¿Aceptaría Madrid un voto independentista mayoritario en el País Vasco..?
A juicio del Economist, que sigue siendo el mejor semanario de Europa, si no del mundo, el problema vasco es irresoluble sin una aproximación “no partidista” y un acuerdo mínimo entre PP – PSOE; con deseable apoyo del PNV.
Con una diferencia de fondo entre Madrid, Londres, Euskadi, Irlanda del Norte: If a clear majority in Northern Ireland or in Scotland, for that matter voted for independence, most politicians in London would accept the result. In contrast, all governments in Madrid remain pathologically hostile to any such idea anywhere in Spain.
Sospecho que la mera cita de tales puntos de vista, expresados por un medio de referencia internacional, muy alejado de la incomunicación cainita más palmaria, ya me convierte en un personaje sospechoso.
The Economist Jun 7th 2007, Ceasefire no more
Ceasefire no more
Europe’s worst nationalist terrorist problem badly needs a bipartisan approach
SO HOW long is permanent? Just over 14 months ago the Basque separatist group ETA trumpeted its promise of a “permanent ceasefire”. It first broke its word as early as last December when it blew up a van at Madrid airport, killing two Ecuadoreans. This week it backed actions with words, formally declaring its supposedly permanent truce at an end.
Coming soon after his Socialist Party did badly in local elections, this is a huge blow to Spain’s prime minister, José Luis Rodríguez Zapatero. Over the past three years he has personally gone out of his way to start a Basque peace process and keep it going. December’s airport bombing was a big setback for him. The ending of the ceasefire, which seems sure to be followed by a renewed outbreak of violence, is likely to damage him even more—and could yet put paid to his party’s chances of winning next March’s election.
The cynicism of ETA’s ceasefire, which it not only broke but also used to rearm itself, has been shameless. Yet it is a weaker organisation than it was. It has killed only four people in the past four years, compared with 800 in the previous 36. The Spanish police now co-operate more effectively with their French counterparts. Even so, it is wrong to believe, as Spain’s opposition People’s Party (PP) avers, that ETA terrorism can be dealt with by force and punishment alone.
Are there parallels and contrasts to be drawn between ETA and the IRA in Northern Ireland? Certainly, there is a dismaying difference between the resumption of Basque terrorism and last month’s power-sharing deal between Ian Paisley of Ulster’s Democratic Unionists and Martin McGuinness of Sinn Fein. Yet such comparisons are seldom exact. The Basque region has long had far more power devolved to it than Northern Ireland. It has no equivalent to the sectarian divide of Catholics and Protestants, nor to the dual involvement of two governments, Britain’s in London and Ireland’s in Dublin. Spain’s moves towards federalism are a work in progress that bears little resemblance to anything happening in Britain.
There are, however, two other differences with Northern Ireland that the politicians in Madrid should reflect upon and learn from. One is that British governments seem less exercised about any threat that a part of their country might one day break away. If a clear majority in Northern Ireland—or in Scotland, for that matter—voted for independence, most politicians in London would accept the result. In contrast, all governments in Madrid remain pathologically hostile to any such idea anywhere in Spain.
No time for partisanship
The second difference is that, right from its inception in the mid-1980s, support for the Northern Ireland peace process was wholly bipartisan. The Labour opposition at Westminster firmly backed the Tories in their negotiations with Dublin and with Sinn Fein, under both Margaret Thatcher and John Major. Similarly, the Conservative opposition has been solidly behind Tony Blair.
In contrast, the PP has fiercely resisted Mr Zapatero’s every move over the Basque problem. The party remains bitter about its unexpected loss of the March 2004 election, which fell a few days after the Madrid train bombings. Many in the PP still insist that ETA was somehow involved, despite all the evidence that the bombings were the work of Islamist terrorists. It was brave, if perhaps naive, of Mr Zapatero to try to make peace in the Basque region on his own. But the PP’s hostility made his task vastly more difficult. A prerequisite for future plans to deal with ETA must be that the two main parties in Spain find common ground first.
Jesús Cardona says
Se podría ordenar la retirada del «The Economist» de los quioscos e interceptada su website? o este escrito se debe a contubernios exteriores?
JP Quiñonero says
Jesús,
Hay muchas pistas que permiten sostener la tesis de la Conspiración con mucho fundamento:
1 La palabra “egipcio” figura en los crucigramas del Economist.
2 El director de la BBC ha sido depuesto de la noche a la mañana, tras revelarse que había publicado testimonios falsos, comprados.
