Saint-Germain, 9 enero 2018. Foto JPQ.
¿Cómo hacerle justicia..?
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A mi manera, recordando el más legendario de sus libros, metáfora del héroe caído en el infierno de la gran ciudad: Steiner se adentra en el mar de los sargazos (Jean Rhys) de las metamorfosis del héroe de nuestra civilización → George Steiner, en el New Yorker.
… “Haunted places are the only ones people can live in” [ .. ] “Nobody Else Knows Me, but the Street Knows Me” [ .. ] Suddenly, she looked exhausted in the gathering dusk. “Well, I’ll leave you to your twilight,” the visitor said. “I’ll leave you to your twilight,” she repeated, musing, “That’s a lovely title, isn’t it?”… Jean Rhys’s Urban Flaneuses: Mapping “Good Morning, Midnight” → Jean Rhys: Voyage of a Writer.
Recuerdo a Jean Rhys despidiéndose de París en un bar de Saint-Michel una noche de invierno.
Anales del alba, en Saint-Germain.
Tras las huellas de David Hockney, rue de Seine 3.
Tras las huellas de David Hockeny, rue de Seine 2.
Tras las huellas de David Hockney, rue de Seine.
Merienda parisina, en Saint-Michel, cuando cae la noche.
Mañana, estimado, una temporada en el infierno, muy breve, en mi caso, de infiernillo, además, ni siquiera de alcohol (éste, quema), solamente como efímero pasajero de ese Tren del Infierno de verbena ancestral: barcas y norias movidas con las manos, caballitos de feria a los que todo niño deseaba subir, viejos coches de choque, tiro al blanco de grotesco guiñol, papeletas de rifa, lindas preadolescentes de las primeras minis, sandalias de plástico, vestidos descosidos, miran con infantil lascivia esas atracciones que el escaso peculio impide utilizar, polvo movido desde el suelo, un amago de fresco que atrae la madrugada cuando la feria cierra y los chiquillos ya se han ido. Y es el tinglado que mi mente apaña porque mañana me toca de hospital: pequeña cirujía, nada de miedo, infernáculo molesto, sin torturas ni saña, horas que pasan con más pena que gloria, exentas de oración al santo milagrero.
Ricardo,
Te deseo lo mejor… “paciencia…”
Te leo confiado… tus palabras iluminan una serenidad poblada de misterios y cosas tuyas, cosas íntimas, que tocas con gracia y envidiable precisión…
… avanti..!
Q.-