“Un puente se hunde, Europa, víctima de los demagogos nacionalistas…”.
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AFP, 30 agosto 2018, “Un pont s’effondre, c’est l’Europe” : Macron raille les “démagogues nationalistes”.
Emmanuel Macron asume gustoso el liderazgo imaginario de las “fuerzas europeas” presuntamente favorables a la inmigración que le atribuyen Matteo Salvini y Viktor Orban, esperando conseguir algunos réditos nacionales e internacionales que no parecen anunciar los sondeos ni la ausencia de alianzas tangibles y operativas.
Se trata de un duelo a primera sangre política que ambos bandos esperan ganar cuando los electores deban elegir el próximo Parlamento europeo, el mes de mayo de 2019.
Abrió el fuego Macron, en su discurso ante el Parlamento Europeo, el mes de abril pasado, anunciando una “guerra civil europea”, entre partidarios y adversarios de la “sociedad abierta”, denunciando el autoritarismo “iliberal” de Orban y los líderes europeos ultra nacionalistas: Emmanuel Macron , Viktor Orban, Le Pen, Quim Torra… guerra civil europea, guerra civil catalana
Siguieron meses de enfrentamientos muy tensos, hasta el martes pasado, cuando Viktor Orban, primer ministro húngaro, acompañado de Matteo Salvini, ministro del interior italiano, anunció la guerra que viene: “Hay dos campos en Europa. Macron está a la cabeza de las fuerzas políticas que sostienen la inmigración. En el otro bando estamos quienes deseamos parar la inmigración ilegal”.
Encantado, con ese nombramiento oficioso de líder imaginario de un “campo” por construir, Macron no dudó en coger la “percha”, declarando, en Copenhague, donde se encontraba en viaje oficial: “No cederé en nada a los nacionalistas y a los que promueven este discurso de odio. Si han querido ver en mi persona a su principal oponente, tienen razón”.
Cautos, Orban y Salvini no citaron a Angela Merkel en su filípica contra Macron, que continúa considerando a la canciller alemana como su principal aliada estratégica y espera conseguir otros apoyos, comenzando por España, en la cumbre europea del próximo 20 de septiembre, en Salzburgo.
El presidente francés ya expuso su visión muy matizada de la “sociedad abierta” que él defiende, en Europa, en el Consejo europeo del mes de junio pasado, proponiendo la creación de “centros cerrados” para internar inmigrantes ilegales, con un éxito por ahora invisible: los aliados europeos están muy divididos en todos los “frentes” de los problemas migratorios: las ayudas a los países de origen cuestan mucho dinero; el control de las fronteras comunes es motivo de tensiones permanentes; la acogida de barcos de refugiados suscita sucesivas batallas campales, con resultados muy modestos; la apertura de “centros cerrados” en países del Magreb no termina de cuajar; las opiniones públicas perciben con inquietud creciente la llegada controlada o incontrolada de inmigrantes, legales o ilegales…
Instalado en el podio oficioso de un liderazgo por construir, Macron cuenta con el apoyo velado pero real de Angela Merkel y espera conseguir nuevos apoyos de países más o menos reticentes, como Dinamarca o Finlandia. Macron contó en el pasado con el apoyo de Mariano Rajoy y cuenta hoy con el apoyo de Pedro Sánchez. Se trata de un “frente” variopinto, con intereses nacionales muy diversos y una eficacia por demostrar, en el terreno de una “solidaridad europea” a geometría harto variable.
Durante la campaña presidencial de 2017, Macron ya jugó y ganó el enfrentamiento entre los partidarios del “bunker europeo” (Marine Le Pen) y los partidarios de la “sociedad abierta” (él mismo). La incipiente campaña de las próximas elecciones europeas amenaza con repetir ese duelo, con un resultado harto imprevisible. Entre el 55 y el 65 % de los franceses estiman que en Francia hay “demasiados” inmigrantes. El 71 % de los franceses de 25 a 34 años estiman que la inmigración está creciendo a un ritmo “excesivo”. Apenas 3 de cada 10 franceses consideran eficaz la política de Macron de “control” de la inmigración.
Emmanuel Macron, Viktor Orban, Le Pen, Quim Torra… guerra civil europea, guerra civil catalana.
Sánchez, Macron y el comercio publicitario con la tragedia del Aquarius.
Sánchez y Macron navegan sin rumbo conocido en la tormenta europea de la inmigración.
Europa y la inmigración, un continente de viejos egoístas.
Las tragedias del Aquarius y los inmigrantes iluminan todas las crisis de Europa.
Si el agua la tierra el aire el fuego están en el mercado y tienen su precio como no lo va a tener el ser humano. Juan March decía que todos tienen un precio ( aunque no tengan valor) y el que no es gratis. Pla cuando le preguntaban de que política era siempre respondía de aquellos que permitan a la gente trabajar y vivir en paz y si tuviese que elegir otra profesión se haría “payes”. Hoy todos o la mayoría tenemos precios. Los politicos se dedican a la guerra por todos los medios. Los payeses están desapareciendo echados por las grandes corporaciones. El viejo muere y el feto no acaba de nacer y aun puede ser un aborto. La cultura europea monoteísta asiática (cristianismo, islam, judaísmo) no sirve para hoy. Hoy el animismo negativo ha vuelto no es el sol el mar el árbol… sino el coche la pantalla el avión…Lo abstracto acaba con lo natural. El equilibrio se rompe con esta cultura occidental mundial. Innovar y respetar podría ser el axioma para una nueva cultura de especie. Antes íbamos a cazar esclavos hoy los sustituimos por la técnica. Tenemos excedentes de biomasa y sabemos como aplicar la técnica para destruir lo orgánico. En política ficción se habla destruir la mitad de la población . Así se podría conseguir doscientos años mas de capitalismo. El populismo esta en la sociedad abierta y en la cerrada. La sociedad abierta (cerrada por las instituciones mundiales no democráticas) seria aquella en que todos pudiesen innovar y respetar todos y todo con la libertad del individuo ilustrado (solo decide el 1 por ciento que maneja el 90 por ciento del capital y estos si forman la sociedad cerrada y no los que sufren la transformación). Difícil veo la salida. Lo de buenos y malos es de otra época.
Jose,
Intento seguirte…
La cosa pudiera presentarse de esta manera:
-Cuando Macron habla de sociedad abierta, habla de las sociedades europeas & occidentales tradicionales… que tienen muchos defectos, claro está; pero funcionan a través de la democracia mal que bien representativa… Esas sociedades deben criticarse e intentar mejorarlas, sin duda.
-La tropa ultra nacionalista e iliberal quieren cambiar esas sociedades abiertas… Para Mal, para mi gusto: proponen sociedades autoritarias, que me parecen dañinas y muy peligrosas para todas las libertades, amenazadas por esa venenosa podredumbre política, para mi sensibilidad.
La gran tragedia de Europa, hoy, es que esa podredumbre venenosa ha crecido y continúa creciendo…
A ver que pasa…
Q.-
Sí, Josep,
Acabamos con lo natural y rompemos el equilibrio.
Pretendemos cotizarlo todo…
Sueño con la política de Pla, “la que permite a la gente trabajar y vivir en paz” y en una sociedad en que todos pudiesen innovar y respetar, con la libertad del individuo ilustrado”.
Esperemos el advenimiento de una nueva cultura…que nos pueda traer la salvación.