A las tantas de la madrugada, Carmen me asalta con una locura: “Paco de Lucía es como Picasso..”
¿Qué decir?
Que Paco cambió el rumbo de la historia de la guitarra flamenca, de eso no hay duda. ¿Y cómo dudar que esa pacífica metamorfosis va mucho más allá?
Estuve en el primer concierto de Paco en el Teatro Real, en Madrid. Y ese es el rumbo que, a mi modo de ver, hubiese sido necesario dar a su carrera. Paco hace infinidad de galas y festivales en cinco continentes. Lo suyo sería venir a París a la Ópera Garnier, en solitario. Salir del circuito de los festivales para entrar en el circuito de las grandes instituciones musicales internacionales. Para instalar su obra, su música, su carrera, en los escenario del Gran arte.
Francés, estadounidense, alemán, Paco estaría en el Panteón de los hombres ilustres. Andaluz, español, Paco quizá sea víctima de una insondable mezquindad cultural. Pau Casals entró en la historia universal de la música descubriendo e interpretando a Bach. La guitarra de Paco está en ese glorioso horizonte: a falta que alguien se lo diga y lo repita. Amén.
Antonio Castillo Alg says
Bueno, dicho con todos los pudores posibles, ¿qué decir? que pareces tener mucha suerte, Quiñonero, de que «vuestra» vida sea tan «vuestra», más que «tuya» o «suya»; de vivir honda, personal, pronominalmente acompañado.
Acabo de leer tu artículo sobre las miserias mahoístas de los intelectuales franceses, en el Cultural. Estupendo.
Un saludo
JP Quiñonero says
Hola, Antonio,
Dicho con una «desvergüenza» absoluta: la verdad es que soy muy féliz, con mi familia.
Q.-