He devorado durante todo el fin de semana el último número de Campo de Agramante, la revista de la Fundación JM Caballero Bonald dirigida por Jesús Fernández Palacios, coordinada por Josefa Parra, que publica el primer capítulo de lo que, en su día, llegará a ser mi nueva novela, pero que incluye muchas cosas de interés, comenzando por una indispensable entrevista de Anna Caballé con Pepe, que declara: “El cine de Almodóvar me parece de una manifiesta zafiedad. Yo puedo reconocer la pericia técnica del autor, me parece muy meritorio, incluso me congratulo de sus éxitos internacionales, pero no soporto su obra, me produce una impresión bastante incómoda, esa mezcla de mal gusto y espesura sexual”.
La entrevista Anna – Pepe habla de muchas otras cosas y es un documento de primera mano. Campo de Agramante también publica poemas inéditos de Felipe Benítez Reyes, un relato de José María Conget, un estudio sobre la obra de Francisco Ayala, ensayos sobre Cernuda, Gabino-Alejandro Carriedo y Juan Ramón Jiménez. A más de correspondencias, diarios inéditos y mucha información sobre la generación poética de 1950. El conjunto presentado de manera muy elegante y bella, con una portada que reproduce un óleo espléndido de Manuel Ruiz Ortega.
Tras La locura de Lázaro [Biografía NO autorizada de CJC], el primer capítulo de Una primavera atroz me parece suntuosamente editado, en la compañía más estimulante. ¡Avanti..!
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Si el pulso no me falla, Una primavera atroz debiera terminar siendo algo parecido a esto: una fábula / sinfonía, épica y satírica, sobre un pueblo poseído por sus demonios, ejecutada en cuatro movimientos:
● Andante sostenuto. La crónica de los últimos hombres que soñaron liberar Caína y fueron condenados al destierro, donde agonizaron destruidos por la vida, convertidos en delincuentes, perseguidos por una nueva especie de lobos / demonios disfrazados de hombres, mujeres y seres de encantamiento.
● Allegro suicida. La proliferación de bandas de lobos disfrazados de corderos, conquistando el poder con las malas artes del tráfico y comercio de ideas muertas, maquilladas al gusto del momento, impuestas por una orquesta audiovisual formada por intérpretes y solistas con gustos de Estado tropical.
● Presto mortal. El ejercicio cainita del poder, tomado por unas cofradías y mafias filantrópicas con algunas relaciones y sucursales en París y Roma, unidas por el dinero, la corrupción, la política, el sexo y la droga dura de las ideas endemoniadas por falsedad ignorante o interesada.
● Adagio de otoño. El martirio y calvario sin resurrección de Caína, víctima del terrorismo, la confusión de las lenguas, la derogación de la moral y la corrupción de sus gobernantes, atacados por la licantropía, una enfermedad del espíritu que la hija de uno de aquellos demonios intentará curar clavando una estaca en el corazón de su padre.
Personajes reales e imaginarios, una fauna de pesadilla, héroes descarriados, políticos corruptos, empresarios venales, furcias radiofónicas, serpientes ideólogas, distribuidores de basura, mafiosos filantrópicos, etc., etc., etc., son enrolados por la historia en El carro del heno que se dirige sonámbulo hacia el Infierno, atraído hacia el abismo iluminado con luces de neón por las sirenas de una orquesta audiovisual endemoniada.
maty says
He reseñado la novela «Una primavera atroz», y he reproducido el primer capítulo en una página web y en PDF (175KB frente a los 4,35MB del original).
@N@ Nauscopio Una primavera atroz, por Juan Pedro Quiñonero
JP Quiñonero says
El que sabe, sabe, Maty. No es mi caso. Graciasssssssssssss
Q.-
maty says
Google ES una primavera atroz