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Esquina rue de Seine / rue de Buci, 20 mayo. Foto JPQ.
Se conoce relativamente mal la historia de la ciudad de París fotografiada en color…
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La leyenda y la obra de los más grandes maestros, Eugène Atget, Brassaï, Cartier-Bresson, Doisneau, etcétera, etcétera, se hizo esencialmente en blanco y negro.
Existe otra historia fotográfica de París, mal conocida …
Albert Kahn, banquero, encargó a cuatro fotógrafos, Léon Gimpel, Stéphane Passet, Georges Chevalier y Auguste Leon, que fotografiasen París, en color, entre 1914 y 1918, según el procedimiento autocromo, inventado por los hermanos Auguste y Louis Lumière, en 1903.
Esa fue una de las primeras colecciones de cierta envergadura, compilando fotografías en color de París, inspiradas, con frecuencia, en la imaginería impresionista.
André Zucca fotografió en color el París ocupado por la Wehrmacht, entre 1940 y 1945.
Virginie Chardin (Paris en couleurs, de 1907 à nos jours) y François Ravelle (Premières couleurs de Paris, prises entre 1908 et 1930), entre otros, escribieron algunas de las primeras historias de la fotografía en color de París… París en color. Una colección de prodigios.
La obra maestra final y desconocida de Robert Doisneau, durante varias décadas, La banlieue en couleur, es un monumento melancólico y desencantado.
Willy Ronis también publicó una obra poco conocida, titulada Paris-couleurs.
Brassaï fotografió New York en color. Pero el suyo es un París en blanco y negro. Sin duda.
Cartier Bresson se equivocó profundamente, a mi modo de ver, desdeñando el color. El París de Elliott Erwitt es esencialmente en blanco y negro, también.
Saul Leiter, sin embargo, dejó imágenes parisinas, en color, muy bellas.
Robert Capa y Lartigue trabajaron el color parisino ocasionalmente.
Raymond Depardon fotografió en color a Édith Piaf y François Hollande.
La historia de los colores parisinos, los colores de Paris, inmortalizados por la gran pintura impresionista, tiene incontables páginas, escritas y por escribir. El París fotografiado de mañana será en color, a mi modo de ver.
En ese marco, para mi sensibilidad, recuerdo, por azar, una obra pionera y memorable, Couleur de Paris (1961), de Peter Cornelius, que tiene puesto importante. El legendario prólogo de Jacques Prevert es por sí solo una elegía a su ciudad natal, a la fotografía y la fotografía de París, en color, colores…
Homenaje a Joel Meyerowitz y la fotografía en color de París y las grandes ciudades.
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