3 El arzobispo de Canterbury ha sido excomulgado, por utilizar la palabra de Dios en vano, solazándose en el insulto, la bajeza, la calumnia, etc.
4 Son bien conocidas las relaciones financieras entre los testaferros de Terra Mítica y el presidente de la Comuna Libertaria de Desterrados del Valle del Guadalentín,
Q.-
maty says
Quiño, tú como tantos lectores de esta bitácora, hemos sido, somos y seremos siempre «sospechosos habituales».
En cuanto a la pregunta que planteas, es irrelevante. La Constitución Española no autoriza la convocatoria de un referéndum de ámbito autonómico que no sea para aprobar un estatuto de autonomía. Por tanto, antes se ha de cambiar la Constitución, siguiendo los pasos pautados.
Con l’Estatut se produce una alteración encubierta de la Constitución, por lo que tiene que ser retocado por el TC, guste o no. Por tanto, no Madrid, sino el gobierno del PSOE de Zapatero ya ha maniobrado incorrectamente, atentando contra las reglas de juego y, con ello, socavando el Estado de Derecho y la cohesión social y política de España.
Ante el terrorismo y sus simpatizantes sólo cabe una cosa: persecución policial y la consiguiente puesta a disposición judicial. De todos, no como estos años. Hasta ahora nunca se ha ido decididamente contra ese mundillo, nunca. Y, para evitar los chantajes reiterados de los nacionalistas excluyentes, no hay otra que cambiar la ley electoral. Con el PSOE oponiéndose a todo ello, no hay forma.
Si se ha de encarcelar a mil personas, se encarcela. Nadie está por encima de la ley, nadie. Vivimos en un estado de derecho garantista, siendo los jueces quienes han de aplicar las leyes.
Pues eso, después de tantos años hay que ir a por ellos de una vez, sin ambages ni componendas. Si es necesario, se modifica el Código Penal, y se crean nuevos tipos penales, de modo tal que no haya mucho margen para la interpretación ni manipulación por el gobierno de turno. Ello implica cambiar también el sistema de elección de los jueces de la Alta Magistratura.
Y se ha de recuperar competencias, como la seguridad y la educación, en aquellas autonomías que no las gestionan debidamente.
Pero mucho me temo que ni unos ni otros son capaces de tomar tales medidas.
JP Quiñonero says
Maty,
En verdad, mi pregunta la hace el Economist. Por mi parte, solo tengo dudas:
1. La vida cívica reposa en el respeto de unas Leyes comunes. Justicia y policía deben perseguir a los delincuentes y asesinos.
2. Hay problemas que no tienen solución puramente policial.
3. Esos problemas requieren un acuerdo mínimo entre dos o tres fuerzas políticas más o menos mayoritarias.
4. Para poder dialogar de algo es imprescindible escuchar las razones del otro, o los otros. Y tenerlas en cuenta.
5. Quienes dialogan y consiguen estar de acuerdo en algo deben tener en cuenta lo que piensan quienes no han participado en tal acuerdo.
6. La superposición de convicciones íntimas, ad infinitum, conduce a la algarabía, el caos, la Ley de la selva: que hay una… la del más fuerte y menos escrupuloso…
Conclusiones:
a). No veo a nadie interesado en defender una visión tan racional e idealista de la realidad cívica.
b). Se me antojan mucho más evidentes las bajas maniobras de todas las partes, solo interesadas en la rendición incondicional del adversario: burdos pretextos para prolongar indefinidamente una guerra con pretensiones de exterminio del adversario.
c). Tomar partido por unos o por otros me parece un suicidio intelectual, si no moral.
d). Multiplicando los juicios sumarísimos (sin apelación), lanzando invitaciones a la lapidación del adversario, ensuciando las palabras más nobles con basura ideológica, los medios de incomunicación de masas siembran nuevas semillas de incomprensión y odio…
Q.-
Jaime says
Maty lo que dices está muy bien, pero lo único que haría sería aumentar el victimismo . No estamos discutiendo sobre estado derecho, …. con gentes que crean en el, si no con creyentes fanatizados que no van a cambiar de opinión sin importar en que plano discutas: linguístico, histórico, polítco…al final, simpre sale la misma respuesta cuando no pueden contestar con argumentos : es lo que nosotros queremos. Con lo que implica ese «nosotros» de negación del derecho de otros.Te lo digo despúes de 40 años de vivir allí y escuchar siempre:-Sí , es un hijo de…, pero es de los nuestros.
