
Rue de Rivoli, 18 marzo 2023. Foto JPQ.
Señora de extrema derecha pidiendo derrocar al gobierno durante una manifa contra la reforma de las pensiones…
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Décima jornada de protestas, este martes, contra la aprobación, con un decretazo, sin debate parlamentario, de la reforma del sistema nacional de pensiones, con más de 300 manifestaciones previstas en toda Francia, caída de hinojos en una crisis nacional grave.
Las huelgas en todos los sectores estratégicos (ferrocarriles, transportes públicos, distribución de energía), agravarán los distintos frentes de la crisis. El puesto de Francia en Europa se deteriora llamativamente, cuando Emmanuel Macron y las izquierdas se tiran a la yugular política el riesgo de crisis institucional, en beneficio creciente de la extrema derecha liderada por Marine Le Pen.
Tras un fin de semana de violencias muy duras, contra la construcción de un gran embalse, en Sainte-Soline, en la región de Nueva Aquitania, la jornada nacional del lunes comenzó con un rosario de noticias inquietantes: el 15 % de las estaciones de servicio están sufriendo la penuria de combustibles; numerosos domicilios y oficinas de diputados próximos a Macron están sufriendo ataques de vandalismo; el Museo del Louvre se vio forzado a cerrar; se multiplicaron las acciones de protesta en universidades y ciudades de provincias…
Emmanuel Macron, por su parte, intentó poner a sus tropas en posición de combate, recibiendo a sus ministros y diputados para repetir las consignas básicas: “Flexibilidad sin ceder en lo esencial”.
El presidente lanzó personalmente su ofensiva contra las izquierdas unidas de la NUPES (Nueva Unión Popular, Ecológica y Social), que “une” de manera aleatoria a La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el PS, el PCF y EELV (Europa Ecología Los Verdes), declarando: “La extrema izquierda intenta privar de validez y legitimidad nuestro orden institucional. El próximo paso será intentar deslegitimar nuestro Tribunal Constitucional”.
El presidente de la República parece esta convencido que el Conseil constitutionnel (CC), equivalente al Tribunal Constitucional de España, dará su visto bueno a su proyecto de Ley aprobado con un decretazo. Se trata de una esperanza arriesgada.
La Francia Insumisa (LFI), desde la extrema izquierda, y Agrupación Nacional (AN), desde la extrema derecha, han presentado recursos ante el CC, estimando que la aprobación, con un decretazo, sin debate parlamentario, del proyecto de reforma del sistema nacional de pensiones, no ha respetado y si ha violado el orden constitucional. Élisabeth Borne, primera ministro, ha presentado otro recurso, ante el mismo CC, esperando recibir la aprobación constitucional. Si el Tribunal Constitucional aprueba el proyecto de Ley, los sindicatos sufrirán una grave derrota. Si el Tribunal no aprueba ese proyecto, el jefe del Estado será derrotado en el terreno capital del orden institucional. El CC solo dará su sentencia a lo largo del mes de abril.
Ese forcejeo a cara de perro favorece de manera espectacular a Marine Le Pen y su partido, AN. Las izquierdas están menos unidas de lo que pudiera parecer. Macron está asilado y “refugiado” en el Elíseo. AN es, desde hace años, el primer partido obrero de Francia y el partido más votado entre los jóvenes de menos de treinta años. Los sondeos de opinión confirman esa tendencia.
Más allá de la crisis inmediata, la batalla de las pensiones, Francia está viviendo la agravación de otra crisis de fondo, con un paisaje político en descomposición. Izquierdas y derechas tradicionales dividas y en ruinas. Extremas izquierdas y extremas derechas vociferantes y pujantes. Espectáculo agravado por la maloliente crisis de la no recogida de las basuras, en París, con un costo diplomático creciente.
La visita de Estado del Rey de Inglaterra, la semana pasada, debía reinstalar a Francia en la primera línea de la diplomacia europea, con un símbolo espectacular: Carlos III y el presidente Macron bajando, en coche descubierto, por los parisinos Campos Elíseos. La suspensión y aplazamiento indefinido de esa visita fue percibido como una penosa humillación nacional.
Berlín será el destino de la primera visita de Estado del monarca inglés, concebida y orquestada para restaurar las nuevas relaciones anglo europeas, tras la “renegociación” del Brexit, el próximo jueves, día 30. Carlos III no se dirigirá a Europa desde Versalles, si no desde el Bundestag alemán, en Berlín. ABC, La extrema derecha se beneficia de la crisis nacional que sufre Francia.
En los años noventa del siglo pasado se paseaban por las instituciones rusas como si fuese su casa y en los veinte de nuestro siglo se pasean por Europa como si estuviesen en su casa. Mientras tanto la Corona con sus democracias anglo entran en una crisis profundas incluso con el invento neo religioso del otro lado del Atlántico. Una ideología extrema con unos iluminados religiosos que compiten entre ellos por sus parroquianos por los desposeídos creando huestes iluminadas para sus amos. Descendientes de los tiempos en que si el amo enseñaba a leer la biblia a sus esclavos podía ser sancionado. Hoy cuando las poblaciones vuelven a un nuevo tipo de analfabetismo estructural aparecen los nuevos predicadores que llegan de las Américas y se expanden por todo occidente predicando las nuevos relatos irracionales. El resto del mundo que es la mayoría observan obnubilados sin entender a estos nuevos mesías que copan la mayoría de las pantallas predicando no se sabe qué. Los anglos con sus seguidores han entrado en un callejón oscuro en el que son víctimas de sus propias doctrinas irracionales donde solo el mecanicismo continúa exigiendo una racionalidad para que las máquinas no se paren. Es el nuevo mundo de los extremos que occidente se ha fabricado para si mismo y que los de fuera no quieren.
José,
Pues vaya usted a saber.
En Italia, Alemania, Inglaterra y Francia … la crisis o descomposición de los partidos tradicionales ha coincidido con la ascensión de las extremas derechas … En Francia, la extrema derecha de Le Pen es el partido más votado por los obreros desde hace más de veinte años … Es una realidad bien conocida por todas partes, salvo en España, donde la prensa sigue silenciando ese problema de fondo… cuando el socialismo y el comunismo francés apenas suman, juntos, mucho menos que la extrema derecha sola …
Q.-