Felices vacaciones, 50
¿Existe hoy una escuela andaluza de poesía..?
De existir –cuestión a debatir entre especialistas-, entre sus posibles miembros actuales me vienen a la cabeza maestros de distinta sensibilidad. Uno entre bastantes otros, José Mateos.
Intrigado por la insistencia de EM [Importancia del arte de NO leer], me procuré sus libros. Y, efectivamente, Mateos es un poeta que ya hablaba con la voz más alta en su primer libro, Una extraña ciudad (Renacimiento):
NÁUFRAGOS
Repara bien en tí. Con el invierno
apenas ha quedado coñac en la botella
y tienes por tesoro
algunos cigarrillos en tu bolsa
que habrás de compartir con los muchachos.Se ha borrado le camino que conduce,
entre mares inciertos, al hogar,
y hace más de dos años que en la roca
resistes la inclemencia del paisaje.
(Los años que se miden con el humo
y el barco que no advierte tu presencia, los años
te dieron ese aspecto y esa mala costumbre
de hablar poco, de estar triste).Invitan al suicidio los escollos
y te sostiene sólo el desencanto, la obsesiva
rutina de tallar en la madera
el rostro del que fuiste y ya no eres.
En otro libro de Mateos, Canciones (Pre-Textos), he encontrado un tema que me es muy caro, el de la resurrección de Lázaro, que, en definitiva, es el tema central de mi Biografía NO autorizada de CJC, La locura de Lázaro. Mateos trata el tema con elegancia y finura, de este modo:
CANCIÓN 11
(El resucitado)
El muerto estaba dormido.
Vino el alba y cantó un gallo.
Después de un sueño de siglos
se despertó desvelado.De la luz, trae ese abismo
que llega hasta el otro lado,
escuchó lejos un grito:
“Levántate y anda, Lázaro”.¿Volver de nuevo a estar vivo?
¿Gustar de nuevo el amargo
sabor del tiempo, los ritos
en penumbra, los fraseos..?Si es la vida un espejismo
de la muerte o, al contrario,
la muerte el único nido
del que está sólo de paso,él lo supo. Y ese sino
le hizo vivir exiliado
en el silencio, en un sitio
donde es locura el milagro.
Escribiendo la biografía de mi CJC, en el marco de la historia general de Caína, percibo la locura de Lázaro indisociable de la locura de la primavera, el más cruel de los meses, la locura de la resurrección de la vida, floreciendo con infinitos riesgos, tras la noche invernal: Lázaro y la locura de la primavera.
mon cher Q….escuela andaluza de poesía, no sé, pero lo que sí percibimos aquí en Sevilla lo expresó muy bien el poeta Enrique García-Maíquez, co-director de Nadie Parecía: «Frente al ansia mediática que se detecta en los jovenes poetas de otros luares de España, los sevillanos muestran una sana indifeencia por los congresos, los premios y los suplementos literarios. No sos argumetos estilísticos para configurar o caracterizar una poesía -lo sé-, pero son muy agradabes y el lector los agradece». Un fuerte abrazo, JP
Mein lieber EM,
Tomo buena nota de las sabidurías socrático andaluzas. A mandar, oiga,
Q.-
«Aires de Roma andaluza…»
JP, mejor oigamos lo que nuestro admirado RG decía sobre una cierta «madurez andaluza». Noviembre de 1988, MZ recibe el premio Cervantes. El periodista Tulio H. Demicheli recoge en ABC estas declaraciones de su amigo el pintor RG:
«Conocí a María en 1931 o en 192. No puedo precisar ni la fecha ni el momento exacto de nuestro primer encuentro. Quizá porque ella era muy amiga de FS, quien sería mi primera esposa, y de otros buenos amigos míos, María estaba ya presente, como una vieja conocida, en nuestras conversaciones. En fin, si no puedo precisar la escena o el momento, sí puedo decir que su persona completa me produjo una gran impresión. Y es que María era entonces, como ahora, un ser excepcional, uno de esos regalos maravillosos que la vida hace de cuando en cuando, y de los que algunos nos damos cuenta y otros no…María tenía, pese a su juventud, una gran madues, una madurez que se derramaba a su alrededor y que alentaba al ejemplo a todos los que eramos sus amigos. Una madurez de un especial timbre. madurez andaluza, heredada…Andalucía es tierra «vieja». No importa que optras regiones españolas también lo sean, porque hay una vejez que sólo es eso: vejez, y otra que es sabiduría. En Andalucía se acumulan las trazas del tiempo y de la cultura, de lo árabe, de lo romano, y en sus hombres y mujeres ese poso se nota como un rasgo tan vital como profundo, que le es característico. Por desgracia, muchas veces España le ha dado la espalda a lo andaluz, por supuesto más por ignorancia que por sabiduría».
Q, Ayyyyy, Murcia de mi corazón….
EM,
Tienes la virtud de tocar en mis puntos más débiles… Murcia, Ramón Gaya… me gustaría leer ahora algunas cartas de Ramón y María Zambrano, de María y Lezama, de Lezama y JRJ… cartas que no tengo ahora a la mano y me hablan de otros mundos, en el destierro, todos ellos… y aquel árbol de Gaya en la Huerta de la Fuensanta de mi infancia…
Q.-
» la Huerta de la Fuensanta de mi infancia…»
Para JPQ
La Serenissima
26 de maggio de 1958
Queridísimas fratellas:
cuando llego aquí no sé despegarme. No es ya la belleza, que por sabida se calla, de la ciudad, lo que me embruja, sino el ritmo de la vida, el compás que tiene aquí, todavía, la vida. La ausencia de los coches (que son tan igualatorios y tan emborronadores de todo) hace que uno pueda oír ese compás. Yo no pido ya vivir-vivir (pues demasiado sé que para mí eso ha terminado) pero sí pido percibir su música. Y en Venezia se percibe. Se percibe, incluso, a pesar de los turistas, porque os turistas pueden ser, desde luego, muy molestos, pero no son interrupción de la vida, como lo es, en cambio, todo lo mecánico, la moderna hojalatería -a lo Leger- de lo mecánico.
Aquí está Malraux, dos mesas más allá, sin levantar cabeza, enfrascado…¡en un libro de arte!
Ramón