Aparece hoy por todas partes, haciendo muecas circenses de cartón piedra.
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Vista de cerca -a un metro de distancia, quiero decir- Nothomb es una mujer sensible, ligeramente atormentada, vestida sin gracia, con algunas arrugas prematuras, ligeramente lúgubre, imponiendo la barrera de la “buena educación” para no responder o salirse por la tangente cuando no desea responder a una pregunta que la incomoda, mintiendo, si es necesario, para maquillar un personaje ficticio.
Vista en los papeles -a la distancia que el marketing impone, para preservar la imagen convenida- Nothomb sigue apareciendo ultra maquillada, con un sombrero circense, haciendo piruetas verbales para no incomodar a este o aquel “fragmento” de su mercado.
El personaje y su imagen se venden como cosa moderna, o post moderna. O como sea. Y el personal traga.
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“¿No venderá su foto a ningún periódico..?” me preguntó. “No, Madame, no”, respondí yo, una brizna irritado por unas reticencias que no tienen Patrick Modiano o Claudia Cardinale.
Mis respetos, Madame.
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AlbinMichel, rue Huyghens, 18 abril 2011. Foto JPQ.
- Fotografía y Escritores en este Infierno.
¡Chapeau por el retrato! Por la foto y el texto; aunque yo añadiría otro adjetivo: anodina (como somos casi todos, vaya).
Teresa,
Mujer… nada como el mejor perfume: el agua limpia y fresca, dando lozanía a una piel naturaca, que son las más apasionantes; todo eso de los perfumazos y afeites es de una gorrinería de padre y muy señor mío, oye.
Q.-
PS. La realidad es sagrada, y, como tal, muy bella. Los gorros circenses y los afeites son cosas para señoritas sin fuste.
Pues si que están machacando con la señora. Doble página en Babelia, etc. Un amplio sector del público parece creer que un punto de extravagancia incrementa la calidad del autor y esta buena señora se aplica a ello. Se ha vuelto un estereotipo cansino.
Juan Luis,
Marketing y publicidad saben mucho sobre las tragaderas del personal,
Q.-