“Ségolène Royal es como Hugo Chávez, pero educada en el jesuitismo sin Dios, sin escrúpulos ni moral de Mitterrand. Ya sabes que los modistos de alta costura le están prestando sus modelos para que se cambie a cada encuentro público, con los colores que le aconsejan sus publicitarios…”
… me dice JL *, que trabaja en TF1, desde hace años, mientras tomamos café, en la esquina de Seine y Bucci.
“¿Y Sarkozy?”, le pregunto.
“Es como Silvio Berlusconi” me responde. “Sin ambiciones económicas personales. Un Bonaparte (no Napoleón, Bonaparte) consagrado a la religión laica de la conquista del poder. Un carnicero hambriento, capaz de sonreír mientras te clava una estaca en la cerviz. Dijo que colgaría en un clavo de carnicería el cadáver de quien quiso destruir su carrera destruyendo su matrimonio… Imagínate”.
Gregorio Luri says
Menuda disyuntiva. Me intriga lo de … ¿Sarko-fago-zy? ¿No hay un poco de sustancia intelectual en él? Yo creía que sí.
¿Qué ha sido de los «hussards noirs de la république»?
JP Quiñonero says
Gregorio,
Bueno… JL* y yo desconfiamos de la palabrería política. El marido de Ségolène es profesor de economía política. Eso no le impide proponer el oro y el moro, con dinero ajeno, claro. Sarkozy es el autor de una excelente biografía de GMandel y es capaz de citar a Racine de memoria. Eso no le impide manejar con mano maestra los hilos más oscuros que bien conoce un ministro del interior. Las frases transcritas intentan menos hablar de la política de ambos personajes que dar una instantánea de sus rasgos “humanos”… ni que decir tiene que mi visión de la “humanidad” de los políticos (ellos y el resto) está más cerca de Suetonio que de Virgilio,
Q.-
PS. Sobre los hussards… ¡la escuela pública francesa es una ruina de lo que fue!!.. deben quedar algunos… pienso en la hermana de AJuppé (conservadora), en un ex ministro de educación (CAllegre, socialista anti-anti-anti Ségolène), o en personajes como Luc Ferry (que está por Sarkozy, aunque me confesaba que le hubiese gustado encontrar un TBlair “a la francesa”) o el mismo Max Gallo, que de portavoz de Mitterrand está terminando de inspirador de los temas patrióticos de Sarko. A título personal, siento horror por los ideólogos de cualquier especie zoológica.
Gregorio Luri says
Viendo escrito lo de «Sarko-fago-zy» me horrorizo de este supuesto juego de palabras. Diré en mi descargo que pensaba en los significados griegos de «sarco» (carne) y «fago» (comer) (sí un sarcófago es un devorador de carne) a partir de la imagen del Señor Sarkozy colgando de un clavo de carnicería el cadáver de quien sea.
Uno nunca sabe lo que acaba comiendo.
Por pura incontinencia verbal añadiré que hace unos años en un pueblecito no muy alejado de Ocata un carnicero mató a su señora y la estuvo vendiendo en forma de salchichas a su confiada clientela.
Un abrazo a todos.
Luis Rivera says
En ninguno de los dos se percibe la falsa humildad del político, eso tienen de bueno. Les veo, a ambos, concentrados en si mismo, con autosuficiencia, convencidos de sus derechos al primer plano.
En ese sentido veo en Sarkozy una resolución a la impopularidad, lo que evidencia al mismo tiempo un desprecio. ¿Orgullo? Creo que sí, un enorme orgullo de si mismo. Se mira al espejo y se quiere, piensa y se convence.
Segolene pisa de una manera suave, un tanto felina. Parece dispuesta a tomar al asalto la ciudadela con una firmeza suave y casi acariciante. Puede cortar la cabeza sin reparar en ti o habiendo dejado de reparar en ti. Su sonrisa nunca se detiene en ti, resbala por las caras de los que la rodean.
En ambos hay también una indiferencia cortés por los demás, más acentuada en Segolene, más trufada de espontáneo interés en Sarkozy, que repentinamente puiede reparar en quien le habla y mirarle: poco más hará.
No dan la talla del estándar de presidente francés, hoy, pero la dará el que gane las elecciones en cuanto el polvo de mariposas irisado del Eliseo se le pose en los hombros.
Así los veo en su gestualidad y fotogenia.
JP Quiñonero says
Luis,
Ella es la Demagogia vestida de alquiler por los modistos que le prestan con interés su vestuario. Él es un Carnicero,
Q.-