La cover de Time anunciando la defunción de la cultura francesa tiene la virtud de ilustrar a la perfección, involuntariamente, el funcionamiento de las mafias filantrópicas.
Desde hace bastantes décadas, las mafias francesas de distintos ramos culturales intoxican a quienes comercian con tales productos tóxicos con un largo rosario de ideas muertas:
● Modas filosóficas (existencialismos, estructuralismos, “deconstruccionismos” (sic), etc).
● Modas literarias (nueva novela, anuales revelaciones).
● Modas artísticas (epígonos de todas las vanguardias difuntas, financiados con dinero público).
● Modas cinematográficas (pagadas con los impuestos que se cobran en taquilla a las películas producidas en California).
Esas nubes tóxicas se han cobrado incontables víctimas, principalmente francesas:
● Las modas filosóficas hundieron en la oscuridad a los pensadores genuinos.
● Las modas literarias atizaron todo tipo de confusiones, relegando a los grandes maestros vivos y muertos.
● Las modas artísticas destruyeron el gusto y arruinaron la vida de muchos artistas.
● Las modas cinematográficas promovieron una cantidad impresionante de vaciedades.
Sobre los efectos nocivos de tales procesos mafiosos, solo citaré algunos ejemplos más o menos pedagógicos, a mi modo de ver:
● Sartre ocultó a Aron durante muchas décadas. ¿Quién duda hoy del magisterio aroniano..? Todavía hoy, Bernard Henri-Levy es presentado como “pensador” incluso “filósofo” (¡¡¡!!!).
● Alain Robbe-Grillet (solo lo citaré a él) era presentado como una cosa “revolucionaria”. Hoy se vende a un publicitario que escribe novelas “modernas”. Los grandes escritores franceses de ayer y de hoy son Yves Bonnefoy, Julien Graq y Patrick Modiano, sepultados entre cantidades industriales de basura. No citaré al rosario de mediocridades que se traducen ¿por qué?
● Hace veinte o treinta años que Marc Fumaroli y Jean Clair denuncian en vano la destrucción del arte francés a manos de las mafias y burocracias de Estado. Fumaroli ha tenido que esperar una década para que se traduzca uno de sus libros. Clair no es traducido.
● Las mafias cinematográficas siempre ocultaron al más grande de los directores franceses del último medio siglo, Jean-Pierre Melville, admirado por los grandes americanos. Entre los vivos, todavía, la película de Erich Rommer sobre Terror y Revolución [Éric Rhomer, Eisenstein, Renoir, Wajda y la historia cinematográfica del Terror revolucionario] ya tiene por sí sola un puesto importante en la historia del cine y las ideas, de ayer, hoy y mañana.
Time “certifica” la defunción de las ideas muertas que las mafias filantrópicas presentaban como “cultura francesa”: tira contra un ataúd. Había y hay otras culturas francesas, ocultas bajo las cantidades industriales de basura impresa y audiovisual.
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