A juicio de Niall Ferguson, profesor de historia en Harvard y autor de un libro de referencia, The War of the World: Twentieth-Century Conflict and the Descent of the West (Penguin), la gran diferencia entre Hugo Chávez, Mahmoud Ahmadinejad y otros grandes demagogos de la historia es que los presidentes de Venezuela e Irán controlan hoy inmensos recursos petrolíferos.
Ferguson analiza el puesto del demagogo en la historia política de nuestra civilización, desde Alcibíades, Hitler o Mussolini hasta Chávez y Ahmadinejad. A su modo de ver, los Nuevos Demagogos son tan temibles como fue Hitler; ya que la combinación de riqueza petrolífera, demagogia, populismo, fascismo populista y fascismo mesiánico, caudillismo de tradición española o caudillismo islámico, puede dar inquietantes frutos. A 60 $ el barril de petróleo, la demagogia es una mercancía inquietante a escala planetaria. Washington Post, The New Demagogues, Niall Fergusson, 3 dic. 06.
Ángel says
– A todo eso añadiría «Fidelismo».
– No me explico cómo pudo triunfar en las elecciones. ¿Cuál fué la trampa?, ¿no hay suficiente experiencia como para saber que aquello va camino de repetirse la historia en hechos y líderes?.
– Quizás por «lo del petróleo», es que Chavez tenga tintes (es sólo maqullaje por conveniencia) de derechas.
Ramon says
A ese lo unico que le interesa es el petroleo. Si en los paises afectados no hubiera oro negro al tal Ferguson le importaria una higa lo demagogos que fueran sus lideres. Los USA y sus socios deberian dejar ya toda esta retorica moralista con que pretenden justificar sus fechorias. Si quieren robarle la cartera a alguien, pues que se la roben sin mas. Al menos nos ahorrariamos el inevitable despliegue de hipocresia.
Luis Rivera says
El problema de Chavez tal vez no esté en él, sino en la enorme desconfianza que pueden generar los políitcos tradicionales en una población con una mayoría miserable (económicamente) que ha visto inerme como los demócratas han saqueado el Estado y las oligarquías se han apoderado del territorio.
Ante semejante balance, las «Misiones» de Chavez suenan a milagro, como las «Reducciones» en el Paraná.
La figura de Chavez es pintoresca, pero no deja de ser un Torrijos con el Canal a cuestas. Claro que después de Torrijos, Noriega.