Saint-Sulpice, 25 mayo 2009. Foto JPQ.
Para el narrador de la Recherche, el tema oriental de las aves pareadas (“les oiseaux accouplés..”) es una parábola sobre la resurrección, la muerte y la epifanía del amor.
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Proust descubrió en los tejidos de Fortuny una de las variantes de esa fábula visual, recurriendo a ella para evocar la revelación, agonía y muerte del amor entre Albertine y el narrador.
Fortuny, por su parte, había estudiado y trabajado el tema de las aves pareadas a través de su legendaria colección de tejidos: su fuente última era el gran arte andaluz y mozárabe de los siglos IX al XIII.
Don Manuel Gómez Moreno subraya en su estudio sobre las iglesias mozárabes y el arte español de los siglos IX al XI la importancia del tema de las aves pareadas en los capiteles de las columnas de algunas iglesias asturianas y leonesas del siglo XII; y muy anteriores.
En su historia del tejido de seda, Otto Von Falke reproduce una tela de Salamanca del siglo XII, para ilustrar con mucha precisión la importancia del tema oriental de las aves pareadas en el gran arte andaluz de los siglos X al XIII
Siglos más tarde, Proust se sirve de las telas y trajes de Fortuny para recordarnos cómo quedaron trabadas las vidas de Albertine y el narrador de la Recherche, a la manera de aves pareadas, símbolos de la muerte y la resurrección, tatuada su piel con las huellas de una epifanía que perdura después de la muerte del amor y los amantes.
Je savais bien qu’elle ne pouvait me quitter sans me prévenir; d’ailleurs, elle ne pouvait ni le désirer (c’était dans huit jours qu’elle devait essayer les nouvelles robes de Fortuny), ni décemment le faire, ma mère revenant à la fin de la semaine et sa tante également. Pourquoi, puisque c’était impossible qu’elle partît, lui redis-je à plusieurs reprises que nous sortirions ensemble le lendemain pour aller voir des verreries de Venise que je voulais lui donner, et fus-je soulagé de l’entendre me dire que c’était convenu ? Quand elle put me dire bonsoir et que je l’embrassai, elle ne fit pas comme d’habitude, se détourna – c’était quelques instants à peine après le moment où je venais de penser à cette douceur qu’elle me donnât tous les soirs ce qu’elle m’avait refusé à Balbec – elle ne me rendit pas mon baiser. On aurait dit que, brouillée avec moi, elle ne voulait pas me donner un signe de tendresse qui eût plus tard pu me paraître comme une fausseté démentant cette brouille. On aurait dit qu’elle accordait ses actes avec cette brouille, et cependant avec mesure, soit pour ne pas l’annoncer, soit parce que, rompant avec moi des rapports charnels, elle voulait cependant rester mon amie. Je l’embrassai alors une seconde fois, serrant contre mon cœur l’azur miroitant et doré du grand canal et les oiseaux accouplés, symboles de mort et de résurrection. Mais une seconde fois elle s’écarta, au lieu de me rendre mon baiser, avec l’espèce d’entêtement instinctif et fatidique des animaux qui sentent la mort. [ .. ] [MP, Recherche… Je savais bien qu’elle ne pouvait me quitter sans me prévenir].
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Las negritas son mías.
- París, Proust. Albertine, maniquíes y princesas durmientes en el bosque encantado del tiempo.
- París, Proust. Velázquez, la nuca de Albertine y la inmortalidad del alma.
- París, Proust. Victoria contra la muerte, en los Campos Elíseos.
- París, Proust. Charlus en la Concorde, antesala del Infierno.
- París, Proust. Gilberte, Albertine, Odette y nuestra crucifixión.
- París, Proust. La huida de las adolescentes en flor y la crisis.
- París, Proust. Albertine y los abismos de la pasión.
- París, Proust. El lunar de Albertine, frente al mar y en la intimidad.
- París, Proust. El dandi y la cortesana, ante a Notre-Dame.
- París, Proust. El salón donde se cruzan los vivos y los muertos.
- París, Proust. La belleza, niñas, mujeres y brujas.
- París, Proust. Botticelli y el cuerpo mortal y rosa de Odette.
- París, Proust. Piernas cruzadas y fantasmas nocturnos.
- París, Proust. El bosque de las amazonas.
- París, Proust. Poseer a Madame, al anochecher, frente al lago.
- París, Proust. La pastelería y el sexo.
- París, Proust. El claro de luna y la crisis de nuestra civilización.
- Quiñonero en el hotel sadomasoquista de Proust.
- París, Proust. Mme de Guermantes, el buqué de flores y la creación.
- París, Proust. El pie y las artes de la seducción y el placer.
- París, Proust. St.-Augustin y el Ángel de la historia.
- París, Proust. St.-Lazare, prodigios e infierno.
- París, Proust. Esquina nocturna, 2.
- París, Proust. Tentaciones e inseguridad.
- París, Proust, rutas de Fortuny y Sara Bernhardt.
- París, Proust, despojos de un jardín legendario.
- París, Proust, esquinas nocturnas y spleen.
- Paris, Proust, esquina nocturna.
- La casa donde Proust escuchó la Sonate de Vinteuil.
- Peregrinaje a Balbec – Cabourg.
- Fotografía y París en este Infierno.
SaintGermain,30enero2012 y Saint-Sulpice, 25 mayo 2009. Fotos JPQ. Tela española, anterior a 1118, Salamanca, reproducida por Otto Von Falke en su historia de los tejidos de seda.
inacabable Proust, inacables telas de la prosa, inacabables y bellas fotografías…
José Julio,
«El mar, sin cesar comenzando…», si,
Q.-
PS. «Las nubes, las nubes..«
¡Ah! ¡Qué admirables vueltas y revueltas!
Jesús,
¡¡!!!!…
Q.-
PS. Gratitudes.