¿Por qué no se habla nunca, y por tanto entiendo que no existen , de los 8000 electores que hay de menos cada año en el Pais Vasco.? ¿ Por qué se sigue diciendo que debido a Eta hay gente que se va ? Esto es cierto, como lo es que muchos que se han( hemos ido ) ha sido debido al nacionalismo en su conjunto.
saludos.
Jaime S says
Buenas tardes Juan Pedro. ¿La Historia tiende a repetirse o simplemente la conocemos mal? ¡Qué aburrimiento con la llamada cuestión vasca e incluso la catalana! Con sus conocimientos, ¿Francia se pregunta constantemente sobre su unidad? Gracias por su talento.
JP Quiñonero says
Jaime S.,
¿Te importa que suprimamos el usted un poco distante?
Luego… espero que lo de «talento» vaya con mucha retranca irónica… de lo contrario, se me pondría cara de Mortadelo, caído por los suelos.
Dicho esto… cada mañana me digo lo mismo; pero mirar hacia otra parte se me antojaría, en mi caso, algo parecido a la cobardía. Y enrolarme de oficio en algún bando me parecería un fracaso intelectual. De ahí este horror, efectivamente.
NO hay un país, Estado, nación o como quiera llamarse, en Europa, donde los problemas nacionales tengan la virulencia que tienen en España.
Q.-
PS. Jaime plantea cosas de enorme calado, claro. ¿Se resuelve Ese Problema metiendo Más Policías? De ahí el hablar dias pasados de guerra civil entre vascos de distintas convicciones…
Jesús Cardona says
He leído hoy un artículo del periodista Enric Vila que explica cómo vamos de eso que se llama diálogo y humanidad. uno puede pensar que, como no existe la epna de muerte, bastante suerte tienen ya los etarras y, a partir de aquí hay que ir a saco. Vila cuenta que un novelista del PP -no sabía que los partidos tuvieran novelistas- se levantó de la mesa cuando Vila le dijo que no se podía comparar Eta con los nazis, pues él no conocía ningún plan de expansión de los etarras. Y otra, Antoni Puigverd, hace años se «atrevió» a escribir en El País -sospechoso- que en un año murieron más familiares de etarras en accidente de tráfico -estamos hablando de hermanos, padres, etc- que no personas en un atentado.
Enlace al artículo de Vila: «parlar d’Eta»
Jaime S says
Buenas de nuevo, Juan Pedro. Suprimo el usted que denota distancia, pero es la lejanía entre Francia y España. De verdad, no hay un tono irónico en mis palabras, más bien admirativo. Creo que es muy destacable, lo que te comentaba hace unos días, en otra entrada. En el PNV están pasando cosas que hay que seguir muy de cerca. En expresión tuya, veremos.
JP Quiñonero says
Jaime S
Oye, Gracias Mil y Una.
Sobre el PNV… eso dicen: confieso mi ignorancia, más allá de las evidencias. Doctores tiene la Iglesia.
Q.-
Luis Rivera says
Hace unos días en un encuentro en Telemadrid entre Sádaba y Marina, me sorprendí oyendo un diálogo infrecuente, como ellos mismos dijeros. Un gupuzcoano y un toledano, ambos intelectuales. ambos con concepciones diversas de la política, encontraban un territorio común hablando del tema vasco. Intentaré rsumirlo:
Sánchez Dragó: ¿Como verían ustedes úna eventual vocación independentista en el País Vasco?
Marina: Por su complejidad e historia, sa cuestión compete no solo al pueblo vasco, sino a la totaliodad delos españoles.
Sádaba: De acuerdo.
Sánchez Dragó: ¿Está usted de acuerdo?
Sádaba: Si. Ya me conformaría yo con que el 60% de los españoles, en su conjunto, se inclinaran por aceptar esa independencia.
Marina: Si, algo así debería de ser.
Sádaba: Es que yo creo que se debería nombrar a un Alto Comisario o un Ministro para asuntos del País Vasco.
Marina: Mejor un ministro.
La cita es de memoria, por lo que no respondo de errores en la exactitud, pero doy fe del espíritu del diálogo.
Leo y oigo repetidamente que la Constitución garantiza la unidad, que los referendums son para… y creo que todo eso es ncierto. Todo menos que la Constitución tiene un mecanismo modificadsor y por eso es modificable. Y es deseable que sea modificable es aspectos que vienen suscitando, hace demasiados años, copnflictos que parecen de esencial sentido del ser de la nación y del ser español.
