Saint-Sulpice, 18 noviembre 2010. Foto JPQ.
A su manera, desastrosa, el caos de los aeropuertos también nos recuerda el destierro de los españoles en España.
[ .. ]
Los controladores iluminan el resto de las crisis españolas con su manera castiza de usar la puntilla en la cerviz del vecino: dejándolo en la estacada por venganza hacia otro.
Don Ramón Menéndez Pidal ya lamentaba que en España no hubiese ni un solo monumento al primero de sus héroes, Rodrigo Díaz de Vivar.
Gran historiador, Henry Kamen nos recuerda que se trata de una cuestión que viene de muy lejos…
“España no es un país, no tiene ni un sólo héroe” [ .. ] “Ni unos ni otros quieren cambiar su enfoque en la manera de ver la historia de su propio país” [ .. ] “Si compartieran los mismos ideales, la misma bandera y el mismo himno, los españoles aceptarían sus divisiones como ocurre en las familias. España no es una familia” [ .. ]
Don Pío Baroja lo había dicho de esta manera: “.. esta España que se arrastra de unos a otros, sin hallar jamás unos hijos que la traten como a una madre”.
Temas muy míos, como olvidarlo:
–Una de las formas más castizas de ser español es vivir en el destierro.
–España, víctima y madrastra de los españoles.
[ .. ]
“España no es un país, no tiene ni un sólo héroe”
Madrid, 3 dic (EFE).- “España no es un país, no tiene ni un sólo héroe”, afirma a Efe el historiador británico Henry Kamen, quien lamenta que sigan existiendo los dos bandos surgidos hace dos siglos y que defiendan sus ideas con la misma “ferocidad” y “visceralidad”.
Kamen (Birmania, 1936) hace esta reflexión en una entrevista al hilo la publicación de su nuevo libro, “Poder y Gloria. Los héroes de la España Imperial” (España), y lo hace con “tristeza” ante la evidencia de que “ni unos ni otros quieren cambiar su enfoque en la manera de ver la historia de su propio país”.
El problema que subyace, en su opinión, es “una falta de patriotismo”: “Si compartieran los mismos ideales, la misma bandera y el mismo himno, los españoles aceptarían sus divisiones como ocurre en las familias. España no es una familia”.
España adolece de una “ética del patriotismo”, dice, y, por eso, al héroe, añade, se le ha negado “un papel reconocible”.
Los españoles se han sentido más atraídos por las ficciones ideológicas, como El Cid, o los personajes salidos de la literatura antiheroica, como el archifamoso Don Quijote de la Mancha, señala.
Para sacar a los héroes potenciales de la negación histórica, Kamen, especialista de la historia de Europa y de América, recupera la vida y obra de diez “héroes”, diez personajes que tuvieron un papel protagonista en el Imperio Español de los siglos XVI y XVII.
Se trata, y por este orden, de El Gran Capitán, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Carlos V, Fernando Álvarez de Toledo, Duque de Alba; Don Juan de Austria, Alessandro Farnese, Ambrogio Spinola, el Cardenal Infante Fernando de Austria y el duque de Berwick.
“Esos hombres tuvieron un papel excepcional, fueron héroes y dejaron su huella en la historia”, subraya Kamel, autor de una veintena de obras, entre ellas “El enigma de El Escorial”.
Los diez tienen además en común el haber sido hombres de armas, muchos de ellos extranjeros, cuyas hazañas y reputación traspasaron fronteras, ya que los campos de batalla y los intereses del imperio español se encontraban sobre todo en Europa y también en América.
“Quería insistir en el tema militar -explica- porque interesa, muchos se identifican con militares de la misma manera que lo hacen con futbolistas porque son gente que juega a la vista de todos”.
Algunos de los personajes que Kamen eleva al altar de héroe cayeron en el olvido o sus logros no fueron reconocidos en su época.
Para ver el alcance de su fama, al final de cada capítulo el autor refleja la iconografía que han dejado en la historia del arte.
Los museos son “las hemerotecas del pasado, aunque por desgracia -dice- no hay tantos retratos de estos personajes pero siempre son interesantes, y curiosamente casi todos son obra de extranjeros”.
Las vidas de los diez héroes de Kamen se suceden cronológicamente y, aunque algunos son coetáneos, con cada capítulo el relato va avanzando en la historia, desde el inicio del imperio hasta su fin.
Y de la mano de historiador y atrapado por la apasionante vida de los protagonistas, el lector recorre Venecia, Nápoles, Milán, Túnez, Barcelona, Madrid y cruza el Atlántico para desembarcar y guerrear en México y Perú.
De Gonzalo Fernández de Córdoba, “El Gran Capitán” (1453-1515), Kamen destaca que es “el gran olvidado de la historia de Europa y de España”, mientras que a Hernán Cortés (1484?-1547), el artífice de la conquista de México, le califica de “auténtico héroe”, que “mereció más de lo que al final consiguió”.
