George Steiner subrayó la trágica paradoja: quienes organizaron el genocidio podían ser “melómanos” y “coleccionistas”, con las manos manchadas con sangre humana…
[ .. ]
Hermann Göring descubriendo a los maestros impresionistas en el museo del Jeu de Pomme, ca. 1941 / 1942. Col. Archivos Nacionales de Francia.
[ .. ]
Göring, El verdugo del III Reich, legendario cartel de John Heartfield.
Hoy se publica el Catálogo Göring, un documento histórico excepcional: la relación crítica y anotada de los 1.376 cuadros, 250 esculturas y 168 tapices que el número 2 del III Reich robó a los museos franceses y europeos, acumulando un fabuloso tesoro de obras maestras entre las que se encontraban piezas de Durero, Brueghel, Rubens, Poussin, Boucher, Watteau, Vermeer, Renoir, Manet, Matisse, entre otros gigantes “degenerados”…
Se conocía la historia del expolio nazi de los museos europeos. Se han escrito libros, se han filmado películas, contando la historia de ese capítulo “cultural” de la historia de la barbarie nazi, robando a punta de pistola decenas y centenares de miles de obras de arte a particulares (judíos, masivamente), instituciones públicas y museos de toda la Europa ocupada por la Wehrmacht.
Se sabía, también, que Hitler fue el primer “beneficiario” y “coleccionista” de esos inmenso tesoros. Por el contrario, no se había publicado nunca, hasta hoy, el catálogo razonado de las obras de arte robadas y atesoradas por el número 2 del régimen nazi, -Hermann Wilhelm Göring (Rosenheim, 12 de enero de 1893 – Núremberg, 15 de octubre de 1946- figura prominente del Partido Nazi, lugarteniente de Hitler, creador de la Gestapo y comandante supremo de la Luftwaffe, un monstruo apocalíptico, sediento de odio, poder y… riquezas artísticas robadas a punta de pistola por los oficiales de los ejércitos de ocupación nazis.
Ese Catálogo, único en su género, ha estado guardado durante setenta años en los archivos diplomáticos del Quai d’Orsay, en París y varios depósitos de provincias. El monstruo nazi llevaba personalmente la “contabilidad” de su tesoro, con una minuciosidad de amateur ávido de riqueza y obras excepcionales.
Laurent Fabius, ministro francés de asuntos exteriores, ha considerado oportuno publicar ese Catálogo en una edición crítica, con prólogo y notas, para mejor comprender la siniestra aventura y su dimensión histórica, incluso comparándola con los más recientes actos de barbarie del Ejército Islámico, destruyendo obras capitales del patrimonio de la humanidad.
“Göring comenzó ordenando la destrucción de obras de arte degenerado”, comenta Laurent Fabius, agregando: “Pero pronto se convirtió en “coleccionista”, ávido de lucro, ebrio de poder”.
Hasta el fin fáustico del III Reich, Göring amontó los tesoros robados, no solo en París y los grandes museos franceses, en una residencia de recreo palaciego, a unos sesenta kilómetros de Berlín, en Carinhall, donde deseaba construir un gigantesco “museo” a mayor gloria del III y su propia figura emblemática, monstruo que figura junto a Hitler, Stalin y Mao en el panteón de los más siniestros personajes del siglo XX.
Monstruo con unos gustos de “gran patricio”. Llegó a ser “propietario” de medio centenar de Cranach. Escogió personalmente muchas obras exquisitas de Cezanne y Matisse, que los oficiales de la Wehrmacht robaban para él.
Una modesta funcionaria del antiguo Museo del Jeu de Pomme, donde en otro tiempo estuvieron las grandes colecciones de pintura impresionista, Rose Valland, fue testigo de aquellos robos. Y tuvo la feliz idea de escribir un diario, contando por lo menudo las visitas de Göring, “estudiando” las obras que deseaba robar para su propia colección personal. Ese diario de una funcionaria, jugándose la vida, nos ayuda a comprender, hoy, la “mecánica intelectual” del cerebro de un criminal de Estado.
Auschwitz, Buchenwald, el Arte, la Música, la Cultura y el futuro de nuestra moral.
Gracias, gracias, es imprescindible conocer esta historia. Y a Rose Valland
Pues encantado de la vida, Irene. Rose Valland, gran Señora, efectivamente.
Q.-
Hace un par de años leí un documentado libro acerca del saqueo artítico de Europa en la guerra, dónde el Carinhall y el futuro museo de Linz eran uno de los epicentros de la barbarie, destrucción y saqueo de obras de arte.
Los del Daesh (o ISIS) son unos aprendices al lado del aquelarre destructor que sufrió Europa de la mano de Göring & Co prinicipalmente, pero no solo ellos fueron los únicos ladrones a gran escala.
Sobre (contra) Goering hay que leer las frases que Ciano le dedica cada vez que le ve en ese documento excepcional para comprender la época que es su “Journal politique” (del que se acaba de publicar en bolsillo – en la colección Tempus Perrin – la primera edición francesa completa y anotada).
Goering es el nazi que más desprecio (y hasta repugnancia física) le inspira.
Josep, Lejano…
Josep,
Quizá lleves razón. Más allá del robo y el expolio… quizá se trató de un proceso / intento de destruir los fundamentos de nuestra civilización. Gasear masivamente seres humanos se inscribía en un proyecto que también negaba el arte y la cultura “denunciando” sus derivas “decadentes”.