No hay dueños de verdades eternas ni mecanismo eternos en política. Defender lo que nos gusta no es cerrar el sepulcro del Cid a cal y canto, con candados y cadenas, y decir que puesto que aquí hemos llegado, de aquí no se puede pasar. Hagamos un ejercicio de divertimento y pensemos si de aquí 100 años seguirá esta geografía atravesada por la duda del ser o el no ser, y por la apropiación de los símbolos constitucionales con vocación eterna. LO único eterno es la vida en su conjunto, y aún.
Cada vez que un político dice con voz estentórea, España es…, me aterro y cojo un libro para evadirme de la sapiencia de quien, de un lugar o de otro, se apropia de la historia y la hace suya.
Para mi España está bien como está, (bueno, la querría mejor), pero me duele tanto oir a los que pugnan por romper como a los que garantizan la indisoluble unión de los fragmenbtos rotos del jarrón. Pienso en aquellos padres que no cejan de dar instrucciones a sus hijos, aún cuando estos, ya de más de 30 años, ni les oyen.
Antonio Castillo Algarra says
Qué dirías, Quiñonero, en lo cultural, si un semanario (en realidad este es un periódico) no hubiese tenido en cuenta en el 2005, ni poco ni mucho, el Centenario del Quijote; eso ocurrió con la agenda cultural de The Economist, para 2005.
LLevo unos cuantos años leyendo el Economist, sin dejar de asombrarme de su desconocimiento de todo lo español; así como de la superficialidad, y lo infantil del razonamiento tras la mayoría de sus artículos.
Un semanario profético, además: recuerdo, hace más de diez años, al director del Economist, Bill Emmont, en una conferencia en la Complutense, diciendo que la gran amenaza para el futuro eran los chinos. «¿Y los islamistas?», le preguntaron. «No suponen riesgo alguno», contestó, «¿qué daño pueden hacer con sus escasos medios a Occidente?». Esa misma semana, Julián Marías nos decía a sus alumnos que el mayor peligro era la realidad más «otra» de Occidente, los países islámicos. Por cierto, Quiñonero, te recomiendo leer «España inteligible», o la serie de «La España real», de Marías.
En fin… El Economist y su uso de «patológico» es cuanto menos, peculiar. El Economist entero es peculiar, divertido; pero no fiable, ni profundo, ni serio.
JP Quiñonero says
Antonio,
Sobre el Economist tenemos opiniones sencilla y diametralmente opuestas. A mi modo de ver, es el mejor semanario que se hace en Europa. Con mucho. En su terreno: el de la economía, la política y la diplomacia. Se trata de un lugar común entre gente de influencia, diplomáticos, universitarios, etc. La referencia absoluta.
Me agrada que cites a Marías. Fernando García de Cortazar, que me parece un historiador competente, escribe en su Historia de España. De Atapuerca al euro (Ed. Planeta / Booket): “A pesar de los años, no han perdido ni su fuerza interpretativa ni su capacidad de sugerencia las ya clásicas meditaciones sobre España, sus orígenes y civilizaciones, de Rafael Altamira, Américo Castro, Claudio Sánchez Albornoz y Salvador de Madariga, a las que con el paso del tiempo se han incorporado otras: España como preocupación de Dolores Franco, España inteligible de Julián Marías y De la inexistencia de España, de Juan Pedro Quiñonero, donde los testimonios literarios subrayan en cada época la voz de los perdedores, los heterodoxos o los disidentes del poder”. [Altamira, Américo Castro, Sánchez Albornoz, Madariaga… ¡y yo…!!!]. Este es el índice de mi libro, De la inexistencia de España.
Q.-
Antonio Castillo Algarra says
Bueno, Quiñonero, la diferencia entre esos diplomáticos, universitarios, gente de influencia, es que yo me leo la revista, y además lo hago sin vestigio alguno de beatería.
Prometo leerme tu libro si tú te lees el de Marías. ¿Trato hecho?
Cortázar se olvida de Ramón Menéndez Pidal, al que mucho patán querría dejar confinado a la filología. También me parece imprescindible la labor de Antonio Domínguez Ortiz; y la obra entera de Ortega, que desde las Meditaciones del Quijote es puro amor y preocupación por España.
JP Quiñonero says
Antonio,
Entre los millones de lectores del Economist, algunos hay que leemos algo. Hay una brizna de presunción ofensiva en ese tono despectivo.
En el índice de mi libro hay una relación de lecturas indispensables para hablar de estos asuntos.
FGde Cortázar no se olvida de nada: basta con leer su libro para advertir que se trata de una historia de España de obligada referencia, y como tal reconocida por los profesionales del ramo.
