El Estado, los sindicatos y las vícimas de la crisis.
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Las grandes centrales sindicales dan un giro revolucionario a sus políticas de normalización e integración sonámbula de los trabajadores que trabajan y se disponen a lanzar acciones contundentes, contra la crisis:
-Liberados pagados con subvenciones anuncian la realización voluntaria de trabajos de utilidad cívica, para incrementar la productividad de las administraciones públicas sin aumentar la masa salarial, siguiendo el modelo de muchas ciudades norteamericanas en bancarrota.
-Expertos judiciales inician el estudio de querellas penales contra gobernantes municipales, regionales o estatales cuya imprudencia o mala gestión pudiera haber sido catastrófica para la economía local, regional o nacional, siguiendo el modelo islandés.
-Expertos contables inician el estudio detallado de los presupuestos municipales, regionales y estatales, para denunciar las partidas que gravan la economía colectiva con gastos de representación, subvenciones y políticas “culturales” (¿?) no siempre tan urgentes como la sanidad, siguiendo el modelo alemán de control del gasto.
-Expertos culturales (escritores, poetas, dramaturgos, cineastas, fotógrafos, etcétera) anuncian su participación gratuita en el saneamiento de los medios com. e incomunicación oficiales, a través de programas alternativos de orientación pedagógica: se prohibirá la participación de políticos profesionales y se propondrán políticas que iluminen y den visibilidad a las disfunciones de las administraciones públicas.
Etcétera.
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Grandes dirigentes sindicales anunciando al presidente del gobierno que renuncian a las subvenciones y han decidido pasarse a la acción directa.
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