Madrid, villa y corte, 8
La ciudad es una y múltiple. El viajero se deja llevar por las calles donde busca los fantasmas que ya lo perdieron en otro tiempo: Esquina Desengaño, 30 diciembre 2004. En mi caso, vuelvo a la calle de la Libertad. Han plantado árboles que ¿sobreviven? ¿agonizan? entre un via crucis de tascas, negocios en cuarentena, huellas de un pasado que perdura en la suciedad castiza de la patina de mugre que casi todo lo cubre con gritos de entierro de la sardina.
En verdad, las capas geológicas de la ciudad son visibles en cualquier rincón: la arquitectura áurea del barroco perdura sepultada entre escombros de publicidad fluorescente e incontables muros de patrias extintas antes de llegar a ser. Aquí y allá, los genios del lugar son máscaras publicitarias de anónimas figuras de cartón, vigilantes nocturnos de antiguas moradas maquilladas con el rostro cambiante de la publicidad, tapiando los muros de la patria ¿extinta? ¿agonizante?
La ciudad nueva se construye con la rapacidad selvática de los paraísos de aire acondicionado, prometiendo la libertad tras los muros carcelarios de la acumulación sin fin de soledades.
Las luces y las sombras de la ciudad cambian al ritmo de las horas y la meteorología. La crudeza de la luz, o su ausencia, los días de tormenta, hace más presente el imperio sonámbulo de las sombras. Cuando cae la tarde en los suburbios, la oscuridad se hace impenetrable en la jungla urbana. Con la claridad fugaz de las últimas luces del ocaso, los delicadísimos tonos rosáceos del atardecer se cubren con el crespón de nubosos blancos y grises, perlado velazqueño.
Fotos JPQ, mayo 2007.
Joaquín says
¡Bello nombre para una calle, el de la Libertad! JP, ¿sabías que hay en Madrid, en el barrio obrero de Orcasitas, una Plaza de la Memoria Vinculante? El jurista Eduardo García de Enterría le dedicó un curioso ensayito.
JP Quiñonero says
Joaquín,
A mi modo de ver, las calles de un Madrid difunto tenían un encanto de otro tipo… La primera calle donde yo viví se llama calle del Desengaño: ya era un guiño, no sé si del destino.
Hubo-hay calles como Luna, Montera, Ribera de Curtidores, Velázquez, plaza del Callao, paseo del Prado… nombres que tienen muchos ecos, de muy otra naturaleza, para mi sensibilidad, al menos…
Q.-
FERNANDO says
Hoy pase por una calle con un nombre muy curioso:
Calle del Arte Rupestre del Mediterráneo
Y en mi barrio, las calles tienen resonancias musicales, a saber:
Calle Las Flautas, Timbales, Campanas, etc.
Ah, la calle Desengaño, allí en su numero 11, Vicente Calderón, presidente del At.Madrid, tenía sus oficinas en los años 60
FERNANDO says
En mi barrio, hay calles con resonancias musicales, a saber:
Calle Las Flautas, Las Campanas, Timbales
Ah, en la calle Desengaño 11, Vicente Calderón, expresidente del At.Madrid, tenía su oficina en los años 60
Robert says
Una pregunta periférica… en mi diccionario los madrileños se apodan los «gatos» ( como sobrenombre ) pero el texto no dice porqué. ¿Conoce alquien porqué ?
FERNANDO says
En mi barrio, florecen calles con resonancias musicales, a saber:
Calles Las Flautas, Las Campanas, Timbales, Clarines
ah, en la calle Desengaño, 11, Vicetne Calderón, expresidente del At.Madrid, tenía su oficina en los años 60
fernando says
En mi barrio, hay calles con resonancias musicales, a saber: Timbales, Clarines, Flautas, Campanas
ah y la explicación de porque llaman gatos a los madrileños:
El origen de esta expresión lo explica Fernández de los Ríos en su Guia de Madrid (Madrid, 1876, página 92, nota 9ª):
“Gato: Fue apellido muy célebre en la conquista de Madrid en tiempo de Alonso VI: en el asalto de la plaza hizo prodigios de valor un soldado que trepó por la muralla auxiliado de una daga que clavaba en las junturas de las piedras; sus camaradas dijeron que parecía un gato, palabra por la cual trocó su apellido la familia, tan estimada desde entonces, que no se tenía por nobleza castiza de Madrid a la que no pertenecía a aqule linaje, o al de Los Escarabajos y Los Muertos, que eran los tres más ilustres de la villa; de ahí el llamar a los hijos de ella gatos de Madrid”.
fernando says
Explicación del apodo de gatos para los madrileños:
El origen de esta expresión lo explica Fernández de los Ríos en su Guia de Madrid (Madrid, 1876, página 92, nota 9ª):
“Gato: Fue apellido muy célebre en la conquista de Madrid en tiempo de Alonso VI: en el asalto de la plaza hizo prodigios de valor un soldado que trepó por la muralla auxiliado de una daga que clavaba en las junturas de las piedras; sus camaradas dijeron que parecía un gato, palabra por la cual trocó su apellido la familia, tan estimada desde entonces, que no se tenía por nobleza castiza de Madrid a la que no pertenecía a aqule linaje, o al de Los Escarabajos y Los Muertos, que eran los tres más ilustres de la villa; de ahí el llamar a los hijos de ella gatos de Madrid”.
Luis Rivera says
Creo que los forasteros natos (o sea profesionales) vemos a las ciudades con una visión diferenbte, desacostumbrada, habitada por la curiosidad de lo nuevo. En ese sentido, vi y sigo viendo a Madrid como una ciudad cercana a Casablanca o Rabat o incluso El Cairo o Alejandría, sin mar que ninguna falta que ninguna falta le hace; es más árabe que euromediterránea, con pinceladas de americanismo que le sientan bien.
Cuando llegué a Madrid me sorprendió el cielo de la Gran Vía, lleno de cuádrigas, cúpulas, guerreros griegos y mil formas monumentales, adornados en las fachadas de inmensos carteles de cine.
Madrid es una ciutada habitadísima, llena de su propia gente, que como en el mundo africano, salen a la calle al atardecer del verano para pasear por la ciudad más fresca. Madrid es gente, revoltillo, mentidero, participando y no mirando, cuchicheo…
fernando says
En mi barrio, hay calles con resonancias musicales: Timbales, Clarines, Flautas, Campanas
JP Quiñonero says
Luis,
Seguro… en ese sentido, Madrid es una ciudad típicamente mediterránea, casi más que Barcelona, que algo tiene de más hermético y vienés, creo..
Q.-
JP Quiñonero says
Fernando,
¡Qué erudición madrileña..! Gracias,
Q.-
Robert says
Fernando, Su explicación detallada está agredecida. La proxima vez voy a Madrid, llevaré un ratón sabroso. Gracias 🙂