Q.
PS. Perdón por el tono un poco «franco». En la jerga diplomática, la «franqueza» habla de algo abrupto, enérgico; si no algo peor. En mi caso, la franqueza solo es franqueza, no exenta de cordialidad y comprensión.
Antonio Castillo Algarra says
Por supuesto, la pulla no iba contra ti; una de las razones para leer tu blog es el servicio que haces al elegir tanto artículo interesante de tanta prensa extranjera; es admirable.
Pero reconozcamos que el Economist ocupa mucha mesa sin que lo abran siquiera; esas personas influyentes… En fin, mejor no sigo. Sirva el contraste que yo hacía entre las simplezas del director del Economist y Marías.
Más en general, Quiñonero, el argumento del reconocimiento público, profesional, gremial… no me dice nada (antes al contrario). El valor de las obras de la cultura no tiene nada que ver con la democracia, ni con el prestigio, ni con nada parecido. El peor favor que se puede hacer a una publicación o a un autor es leerlos con reverencia; yo abro cada libro (incluso cuando releo) de mis autores más estimados diciendo algo así como: «No se te ocurra decepcionarme, que no estoy para tonterías».
Ortega se pasó toda su obra despreciando y combatiendo las diversas beaterías: la de la democracia, la de la cultura…
Un saludo
Luis Rivera says
De todos esos autores que citas, Q… reconozco haberlos leído y a todos con agrado menos a Sánchez Albornoz, que me resulta terriblemente ancestral o primigenio.
Ortega, y coincido en la necesidad de releerle, tiene magníficas páginas sobre España en un sentido de cultural amor o de apreciación de futuro (ver la España Invertebrada), pero adolece de un hecho que resulta preocupante cuando uno se mete en sus memorias (12 tomos, 12; 6 de lo punlicado y 6 de lo sin publicar): adolece a mi entender de una falta de interés por el presente, salvo en sus crónicas o artículos parlamentarios, donde el pasado le puede creo yo que, no por desinterés, sino por cierto elitismo cultural y afinidad germanófila que debían dolerle, pero no lo bastante. Insisto que a mi entender. A mi me llama la atención de Ortega que, cuando más compleja es la realidad europea menos se acerca a ella, viviéndola como la ha vivido. Apenas un temprano artículo del veintitantos sobre el fascismo italiano.
Menendez y de ahí hacia atrás, resultan una vez más primigenios.
Hay algo, que salvo en tu libro, donde realizas una peregrinación por una España total tratando de reconstruirla desde la cultura, para y por la cultura, hay algo digo en todos los demás que me llama la atención y de lo que se habló en este blog hace muy poco. La visión de Espoaña de todos los autores a que se ha hecho referencia, visión fogosa, apasionada, lírica, amante, nostálgica y ensoñadora, es una sola visión de España procedente de un solo concepto de la formación de la realidad estatal, no geográfica. Por eso digo que tu libro difiere y eso se agradece.
Amar a España de la misma manera es probablemente muy sencillo y enfocar los problemas de España, en cuanto al cierre del problema de auto convicción nacional de diversas periferias, como resuelto desde ese concepto primigenio al que me vengo refiriendo, es perder de vista una realidad objetiva y centrarse en una exposición solamente subjetiva, dándola como total y unificadora. Esta España que perdura y cierra filas me gusta cada día menos.
La realidad cultural de la piel del toro debiera ser el mapa sobre el que comprender las líneas de cosido, los límites de las costuras, y la visión global de una totalidad que mal que pese no convence a todos de la misma manera desde hace doscientos años.
Luis Rivera says
Por cierto, además leo The Economist y opino lo que he dicho y afortunadamente para mi propia estima no me considero un patán.
JP Quiñonero says
Antonio, Luis,
¡¿Vaya usted a saber de donde nos viene a los españoles esta manía de interrogarnos por el “ser” de España…?!!!!…
En verdad, lo único que intento, por mi parte, es poner de manifiesto que hay Muchas Manera de ver, sentir y apasionarse por el tema. Ante tal diversidad de opiniones, la única manera que me parece sensata de abordar la cuestión es intentar serenar los ánimos y repetir un mensaje simple: solo escuchando al vecino e intentando comprender sus razones o sinrazones quizá pudiera esperarse un amago de “pacificación”. (¡¡¿¿??!!!)
