MH caminando por un bosque de la Todtnauberg, en la Selva Negra. Foto de Digne Mille-Markovicz, publicada en Heidegger’s Hut, de Adam Sharr
Hace siglos, Lola Infante me preguntaba con amistosa ironía malévola: “Pero, Quiño, ¿cómo una mujer como Ella pudo ser amante de un hombre como Ese..?”
Recuerdo esa frase, al hilo de los cordiales comentarios de Luis Rivera, Santiago Navajas y Gregorio Luri en torno a la correspondencia íntima entre Ella (Hannah Arendt) y Ese hombre (Martin Heidegger). Voy a la biblioteca, reabro al azar las Briefe (1925-1975) y me asalta el comienzo de una carta de él a ella, fechada en Freiburg, el 12 de abril de 1950, que comienza así:
Hannah,
Was ist schöner? Dein Bild oder Dein Brief?… uauuuuuuuu…
Busco, encuentro, copio y pego la crónica que escribí a las 8.45 del 17 de octubre de 1998 y debió publicarse un día más tarde. “Decíamos ayer..”:
La publicación de la correspondencia amorosa de Hannah Arendt y Martin Heidegger, Briefe. 1.925-1.975 (Vittorio Klotermann) es un acontecimiento mayor, porque descubre la intima relación de dos grandes maestros del pensamiento contemporáneo, cuya peripecia amorosa está íntimamente relacionada con las grandes crisis morales y culturales de nuestro siglo, que esa historia desconocida, hasta hoy, ilumina de modo majestuoso.
La historia de amor que unió a Heidegger y Hannah Arendt, durante un largo medio siglo, antes y después que el joven profesor y la antigua alumna contrajesen matrimonio, por separado, el uno y el otro, con semejante fortuna, fue un misterio impenetrable hasta los primeros anos ochenta, cuando comenzaron a conocerse algunas de las circunstancias de esa formidable aventura, que va mucho mas allá de una pasión de circunstancias.
Pero ha sido necesario esperar hasta hoy para poder leer, al fin, en su integridad, una correspondencia amorosa que comienza cuando Heidegger estaba trabajando en Ser y Tiempo y solo termina con la muerte a Hannah Arendt, a finales del setenta y cinco. Durante cincuenta largos años, uno y otro se escriben apasionadas cartas de amor que ya forman parte de la historia de la cultura.
A lo largo de ese medio siglo, crucial, como olvidarlo, en la historia de Europa y la historia de nuestra civilización, Heidegger y Arendt están y se cruzan, van y vienen, transitando por los caminos del Infierno contemporáneo… Ascensión del antisemitismo y el III Reich, guerra civil entre los pueblos europeos, exilio universal del pueblo judío, el Holocausto, los campos de concentración nazis y stalinianos, colonización planetaria de la Técnica, descubrimiento del Mal Absoluto… Arendt y Heidegger se escriben para hablarse, descubrirse e intentar explicar las razones y sinrazones de sus relaciones amorosas, pero, en escorzo, también nos hablan de esas inquietantes sombras, que ellos contemplan a la luz sombría de la historia más inmediata y luciferina.
Heidegger le habla a Arendt de sus relaciones con los judíos y de su comportamiento en el Rectorado, durante los años negros del III Reich. Arendt le habla a Heidegger del Mal Absoluto y la relación de ese Infierno moderno con sus relaciones amorosas intimas, desde su primera juventud. Solo esas paginas ya tienen, por si solas, una dimensión excepcional bien evidente, por ser Heidegger y Arendt quienes fueron y el puesto que ambos ocupan en la historia del pensamiento, la filosofía y la filosofía de la historia contemporáneas.
Pero su correspondencia intima va mucho mas allá, para descubrir detalles desconocidos o mal explorados de la vida intima y familiar de ambos personajes, incluso para repensar el puesto de la noción de amor en la historia y la fundación moral de Europa.
