
Carrefour de l’Odéon, 20 octubre 2022. Foto JPQ.
Consecuencia inmediata de la pérdida de soberanía eléctrica, 40 millones de franceses, el 60 % de la población, pudieran sufrir cortes de corriente a primeros de año.
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Elizabeth Borne, primera ministra del gobierno de Emmanuel Macron, lo ha anunciado veladamente, en estos términos: “Haremos todo lo posible para evitar los cortes de electricidad. Pero no hay que descartarlos, a primeros de año. Se tomarán todas las medidas necesarias”. Borne ha pedido “responsabilidad” individual y colectiva, aconsejando “reducir el consumo”.
Pap Ndiaye, ministro de Educación, ha abundado en la “advertencia”: “En caso de cortes forzosos de la electricidad, en las escuelas, colegios y universidades de las zonas afectadas no habría clases por la mañana…”.
Esa comunicación de crisis, informativa, ha atizado la más viva inquietud.
En la Francia rural, se teme lo peor para las escuelas, relativamente aisladas de los grandes centros urbanos. Se teme el riesgo de una “fractura social y territorial” entre zonas afectadas y no afectadas por los cortes. Entre maestros y profesores se han multiplicado las manifestaciones de la más viva incertidumbre.
Oficialmente, el gobierno ha prometido una información rápida y eficaz para las zonas y personas afectadas o potencialmente afectadas, a través de una página web especial, Ecowat.
Entre las empresas del sector energético la presión social ha crecido de modo importante, sin que directivos ni gestores puedan informar con claridad de los problemas por resolver, cuando el 60 % de la población nacional, 68 millones de habitantes, pudieran ser víctimas de cortes que el Gobierno espera anunciar con “cierta antelación”.
En las grandes aglomeraciones urbanas, al margen de los problemas individuales y familiares, son de temer cortes en el funcionamiento de ascensores y escaleras mecánicas. En los transportes públicos, trenes, metro y autobuses, se corren riesgos de la más diversa índole. En las escuelas y servicios públicos pueden plantearse problemas muy complicados. Entre las empresas de telecomunicaciones impera el silencio y las dudas: los cortes pudieran afectar a teléfonos de urgencia y servicios muy diversos.
El gobierno de Emmanuel Macron dice “esperar” y “poder evitar” los cortes de electricidad, a primeros de año. Pero, en verdad, nadie sabe qué puede ocurrir. Por el contrario, se han multiplicado las críticas de fondo. Yves Thréard, por ejemplo, escribe en primera página del matutino conservador “Le Figaro”: “Creíamos asegurada nuestra independencia eléctrica, gracias a nuestra industria nuclear. Y descubrimos que la sexta potencia económica mundial se dispone a vivir al ritmo de los cortes de electricidad, como un país pobre. Esta penuria es la consecuencia dramática del sabotaje de nuestra producción eléctrica, desde hace años”. ABC, Francia advierte de que al menos el 60 por ciento de su población puede sufrir cortes de electricidad.
Francia pierde su soberanía eléctrica, víctima de su “transición ecológica”.
La Francia de Macron coquetea con el inmovilismo pagado con Deuda pública.
El orden de un sistema solo se puede mantener con el desorden de otros. Cuando los otros están desordenados solo queda desordenar el propio para mantener pequeñas islas ordenadas hasta que se desordena todo. Los beneficiados de estos últimos doscientos trescientos…años se encuentran que la energía el calor el trabajo que necesitan para mantener un cierto orden ha desaparecido y poco a poco las máquinas se paran las ciudades se apagan los consumidores de energía de alimentos se encuentran en una tesitura que antes era de otros lugares. Ahora toca a los centros ordenados vivir en un desorden sin posibilidades de encontrar materiales suficientes que arreglen el estropicio de su propio sistema geopolítico.
José,
Pues vaya usted a saber… muchos franceses viven esta amenaza como una suerte de humillación nacional… algo hay de eso, me temo,
Q.-
Quiño,
No creo que sólo Francia corra el riesgo de cortes de electricidad…
Veremos qué ocurre en España, Grecia y otros países durante el año nuevo…Nos tienen agotados con tanto miedo, amenazas e incertidumbre.
Fina,
Llevas razón.
Siempre optimista, Macron ha dicho que prudencia, sin pasarse.
A ver…
Q.-