En Caína, todo es ideología. La vida política, gubernamental, incluso jurídica, está sometida al Imperio del Terror ideológico: la acción política más común consiste en destruir la palabra, el rostro y la vida cívica del adversario. Sin embargo, el diccionario de la RAE da de ideología dos definiciones que ocultan las metamorfosis endemoniadas de esa palabra, precipitando numerosas catástrofes universales, desde hace más de dos siglos.
El diccionario de la RAE define ideología de este modo: (Del gr. ἰδέα, idea, y -logía). 1. f. Doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas. 2. f. Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.
El diccionario peca por omisión. Desde 1800, idéologie también tuvo una connotación profundamente peyorativa, que ha conservado y como tal ha sido denunciada por los mejores analistas de la cosa pública, la filosofía política y el Terror, siendo la idéologie [Dictionnaire historique de la langue française, bajo la dirección de Alain Rey, Ed. Robert], un laberinto de “discussions, analyses portant sur des abstractions sans rapport avec les faits et la réalité positive”.
Esa acepción endemoniada de idéologíe / ideología es la más frecuente en Caína, donde lleva dos siglos causando estragos.
Para mi sensibilidad, la mejor crítica filosófica de la ideología es la de Hannah Arendt, quién demostró en su día (Los orígenes del totalitarismo, 1951) como la ideología es indisociable del fenómeno totalitario (nazi-comunista), con el que tiene en común rasgos indisociables: un sistema de interpretación “definitiva” del mundo; una pretensión a la omnisciencia para explicar todos los acontecimientos pasados, presentes o futuros, presta a suplantar a Dios y la teología religiosa en el altar de la Razón (ideológica) y la teología política o ideológica. No es un secreto que tal metamorfosis desalmada se consuma históricamente en París, entre 1789 y 1793.
Luis Rivera says
Cita Compter-Sponville, tomándolo de Marx, que la ideología dominante es la ideolo´gía de la clase dominante. Lógicamente, desde el punto de vista de Marx, segmentado el mundo en una pirámide jerárquica de clases (anñalisis que no es totalmente incierto), la clase dominante necesita ejercer una ideología a la que atraer amigos e identificar enemigos. Sucede que el enemigo de la ideología no es quien habla contra ella en ejercicio crítico, sino quien actúa en el terreno de la acción contra ella. Pero naturalmente la ideologia dominante conlleva enfrentarse al peligro antes de que se ejerza kla acción y actúa contra el acto de hablar.
Esta reflexión conduce pues al fenómeno extudiado por la Arendt en “Los orígenes…”, salvo que ella no alcanza a percibir la presión ideol´çogica que se vive hoy en día desde los grupos políticos en España, que establecen de partida el mecanismo al que antes he hecho referencia en el párrafo anterior: “quien no tiene mi ideología es enemigo de ella.”
Este juego no es solamente español, en Francia es muy habitual: desde el antocomunismo visceral hasta el antifachismo (no el fascimo verdadero) de la la izquierda sobre la derecha. Sucede igual en Italia.
Le hoy una vez decir a Savater, a una señora que le espetaba en una discusión que a fin de cuentas, “todas las ideas son respetables” un principio que yo aplico siempre, porque me parce concepto fundamental para nuestros días: “las ideas no son respetables, dijo, las personas si”.
El término ideología, creo yo, que se toma hoy en su acepción márxista, no en vano la intelectualidad europea vivió un baño marxista en las decadas 50-70.
Reconstruir el significado de la palabra a sus acepciones
JP Quiñonero says
Luis,
Bueno… la acepción segunda del dico. de la RAE resume bien el concepto de ideología, en tanto que “visión global”. Me parece un fallo importante que ese diccionario de referencia desconozca la acepción no menos universal y mucho más endemoniada de “discussions, analyses portant sur des abstractions sans rapport avec les faits et la réalité positive”. Ya que cuando esas abstracciones también creen saberlo todo, sobre todo lo divino y humano (omnisciencia), suplantado Dios por el Ideólogo, se abren las puertas a todos los abusos, crímenes y descarríos.
Que cada español tenga la ideología que estime oportuno me parece muy bien. Yo si creo que hay ideas más respetables que otras: el sofista me parece peligroso, por momentos. Por el contrario, cuando la Ideología (de cualquier signo) es un mero catálogo de abstracciones alejadas de la realidad positiva, quienes la usan (y aquí vuelvo a España, sus políticos, sus gobernantes, sus periódicos, etc.), se me antojan algo muy parecido a policías de la peor especie carcelaria, consagrados a la destrucción del rostro, la palabra, incluso la vida cívica del adversario,
Q.-
PS. El Ideólogo es uno de los rostros contemporáneos (el más zafio, si no el más dañino) del Demonio, personaje bien actual, “el que todo lo niega”, en la definición del Fausto de Goethe.
garcia says
Todo es necesario.
