesa, un “concilio” de brujas e íntimos demonios, amenazantes como una pesadilla histórica.

La obra más épica y eternamente actual sobre el hombre europeo, presente en esta exposición, quizá sea El Caballero, la Muerte y el Diáblo de Durero… heroica y melancólica visión del hombre de nuestra civilización, en eterna guerra con sus inquietantes demonios.

Paradoja tragicómica: un grabado de L’Ilustration journal universel, del 7 al 14 de mayo de 1853, pudiera utilizarse hoy para ilustrar alguno de los cuatro o cinco grandes consejos europeos reunidos este año para intentar convocar y escuchar (¿?) a un esquivo “espíritu europeo”.

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Alberto Durero, El Caballero, la Muerte y el Diablo.