De niño, vivía en Totana, el pueblo donde nací, en Murcia. Y mi abuela me decía: “Nene, de Lorca, ni el polvo..”. Lorca es el gran pueblo distante a ¡11 kilómetros! ¡Y su familia era lorquina! ¿Qué decir de las diatribas sobre la “propiedad” del agua de los ríos? A las disputas nacionalistas se les puede buscar un origen político y cultural. Pero ¿cómo entender las disputas por la propiedad del agua del Ebro, el Guadalquivir, etc? Los insurrectos del Cantón de Cartagena escribieron a Pi i Margall anunciándole su decisión de romper con España, y, al mismo tiempo, escribieron una carta al presidente de los EE.UU. ¡pidiéndole el ingreso en los USA!!! Hay que remontarse a la Cartagena ¡bizantina! para buscar el origen último del independentismo cartagenero.
En fin, un horror. En el terreno estrictamente cultural, las polémicas entre don Américo y don Claudio, fueron algo épico. Hoy mismo, hablar en Madrid de un libro de poemas escrito en catalán, gallego o euskera, en Madrid, es algo sencillamente poco habitual. El desconocimiento de los murcianos (como yo) de la literatura catalana es sencillamente absoluto. Y el desconocimiento catalán de la nueva poesía o memorialismo andaluz igualmente palmario. ¡Es mucho más moderno y snob descubrir las nuevas literaturas africanas…!
Corto. Me disparo,
Q.-
Luis Rivera says
Q, es que debiera ser motivo de reflexión el que no coincidan las maneras de entender el «ser» de España entre los que «son» españoles.
maty says
Discutir sobre qué es España, ha sido o será es una discusión interminable, de esas que no lleva a puerto.
En cuanto al libro de Quiño «De la inexistencia de España», creo y defiendo que es y será uno de los IMPRESCINDIBLES sobre la cuestión. Discrepo en algunas cosas de maese Quiño, bueno discrepaba (en la bitácora le he interpretado más correctamente), pero es una maravilla. Sobran algunas páginas (meras reproducciones de conferencias), añadidas como relleno, pero el 90% del libro es de lectura obligatoria. Un 90% es muchísimo para mis estándares de exigencia. Si revisara tales páginas ya sería «la leche». Creo que una nueva edición revisada es necesaria.
Por cierto, espero que los traductores al catalán sepan estar a la altura. Mucho me temo que no será así si no se está encima de ellos. No estaría de más que alguien independiente lo revisara antes de la publicación, por si acaso, digo. Todavía hecho chispas al recordar los fallos en «Retrato del artista en el destierro», que eran para «ser fusilados al amanecer» los correctores.
PD: lo reconozco, soy un perfeccionista.
JP Quiñonero says
Luis,
¡Qué envidiable maravilla de precisión…!
Q.-
JP Quiñonero says
Maty,
¡¡En mi libro NO hay Ninguna conferencia…!!!!
Q.-
maty says
Pues lo parecee… Están al final, donde baja un poco la calidad de lo escrito. Ahora echo un vistazo y cuento.
Yo soy de los partidarios de la mejora continua, ea.
maty says
Páginas que flojean entre las 449 del libro
páginas 390-400
Don Juan, Don Juan Carlos, El príncipe Felipe y el rescate de España perdida en España
páginas 424-434
Gaudí, Maragall, Julio González, Gargallo, Carmen Laffón, Chillida y los espíritus de la tierra
Realmente, el último capítulo: XII El arte que vendrá 400-449 es bastante irregular.
390/449 -> 86,8% je, he tenido buen ojo para la estimación.
En ese último capítulo intentas no dejar a nadie fuera, pero pierde cohesión, la prosa… no me convence. Los otros capítulos los encuentro mucho más trabajados, sobre todos los cinco primeros (una maravilla). Es mi impresión.
Joaquín says
JP, hablando de memorialismo andaluz y de nuevas literaturas africanas (sic)… Nuestro amigo el librero y editor sevillano Abelardo Linares acaba de publicar las memorias de Javier Salvago, Memorias de un antihéroe.
JP Quiñonero says
Maty,
Tus impresiones son respetabilísimas, claro. Pero decir que se trata de conferencias se trata de una impresión sencillamente falsa. Por otra parte, la lógica del ascensor oculta lo único esencial: lo que dice o deja de decir este o aquel texto,
Q.-
JP Quiñonero says
Joaquín,
Las memorias de Salvago con una Joya: las tengo a medio leer y me maravilla la elegancia de su estilo noble. Volveremos a ese libro, claro,
Q.-
PS. ¡Se me amontona la faena..!