La joven estudiante y el brillante profesor se conocieron íntimamente cuando ambos estaban en el umbral de una vida intelectual excepcionalmente rica. San Agustín, Marx, los presocráticos, Montesquieu, Heráclito, Nietzsche, Platon, Aristoteles, los Padres de la Iglesia, cohabitan en la prosa de los amantes con la evocación de los sentimientos mas íntimos, con una pureza y hondura rarísima en la historia de las correspondencias amorosas. Es necesario remontarse a los sonetos escritos por Elisabeth Barrett a Robert Browning, o las paginas mas secretas del dialogo amoroso entre Abelardo y Eloisa para encontrar una confusión tan extrema entre la aventura sentimental y las aventuras y caminos del espíritu.
Conmueve, por momentos, que los años pasados, las pasiones de la carne idas, una mujer de mas de sesenta anos, casada, con otro hombre, continua escribiendo a un anciano de mas de ochenta, padre de varios hijos, con el mismo fervor lírico de los años de una lejana juventud ganada en la gloria de la relación amorosa.
Dialogando con René Char, en la Provenza, no lejos de Avignon, cumplidos los setenta y tantos anos, Heidegger todavía evoca con mucho e intimo pudor su amor por Hannah Arendt, que le contesta, “gozosamente ruborizada”, confiesa, contentísima, sintiéndose transportada por una pasión que, ella lo dice, justifico toda su vida. La historia termina con la noticia de la muerte de Arendt, que el filosofo Hans Jonas, el gran historiador de la religión gnóstica, le comunica a Heidegger. El antiguo maestro responde con una carta muy bella que recuerda los dialogo de Thor, en la Provenza, cuando René Char evoca el Panteón griego y cree poder afirmar que los antiguos dioses no han muerto, que solo es necesario volver a llamarlos, y ellos vendrán hasta nosotros. ABC, Publican 50 años de correspondencia y amores secretos entre Arendt y Heidegger.
paraules says
Mes compliments, JP.
Tengo que hacerme con esta correspondencia ya mismo. A eso se llama poner la miel en la boca.
Lola
JP Quiñonero says
Lola,
Espero que te guste.
Q.-
Luis Rivera says
….. …….
(es decir: sin palabras)
JP Quiñonero says
Luis,
El silencio budista encaja perfectamente en esa historia de amor.
Q.-
karen says
aqui les dejo uno de los tanto versos que heidegger le dedico a hannah:
21 II 25
«…Si me hubieras encontrado a tus trece años, si esto sólo hubiera sucedido al cabo de un decenio-son vanas las conjeturas.No, ocurrió ahora que tu vida se dispone quedamente a ser la de una mujer, que debes trasladar de manera imperdible tu intuicion, tu nostalgia, tu florecer, tu risa…
¿y que puedo hacer yo en este momento?
Tener cura de que nada en ti se rompa:que se purifique lo que de pesado y doloroso haya en tu pasado;que lo ajeno y aportado desde fuera se aleje…»
José Ahumada says
Coño, se ha borrado todo lo que laboriosamente había escrito.
Sergio Gonora says
La verdad que no me queda claro, una relación amorosa entre un nazi,por mas intelectual que sea el, que jugó con una persona tan brillante como Hanna Arendt… inconcebible, enamorarse de un monstruo nazi
JP Quiñonero says
Sergio,
Eso de llamar nazi a Heidegger es de un simplismo de caerse de culo en un retrete. Hasta en este mismo Infierno una bibliografía fundamental basica. Por no citar el libro del maestro Steiner publicado hace no sé cuantas décadas.
Perdón por el tono un poco severo: la cosa ya estaba zanjada hace muuuucho tiempo.
Q.-
De la morena says
Y no está en castellano?
JP Quiñonero says
De la morena,
Honradamente, no lo se. En su día, si no recuerdo mal, escribí una crónica periodística, insistiendo la importancia e interés. Hasta quiero recordar que publicamos un poemuelo. Temo que los tiempos no esté ahora para estas finustiquerías,
Q.-
eleonora says
hay una edicion en castellano muy linda que estoy disfrutando en este mismo momento…
dejo los datos:
empresa editorial herder s.a. barcelona, año 2000.
traduccion de adan kovacsics.
saludos.
JP Quiñonero says
Eleonora,
Encantado con la información. Siempre se aprende algo, claro,
Q.-