El mejor estudio de los nuevos equilibrios de poder e influencia en Europa lo acaba de publicar el Instituto Sueco de Estudios Europeos (ISEE). Se trata de Bargaining Power in the European Council, de Jonas Tallberg, y tiene melancólicas conclusiones: España es poco o nada visible, influyente o determinante. España ha intentado “suplantar” a Italia, sin conseguirlo, cuando Italia pierde su antiguo puesto de cuarta gran potencia.
Felipe González es recordado como un personaje hábil y maniobrero, que consiguió para España los fondos de cohesión, con la ayuda determinante de Helmut Kohl.
José María Aznar es asociado a los años de influencia liberal-conservadora, cuando la UE dio un giro político de fondo, que debía culminar con unas reformas institucionales, económicas y políticas todavía en suspenso.
José Luis Rodríguez Zapatero es sencillamente invisible e inaudible.
A juicio del Times de Londres, difunto el antiguo «eje» franco-alemán la nueva Europa está dominada por la influencia y poder individual, a geometría variable, de Alemania, Inglaterra y Francia. El peso económico y diplomático tradicional no es siempre determinante. Lo esencial son las ideas, fuente primera de autoridad. Son invisibles (si es que existen) las ideas españolas sobre Europa.
Persio says
España va rumbo al Caribe. La balsa de piedra ya se ha desprendido.
Léger says
Oye Persio, ¿y el caribe qué tiene que ver con España? Si se suelta, se suelta, y si es balsa de piedra, va para el fondo. Y si va para el fondo, no ha sido sabotaje de marineros…