Francisco Pizarro (¿?-1541) es, dice, “un gran misterio”, “logró una gran hazaña y desapareció en un baño de sangre, y al final no hizo mucho”, pues la creación del virreinato de Perú fue después.
Carlos V (1500-1558), por contra, fue “un gran hombre: humanista, artista, guerrero, amante de muchas mujeres, con una visión espléndida de las posibilidades de ser emperador. Fue un fuera de serie”, subraya.
El Duque de Alba (1504-1582) fue “un gran militar, pero con una mente muy cerrada. Su regla básica era obedecer y al final lo único que consiguió fue que todo el mundo le odiara”.
“Una gran estrella, pero una estrella fugaz” fue Juan de Austria (1547-1578), “un hombre -señala- con muchas posibilidades que nunca llegó a desarrollar porque murió muy joven”.
El italiano Alessandro Farnesse (1545-1592) fue “el general más importante de España del siglo XVI y uno de los más admirados de su tiempo. Pasó su vida sirviendo a España pero sin ser reconocido”.
Su compatriota Ambrogio Spinola (1569-1630) tuvo, por su parte, la mala fortuna de presidir “el derrumbe del imperio, pues dirigió el ejercito cuando todos los factores eran negativos”.
El Cardenal Infante Fernando (1609-1642) fue, según Kamen, “el único soldado que España produjo” en el siglo XVII.Y por último, James FitzJames, primer duque de Berwick, fue un “gran soldado internacional que amó tres países, Inglaterra, Francia y España, y acabó sin gloria en ninguno de ellos”.
¡Quiño! A 3.km. de mi casa tengo a miles de ciudadanos secuestrados por unos acontecimientos que traspasan lo TOLERABLE.
Ddespués de pasar una noche pegado a Radio y TV, cada hora que pasaba, aumentaba mi estupor ante la inutilidad de los poderes públicos.
Han militarizado la solución del problema y la Sta. Chacón ante la TV, pone cara de tragicomedia. El ejército espanyol no tiene capacidad ni está preparado para sustituir a más de dos aeropuertos medianos. Ahora son las 9.30 h. y no han entrado en funciones ni un 20 % de ellos.
Se espera que esto acabe como el Rosario de la Aurora.
Unicamente toma esto con importancia INTERECONOMÍA TV, -lo que faltaba-. Los demás medios, televisivos no han hecho ningún cambio en sus programaciones hasta la 9.30 h.
Se espera que el consejo de Ministro declare el Estado de Alerta, pués está reunido en sesión extraordinaria. Mientras tanto el jefe de la oposición S. Rajoy esta secuestrado en la isla de Lanzarote sin poder salir. O sea que no tenemos ni Jefe de Gobierno sustitutivo……
Seguiré el proceso…..
Cualquiera que lea la historia de España sabe que el desprecio por las héroes es inevitable. Esto si que es memoria histórica.
España no tiene vértebras porque ninguno de los citados se encargó de fabricarlas.
Comparado con los Reyes Católicos, con los Austrias o los Borbones, Ferrán Adriá es un becario de la deconstrucción.
Un saludo desde el hielo,
______________
España adolece de una “ética del patriotismo”, ¿Carece?
Con independencia de esto ¿qué es la ética del patriotismo?
J.Moreno, Miguel…
J.Moreno,
Tu relato es bueno: y bien ilumina esa patética realidad, si.
Miguel,
“… el desprecio por los héroes es inevitable…” Efectivamente, eso es memoria histórica: de ahí que la historia de los controladores tenga algo de profundamente trágico,
Q.-
Estimado Q, me interesó en su día la perspectiva que adoptaba el bengalí respecto de nuestras cosas, en los tiempos en que Alianza publicó en rústica por primera vez lo suyo sobre la Inquisición, que ya ha llovido. Me temo, y es una pena, que hace tiempo que le preocupa más vender libros que el rigor en sus análisis, que si no carecen siempre de la agudeza de antaño, si están ahora teñidos de una mezcla de desprecio e insólita altanería más propia del holandés taciturno que de un historiador . Mira, sin ir más lejos, la obra que ahora promociona y por la que se manifiesta tan desacertadamente – me ha parecido una colección de cromos, con la discutible excepción de su aproximación a Berwick y a Fernando de Austria. Las suyas no dejan de ser declaraciones que buscan una polémica que arrastre al consumidor, que parece el público que busca Kamen ahora.
Un detalle más, al hilo del comentario de J. Moreno sobre la capacidad operativa del Ejército del Aire: simple cuestión técnica, la militarización no significa que deban ser sustituidos los huelguistas por operadores militares, sino que quedan aquéllos bajo la autoridad militar. Otra cosa es que tanto el chantaje de los privilegiados controladores como la reacción del gobierno hayan sido para salir corriendo.
Phil,
Bueno… Kamen me parece un gran historiador y gran especialista en cosas de la historia de España. No he leído esa última colección de ensayos. En toda bibliografía hay altos y bajos. No creo que busque mucha polémica… lo que dice y yo recojo ya lo decía hace muchos años. Pero, bueno…
Q.-