Lejano,
El que sabe, sabe. Toomuch para mi estómago, lo de Ciano, incluso reconociendo su condición de documento de primera importancia, claro.
Q.-
@ JPQ
Si la época (1937-1943), los delirios fascistas y nazis vistos desde el interior, la guerra civil española y la actitud de Franco durante la Segunda guerra mundial, o más generalmente los entresijos del Poder, su funcionamiento y sus manipulaciones, o cómo se escribe la Historia y qué parte enorme tiene en ella el azar o la estupidez humana, deberías leer ese libro vertiginoso escrito por un tipo inteligente, cultivado, bastante lúcido políticamente, en el sentido de que siempre estuvo contra la guerra, contra la entrada de Italia en ella al lado de
los alemanes y vio venir bien (mucho mejor que el zopenco de Mussolini) todos los estragos que iba a causar en su país. Era anglófilo y muy anti-alemán (fue fusilado por los nazis en 1943). Gracias al hecho de estar casado con la hija del Duce, fue ministro de Asuntos exteriores a los 33 años durante una de las épocas más terribles de la historia de Italia. En su Diario da una imagen alucinante de su suegro, un cretino con cuatro ideas fijas y una estupidez política absoluta, y de las élites italianas (sobre todo militar), dignas de una república bananera. Sin olvidar a Hitler y sus acólitos principales, una banda de iluminados y de gánsters a los que parece increíble que nadie en Europa osara parar los pies antes de la declaración de la guerra.
Se me olvido el “te interesan” tras ” la estupidez humana”…
Lejano,
Seguro que llevas razón. Te agradezco el consejo.
..
Me pillas navegando por otros mundos:
-Relectura de Calvino.
-Un ensayo sobre los desastres económicos de los últimos treinta años en Francia.
-Una revisión de la geografía proustiana, que es una lección que tengo bastante trabajada.
Avanti..!
Q.-
¿Juan o Italo Calvino? 😉
¿Qué ensayo es ése – de los muchos que hay – sobre los desastres económicos franceses de los últimos treinta años?
Y la “revisión de la geografía proustiana”, ¿de qué género es? ¿”Pendoneada” con la cámara de fotos en ristre? ¿O literaria?
Lejano,
Ayayay…
–Le gachís français, de Jean-Marc Daniel… conclusión : Francia está muy mal administrada desde hace más de treinta años… No ha tenido un presupuesto equilibrado desde 1974.
–Le Paris de Proust, de Michel Erman… un pequeño libro sabio, resumen de las sabidurías de su autor, que son muchas. Muy interesante para el gran público. Un poquito corto para el personal más sabelotodo:
–Proust y el amor… Aves enlazadas en la catedral del tiempo.
–París, Proust. El hotel de Sodoma y Gomorra…
Q.-
Yo diría que Francia está muy mal administrada desde hace más de 40 años. Cuando yo llegué a Francia, en 1980, había casi 14 % de inflación. Y al primer ministro de entonces, el profesor de economía Raymond Barre, se le ponía a caer de un burro por sus fracasos económicos. En 35 años nada parece haber cambiado. Los problemas económicos de Francia son los mismos…
Gracias por “le tuyau” del libro de Erman, que no conocía y que voy a buscar.
Y una pregunta: ¿nunca has tenido ganas de hacer una Guía (personal) de París? ¿O por lo menos una Guía literaria de París? ¿O únicamente una Guía de los escritores hispanohablantes en París?
Lejano,
Si… Un día le pregunté a Jean d’Ormesson… “¿Cuando cree usted que comenzó la decadencia de Francia?” “En 1940”, respondió sin vacilar.
Una guía de París… si alguien me propone la cosa, lo haré encantado. Hace años, una institución oficial que encargó que escribiese una guía del París de Azorín… lo hice (fotos incluidas). Me pagaron. Y enterraron mi texto no sé donde, sin publicarlo, nunca.
Se agradece…
Q.-
Yo conocí y traduje a un célebre filósofo que solía decir que la decadencia francesa comenzó con la sangría humana de Napoleón, que Francia nunca se había recuperado de aquella aventura y que la puntilla fue la segunda sangría que constituyó la Primera guerra mundial.
En cuanto a las guías, hay que hacerlas y luego proponerlas a las editoriales, porque a la banda de incompetentes que las dirigen en España no se les ocurrirá jamás una idea tan lógica y comercial como la de encargar a alguien que conoce bien París y la literatura y que además es fotógrafo, una guía literaria y artística de París, por ejemplo..
El libro sobre el París de Azorín podrías recuperarlo, ¿no? Los contratos por un libro están limitados en el tiempo y las editoriales pierden sus derechos sobre él si no lo publican al cabo de unos años.
Lejano,
Ah… si, las aventuras militares, finalmente fallidas, siempre, fueron un rosario de tragedias nacionales. El nuevo frente se encuentra en unos suburbios multiculturales que se han convertido en un cáncer pavoroso.
Las guías… me siento incapaz de mover un dedo sin cobrar, o sin promesa de cobro. Qué quieres.
Azorín… no escribí un libro; escribí una suerte de guía azoriniana. El día que se me ocurre publicaré esas veinte y treinta página en este Cuaderno. Se trata de un formato farragoso. Tiempo al tiempo.
Avanti..!
Q.-