Hay quienes temen que el agua pueda el móvil de las guerras del siglo XXI. Y no cabe duda que la inercia política acentúa las crisis del agua. Las directivas marco suscitan incontables controversias, indisociables de la gestión de los pueblos, las ciudades y los espacios públicos. Incluso hay quienes piensan que los estatutos autonómicos españoles han creado nuevas fronteras insolidarias.
Siendo absoluta mi ignorancia sobre tales cuestiones, tengo tendencia a seguirlas con inquieto pavor infantil: siendo niño veía como los hombres compraban cuando podían el agua que no siempre se vendía en subasta pública, a unos precios que no siempre estaban al alcance de todos los bolsillos. Y guardo amargas imágenes tristes y sin esperanza de aquellas escenas. La lectura de Valle Inclán o Blasco Ibáñez quizá siga dando una idea muy gráfica de los estragos morales que comportan las guerras del agua, tan actuales. En definitiva, la desertización en curso, agravada por la guerras civiles ideológicas, quizá sea indisociable de la compra / venta de almas muertas. “En un lugar de Caína, cuyo nombre recuerdo con pavor..”.
Jose says
El agua es y debe seguir siendo un bien común, un derecho inalienable de todos los ciudadanos que no puede estar sujeto a restricciones ni vetos por parte de ningún político iluminado.
Dicho esto, hay que poner freno de una vez al modelo de desarrollo agrícola de zonas cuasi-desérticas de Murcia y Andalucía basado en el regadío. No se puede ser «la huerta de Europa» si no hay agua.
Eso por no hablar de las miles de urbanizaciones de nueva creación que hacen un uso inadecuado del agua y de los campos de golf que pueblan la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Madrid, etc.
Santiago Delgado says
También el lorquino Castillo navarro noveló la tragedia de los regantes sin agua del Campo de Lorca. La tremenda frase: el agua para donde llueve, de Labordeta, es la sucesora, en ignominia, de otras como. Matadlos a todos, Dios conocerá a los suyos. O, Que inventen ellos, o todo el poder para los sovietes, etc.
Saludos, Juan Pedro.
Ramon says
Segun la moda liberal, el agua debe ir a donde va el dinero, o sea a los campos de golf y urbanizaciones costeras de alto estanding(?). Lo de regar la huerta murciana es solo para disimular, porque es infinitamente mas rentable poner ladrillos que cultivar pimientos.
Luis Rivera says
Existe un protocolo internacional de los derechos del agua (lamento no saber el nombre con ecatitud, pero alcancé a a leerlo hace algún tiempo. Un preoblema a tener en cuenta es que no se trata de la distribución del agua necesaria para los crecimiento racionales, sino para el futuro crecimiento desmesurado de zonas habitables.
La gegstión del agua es munciipal, dependiendo de las cuencas hidroeléctricas. Pero estamos asistiendo al espectáculo absurdo de que las confederaciones hidrográficas desaconsejan crecimientos urbanísticas por no poder garantizar el sumionistro normal (con o sin golf) y los ayuntamientos sin embargo extienden la licencia de construcción.
No se trata pues del agua que existe, sino de las obligaciones de futuro, no solo en la cuenca mediterránea sino en todos los planes de desarrollo urbanístico. Hemos pasado de la proliferación de polígonos de desarrollo tecnológico a la de las urbanizaciones de segunda vivienda con campos de golf.
El absurdo, insisto tal y como lo veo, porque creo que es surrealista e irracional, es la política de comprometer el agua quen no se tiene y esquilamr los pozos que si se tienen.
El agua es un asunto de Estado, pero ¿donde está el estado que se lo tome en serio?
JP Quiñonero says
Jose, Santiago, Ramon, Luis,
He tenido un día negro.. sin agua, pero con infinitas idas y venidas.. vuestros matices, aportan muchos frentes de debate.. niño pobre en un pueblo pobre, como bien sabe Santiago, que conoce aquellas tierras del valle del Guadalentín (el único río sin agua de la geografía carpetovetónica) me siento tan sensible a las insolidaridades autonómicas como a la desertización urbanística… sin contar la interesada metralla ideológica de los ricos que controlan el agua contra los muertos de sed antes explotados por una razón y ahora por otra.. en el valle del Guadalentín no salimos de pobres.. ¡viva los campos de golf andaluces y de supermaresme, que eso si es ecología!!!!!!!
Q.-