RueMabillon,17octubre2007.FotoJPQ
Cuando despierta el día, me tiro a la calle y camino sin rumbo, en busca de un café, huyendo, intentando escapar del infierno de la “actualidad”.
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El café “limpio y acogedor” del que hablaba Hemingway se ha convertido en una hamburguesería que despide un tufo ácido. Unos amigos catalanes a quienes Carmen llevó al viejo hotel donde Ramón escribió el Libro mudo se despidieron ayer horrorizados del estado de decrepitud pagada a precio de oro. El café de la plaza St. Sulpice que tanto le gustaba a Baroja, Azorín, Pla, CGR, Albert Camus, Olivier Todd, etc., se ha convertido en un lugar de cita para la gente fina del barrio. Me quedan la panadería y el viejo café de la rue Mabillon, vacío, limpio y acogedor. Recuerdo a Robert Doisneau.
- París, Personal y Fotografía en este Infierno.
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