La crisis de fondo en el vespertino Le Monde se precipita en el hoyo negro del recorte de plantilla.
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AFP. Foto, Joel Saget
CRISIS DE IDENTIDAD, CRISIS ECONÓMICA
Huelga histórica en el mundo del periodismo francés. Por segunda vez en su historia, por vez primera desde 1976, el vespertino Le Monde no pudo publicarse ayer tarde, como consecuencia del paro masivo de todo el personal periodístico, administrativo, técnico y comercial, como protesta contra unos proyectos de reforma y supresión de puestos de trabajo que la dirección, en crisis, igualmente, considera “imprescindibles”.
La huelga en Le Monde no solo es una primicia histórica, en un periódico donde la Sociedad de redactores continúa teniendo un voto decisivo para el control de la empresa, es algo más urgente y dramático: la crisis de identidad profesional y empresarial se está convirtiendo en un conflicto laboral sin precedentes.
La crisis de identidad profesional ha sido estudiada en muchas ocasiones: ventas declinantes, pérdidas sistemáticas, sucesión de equipos directivos, sucesivamente enfrentados y en crisis de gestión.
La crisis empresarial viene de muy lejos. Desde hace poco menos de treinta años, sucesivos directores y equipos de gestión se han enfrentado al mismo problema de fondo. La Sociedad de redactores tiene mayoría y derecho de veto a la hora de nombrar el director y tomar decisiones empresariales importantes.
CRISIS EMPRESARIAL
Esa crisis empresarial estalló de manera brutal durante el fin del mandato oficial del antepenúltimo director, Jean-Marie Colombani, sustituido por un “triunvirato” que solo duró unos meses en el cargo. La nueva dirección, en cuarentena, consiguió forzar un acuerdo que pudiera permitir, en su día, una nueva ampliación de capital, con nuevos repartos de poder e influencia en la gestión empresarial del periódico.
Para “facilitar” la ampliación del capital / poder de accionistas minoritarios (Lagardère y Prisa), la dirección de Le Monde ha avanzado un plan de reformas y recorte de plantilla, muy duro. La dirección propone la supresión pura y simple de 130 puestos de trabajo, que pudieran afectar a 80 o 90 periodistas.
Ese recorte de plantilla ha sido recibido con escándalo entre redactores, técnicos, comerciales y administrativos del periódico. La huelga fue votada por 251 empleados, con 4 abstenciones y ningún voto en contra.
La huelga de Le Monde afecta a varias publicaciones del grupo, donde se temen los “efectos colaterales” de la más grave de las crisis recientes del periódico, víctima del endeudamiento y su nula rentabilidad crónica, enquistado en el inmovilismo de la auto satisfacción permanente.
Durante los meses de noviembre y diciembre pasados, Le Monde estuvo parcialmente paralizado, víctima de los enfrentamientos entre el triunvirato director y la Sociedad de redactores. Dimitido el triunvirato directivo, el nuevo director, Eric Fottorino, se enfrenta a la primera huelga en el periódico desde hace treinta y dos años, sin atreverse a tomar la palabra, en una asamblea, “para no correr el riesgo de un abucheo”.
La dirección considera “imprescindible” su reajuste de plantilla, que los sindicatos y la Sociedad de redactores consideran “brutal”. Comienza un forcejeo dialéctico temible para la credibilidad del periódico.
- Liberation, Au Monde, “on n’arrive plus à faire confiance” y “Un quotidien isolé ne peut survivre durablement”.
- Antecedentes de la crisis, en este Infierno: La entrada de Lagardère y Prisa en Le Monde abre una nueva crisis y Le Monde, a la deriva.
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