Pont de la Concorde, 19 octubre 2011. Foto JPQ.
A juicio de Nicolas Sarkozy, España no está en primera línea de los problemas de la zona euro, gracias a los esfuerzos de Zapatero y la responsabilidad de Rajoy.
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Quién si está en primera línea de la crisis europea es Francia, que corre el riesgo de perder su AAA. A juicio del vespertino Le Monde, Sarkozy y el PS “deben” cogestionar las amenazas que pesan sobre la triple A de Francia, a la vista de una degradación inexorable de las cuentas del Estado, que viene de muy lejos.
Fueron Angela Merkel, el BCE y el FMI quienes impusieron a Zapatero una disciplina que el primer ministro español se vio forzado a aceptar, abandonando todas sus convicciones (¿?). Si se cumplen los pronósticos electorales, le tocará a Rajoy buscar dinero y soluciones para tapar los agujeros de una deuda colosal.
Sarkozy, por su parte, es víctima de su propia retórica: la deuda francesa ha continuado creciendo bajo su mandato, tras haber prometido la “ruptura” con el inmovilismo de izquierdas (Mitterrand) y el inmovilismo de derechas (Chirac). ¿Podrá la “cogestión” Sarkozy – Hollande evitar la degradación de la triple A francesa?
La UE promete salir de la crisis acumulando gigantescas montañas de dinero, consagradas a tapar los agujeros de colosales deudas. Quizá el euro podrá salvarse. Quizá España evite nuevas degradaciones de su cota nacional. Quizá Francia evite la degradación de su AAA.
Alguien tendrá que pagar, mañana, unas deudas que amenazan con hipotecar el trabajo de una o dos generaciones de españoles, franceses, europeos.
Grave historia.
Laura,
Grave, si, me temo: una generación hipotecada, o así,
Q.-
Querido Q.-,
mi madre, como yo, también adoraba a Gardel. Y ahora te digo “Mentira, mentira, NO quise decirle… “- que es lo que yo oía-.
Parece ser que la letra de la cancion dice: “YO quise decirle…” pero el resultado es el mismo.
Sarkozy, miente, como siempre. Y los bancos, tratados en una anterior entrada tuya, también. Al menos en España, ningún gobierno les engañó. Al contrario, siempre reciben su ayuda. Les engañó su codicia convirtiéndose en cómplices de la especulación inmobiliaria, en “promotores” parece que se llama, y “obligando” a sus clientes a pedir préstamos. Entre tantas otras cosas.
Maty,
disculpa, no quiero ofenderte pero si uso el Explorer y no el Firefox que también tengo es por los muchos “favoritos” guardados, una pereza, que dirían las Señoras. A pesar de esta debilidad más, ya sabes que siempre te doy la razón en casi todo. Salvo en que no escribas un libro sobre informática para los tontos. Ya sabes que en Francia hay una colección de “Tal materia… para los nulos”. Tiene mucho éxito y se aprende mucho. Sólo te falta ponerte en el mismo lugar que el ignorante. Yo te ofrezco mi ayuda, desinteresada y anónima, por supuesto. No me cuesta nada ponerme en el lugar del nulo.
Siempre me pregunto por qué Q.- no nos echa de su casa de una vez.
Y ya que hablamos del verbo “echar”, echo mucho de menos en este blog a Gatopardo. Hay que ver lo que nos reíamos…
Un abrazo
Carmen
Querida Carmen,
Creo que los bancos mienten menos que los políticos: los políticos mienten de manera patológica, mienten como hablan, cada palabra es una palabra falsa. Comprando deuda pública, los banqueros se han dejado “engañar”… vamos, que lo que pierden por un lado lo sacan por otro. En este caso, lo que pierden (¿?) con deuda tóxica lo cobrarán a los pequeños ahorradores. Y el recorte del crédito nos afectará a todos.