Como dice Antonio en su Nota (23/04/2009 00:11:12) al Informe Iron Mountain, “Este es el fallo del sistema legal que hay que mantener oculto y defender con las armas [también con el terror ideologico] porque a sus amos les interesa. Su inestabilidad es patente y la mejor manera de hacerlo menos inestable es conseguir un Gobierno Mundial único del dinero, moneda única y banco emisor mundial (FMI futuro) propiedad eso sí, de los 300 amos del mundo, que son los que promueven ese sistema. Si además los ciudadanos están semiesclavos, tanto mejor; menos riesgo papra los Trescientos.”
Supongo que conocerán cual es el fallo del sistema del que se está hablando.
JP Quiñonero says
García,
Bueno…
Q.-
Antonio Rubio Plo says
Muy buena definición de ideología a la francesa. Quizás la Rae no la incluye porque muchos españoles la identifican con su religión particular y exclusivista. Tienes razón. Todo empezó en Francia con Robespierre y sus compinches. Pero alguna responsabilidad debió de tener Mirabeau pero se murió para no verlo. No sé por qué Ortega admiraba a Mirabeau. Estaba destinado a perder la partida como Ortega en la Segunda República.
JP Quiñonero says
Antonio,
Te agradezco un montonero tus palabras… Sí, creo que se trata de un problema de fondo. Esa cuestión “filológica” tiene algo de basura tóxica… pudriendo muchas cosas en la vida pública, ay…
Avanti..!
Q.-
Pablo Eugenio Fernández says
En qué punto estamos, Quiño.
Cuando leí, y bien que estudié, De la Inexistencia de España, encontré unas páginas que iluminaban la posibilidad de una casa común, un hogar donde todos, con nuestras diferencias, nos sintiéramos a gusto.
Hoy soy pesimista. Esa solución cultural se me antoja imposible. El espectáculo del congreso de los diputados anunciando tiempos apocalípticos dependiendo de la determinación del tribunal constitucional, me ha parecido deprimente.
Cerremos todas las instituciones, para qué la justicia, los parlamentos, los ciudadanos.
“La vida privada ha muerto”, oí ayer a Pasha, Strelnikov, mientras veía, de nuevo, Doctor Zhivago.
Tú crees, Quiño, que con esa presión yo puedo dar anestesias, el maestro dar una clase o el juez dictar una sentencia, ay..!
JP Quiñonero says
Pablo,
Me resulta emocionante leerte.
Sí … De la inexistencia de España termina con unos versos de Luis Rosales, evocando una posible casa común…
Y, antes que nada, se trata de una cuestión cultural, que Raymond Aron resume así: “… [de entrada] es necesario que todos o la mayoría quieran vivir juntos y se reconozcan en un mismo sistema de ideas, [es necesario que] una misma forma de legitimidad sea válida por todos. Antes que una sociedad pueda ser libre, es necesario que sea una sociedad” … España en crisis… ¿Existe todavía una sociedad española..?
Hay razones para ser pesimista:
–El Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas.
–De la inexistencia de España, nueva edición.
Q.-
José says
Tenéis razón. Creo que no hay vida privada ni sociedad. Hasta ahora solo algunos países vivieron ciertas temporadas con una cierta seguridad agradable. Sobre todo las élites y los rentistas varios.
Pase lo que pase, tenemos nosotros
la ametralladora Maxim, y no los otros.
Escribía Hillari Belloc a finales del diecinueve. Es el verdadero lema del Imperio. Pero todo cambia y avanza. Hoy hasta los chorizos tienen ametralladoras y muy perfeccionadas. No sólo somos víctimas de la ideología la religión la cultura . Las armas nos atemorizan tanto como la miseria el desorden la insatisfacción de las necesidades mínimas y la multiplicación de los deseos . Cuando se niega la vida o la posibilidad de la buena vida a una parte de la población estos se rebelan y más cuando se sabe que son la mayoría. Creímos en un progreso que en realidad se cumplió mientras estaba en manos de unos pocos pero las mayorías democratizadas exigen lo que tienen las élites pocas y escasas. Una vez tengamos fábricas energia y este todo automatizado las armas serán de todos . Habrá unos instantes para el sentido común y poder cambiar de dirección sino la oscuridad de la noche en la que todos los gatos son pardos llegará. Ni los gatos podrán cazar ratones independientemente del color que tengan.
JP Quiñonero says
José.
Oséase, un lío que puede durar años… a garrotazos…
Me temo que es lo que hay.
A ver,
Q.-
Fina says
Quizás con más sentido común podría existir una “sociedad”, una posibilidad de entendimiento para salir de tantos líos.
Pienso si será una utopía creer en “…la posibilidad de una casa común, un hogar donde todos, con nuestras diferencias, nos sintiéramos a gusto”.
Veremos…
JP Quiñonero says
Fina,
Temo que la vida política española y el sentido común … ay …
Q.-