Rotes Haus / La casa roja, ¿1922? de HH
Cuando yo comenzaba a leer, era un tópico entre la gente más o menos ilustrada que las dos más grandes novelas del siglo XX eran la Recherche proustiana y el Ulises de Joyce. Un avispado editor lanzó por aquellos años una traducción del Hombre sin atributos de Musil, siguiendo las modas parisinas. No tardé mucho en descubrir que había muchos otros monumentos memorables…
¿En qué orden fui descubriendo otros mundos? En orden disperso: Mann, Faulkner, Kafka, Beckett, Nabokov, Lowry, Jünger, Guimaraes Rosa, etc… Sin olvidar a los patriarcas españoles de España (Ramón, etc.) Por aquellos años -me refiero a los años de mi formación- hacía estragos El lobo estepario. Novela francamente potable. Aunque a mí y a no pocos germanistas nos parece que Das Glasperlenspiel (El juego de las perlas de vidrio, El juego de los abalorios) sigue siendo, entre las novelas de Hermann Hesse, la más grande y uno de los aerolitos más gigantescos del siglo XX.
¿Se lee a Hesse en castellano, hoy? Desconocer Das Glasperlenspiel es ignorar algo quizá indispensable sobre el ocaso y eclipse de Europa. El Leopold Museum de Viena presenta otra faceta encantadora de Hesse: sus trabajos como acuarelista… que tanto recuerdan, por momentos, los temas magrebíes de Paul Klee. “Magreb” es la adaptación de una palabra árabe que significa algo así como poniente, el lugar por donde se pone el sol. Klee y Hesse iluminaban el ocaso de Europa con infinita melancolía.
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