…
En ocasiones, recuerdo a Mme Marie… a raíz de una historia de nacionalismos arremetió con mucho brío contra… a la vista del tono crudo que tomaba la cosa, me tomé la libertad de dar por terminada la batalla. Se fue y no ha vuelto nunca. Quizá hizo bien. Yo hubiese hecho lo mismo,
Abrazos,
Q.-
Querido Q.-,
tal como lo dices ahora te doy la razón. Mentira patológica de los políticos, y “engaño” de los bancos, que nunca pierden.
Yo también me acuerdo de Mme Marie pero en mi humilde opinión, no se ha ido de este blog. Interviene bajo otro nombre.
Carmen, ayudante del doctor Watson.
Querida Carmen,
Bueno… me gustaría pensar que aciertas, y que fuese cierto que Mme Marie nos visita, disfrazada de… ¿??… en definitiva, yo, es otro, decía R., antes de largarse a Abisina y no volver a dar señales de vida. El misterio siempre tiene un aura (¿?) que no tiene la realidad monda y lironda, pero bueno,
Q.-
Querido Q.-,
pues mi impresión es que aquí hay un misterio. Que ni Maty podría resolver porque estoy segura de que Mme Marie ha cambiado de dirección IP. Si Maty se dignase tener en cuenta mi parloteo le preguntaría si hay otros métodos para averiguarlo, aunque de todas formas no entendería su respuesta, o sea que…
Por cierto, hoy he asistido a la presentación de un libro y yo, que nunca hago preguntas al autor, por timidez, me he decidido y le pregunté si querría leernos algún pasaje de su obra. Al menos, ahí, quizás se decidió parte del número de ejemplares vendidos. Tirada modesta, claro está, estamos en provincias y, además, el hombre tiene el mérito de hacer ficción autobiográfica-crítica literaria (eso creí entender) sobre Annie Ernaux, que aquí nadie conoce. Tú, como autor ¿crees que fui impertinente? El parecía contento, y sorprendido, pero con los escritores nunca hay que fiarse ni un pelo. Son muy suyos.
Tampoco entiendo por qué la editorial no aprovecha y no ofrece en ese momento ejemplares para vender porque yo hubiera comprado uno, y más gente que allí estaba. ¿Es eso muy prosaico?
Carmen, ni de Watson, ni de Holmes, como mucho de Mortadelo y Filemón.
Querida Carmen,
Solo se me ocurre prometer una recompensa a quién nos de una pista de Mme Marie, camuflada o silenciosa o lo que sea.
Sobre autores… están, estamos, a la atormentada espera de un lector, una lectora… encontrar una lectora como tú, tan generosa, y pidiendo una lectura pública, eso es milagroso… como para regalarte todos los libros inmediatamente, claro,
Q.-
Ay, querido Q.-,
los libros hay que pagarlos, como todo en la vida, y eso es mejor, más liberador, porque cuando te “regalan” algo, la factura es mucho más sutil y dolorosa.
Pedir al autor que lea su obra, bien mirado, es como esas demostraciones de algún producto que se hacen en la vía pública o en casas privadas. Debería ser obligatorio.
Mme Marie, naturalmente, me hará quedar mal, ya lo sé, y no se “manifestará”. Como Victor Hugo, habrá que recurrir a las “tables tournantes” o algo así.
Carmen
Querida Carmen,
También yo prefiero comprar los libros en los que pongo alguna esperanza.
Me temo que Mme Marie se fue un poquito cansada de cierta monotonía, atraída por otras cosas, otras perspectivas.
Q.-
PS. En tiempos descreía del “juego” del vaso. Ya sabes, un vaso sobre una mesa que “habla” moviéndose de letra en letra de un alfabeto desplegado en círculo, en una mesa… al final, yo mismo fui capaz de hacer que se moviese el vaso, y dijese lo que yo deseaba que dijera. Dificil de creer, pero cierto, oye. Nada de “brujería”: la fuerza del espíritu.