Los campos de fútbol y la selección nacional se han transformado en el espejo atroz de una Francia racista, xenófoba, víctima de inquietantes enfermedades morales, que han causado una ola pavorosa de violencias, hasta culminar con el derramamiento de sangre.
Antoine Granomort, policía negro, ha sido inculpado del delito de “asesinato sin deseo de darlo”, por matar de un tiro, en defensa propia, quizá, a Julián Quemener, miembro de la banda ultra racista Boulogne Boys, cuando un grupo de vándalos lo tiró al suelo, le pisoteó las gafas y amenazaba con lincharlo, por intentar defender a un joven judío, hincha del Hapoël de Tel-Aviv, que había sido perseguido a gritos: “¡Muerte a los judíos!”. [Francia, ensangrentada; Le Pen, por las nubes tóxicas].
El fiscal de París resume la tragedia de este modo: “El policía intentó defenderse con su pistola en el último momento. Puede hablarse de legítima defensa, ante una horda de individuos excitados, extremadamente agresivos”. Según fuentes policiales, el policía y el joven perseguido habían sido perseguidos e insultados de manera brutal, con frases como “sucio negro, sucio judío, os vamos a follar y asesinaros”.
Tras ese drama, Nicolas Sarkozy, ministro del interior, ha decretado normas muy severas, para prohibir la venta de entradas de los campos de fútbol a los hinchas más violentos, racistas, con mucha frecuencia.
Sin embargo, la tragedia que siguió al 4-2 del Hapoël-Paris Saint-Germain (PSG), culmina un proceso inquietante. Durante el campeonato 2005-06 se produjeron 390 incidentes y 197 atentados con violencias físicas graves. En los últimos doce meses se han producido 160 incidentes graves.
En el caso de los Boulogne Boys, hinchas racistas del PSG, se trata de un grupúsculo con relaciones bien conocidas con la extrema derecha violenta. Antes de iniciar la “caza al judío”, la “caza del negro”, que terminó en tragedia ensangrentada, la misma banda había gritado una y otra vez, durante el partido: “¡Le Pen presidente!, ¡Le Pen presidente!”.
Históricamente, fue Jean María Le Pen, presidente y líder del Frente Nacional (FN, extrema derecha) quién estableció, el primero, una relación política de fondo entre el fútbol, la extrema derecha y las tentaciones racistas, cuando declaraba, hace diez años: “Es totalmente artificial llamar Equipo de Francia y selección nacional a un equipo donde la mayoría de los jugadores no saben cantar La Marsellesa, el himno nacional”. Desde hace muchos años, la selección nacional de fútbol está integrada muy mayoritariamente por franceses negros.
Cinco años más tarde, el mes de noviembre del 2001, un encuentro amistoso entre las selecciones de Francia y Argelia precipitó otra crisis grave. Los jóvenes franceses de origen argelino comenzaron por silbar y patear las gradas protestando contra La Marsellesa. Cuando el equipo argelino comenzó a perder, tomaron el campo a gritos: “¡Muerte al árbitro!”.
Días antes de la tragedia del PSG- Hapoël, el presidente socialista de la región Languedoc-Rosellón, George Frèche, declaraba: “No es normal que en la selección nacional de fútbol haya nueve negros y dos blancos”. Declaración que abrió una brecha de consternación en la izquierda socialista”.
Hace largo tiempo que se ha comprendido que el espectáculo del fútbol es un medio eficaz de desfogar el ardor guerrero del pueblo. La suspensión de los partidos de fútbol provocaría situaciones de emergencia social en muchos países occidentales.
PS. Sobre la librería Jean-Claude Vrain
Joaquín,
Sobre barbarie / fútbol, etc., nada que añadir: un horror.
Sobre la librería de Jean-Claude Vrain.. ¡como te las arreglas para buscar esas coincidencias…! ¡Esa librería está a doscientos metros muy cortos de mi casa!!!!!!!!!!!!!… Mi última visita data del 4 de octubre pasado, cuanto tuve la tentación de comprarme la primera edición / traducción francesa del Ulises. Costaba en torno a los mil euros, si la memoria no me falla. Tu bibliómano quizá pudiese aclarar este punto.
Pura coincidencia… o telepatía, Juan Pedro.
Joaquín,
«Milagros veredes, Sancho..» (¿?)
Q.-