Angela Merkel y Nicolas Sarkozy están preparando el día después de la presumida victoria electoral de la canciller de Alemania.
[ .. ]
Tras varios años de tanteos y desencuentros, la pareja franco alemana está encontrando una complicidad de mutuo interés en terrenos estratégicos: gestión mundial de la crisis, relaciones trasatlánticas, nueva OTAN, nuevo ejecutivo de la UE, construcción europea… incluso las próximas elecciones presidenciales francesas.
El dúo Merkel-Sarkozy ha preparado al alimón la cumbre de Pittsburg, en la gran tradición de las iniciativas franco-alemanas que más tarde aprueba el resto de Europa. París y Berlín piden al unísono un “cambio de estrategia” en Afganistán. La canciller y el presidente ya están repartiéndose puestos de influencia en la nueva Comisión europea.
En el terreno estrictamente bilateral, con evidentes implicaciones europeas, Sarkozy y Merkel trabajan desde hace meses en una “refundación” del Tratado del Elíseo, crisol de la privilegiada relación franco-alemana, con muchos flecos europeos: enseñanza de una misma historia europea, incremento de los consejos ministeriales franco-alemanes, incluso creación de un posible cargo especial de “sabio” o “ministro” franco-alemán, que ambas partes utilizarían como cizaña contra sus respectivas oposiciones socialdemócratas.
Hace años, la esposa de Jack Lang, ministro de cultura de François Mitterrand, reveló que Gerhard Schröder había “propuesto” a su esposo el cargo de ministro de cultura… ¡alemán! En Berlín y en París, los socialistas prestos a coquetear con la canciller y el presidente son agua bendita. Y el presidente Sarkozy maneja las ambiciones de viejos “elefantes” para sembrar la cizaña entre sus adversarios. Merkel y Sarkozy pudieran utilizar las ambiciones de un personaje como Lang para encarnar un puesto de “sabio” franco-alemán que tendría la ventaja de lanzar nuevas iniciativas con impacto, atizando divisiones entre socialistas.
- Alemania, Francia y Diplomacia en este Infierno.
Deja una respuesta