Nicolas Sarkozy ha conseguido para París una capitalidad euromediterránea a la que pudieron aspirar Madrid y Barcelona, gracias al desastre de la diplomacia gubernamental que culminó en la catastrófica cumbre de Barcelona del mes de noviembre del 2005.
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Felipe González, José María Aznar y Jordi Pujol, en distinta medida, pero con una misma determinación europea y mediterránea, consiguieron para España, Madrid y Barcelona que treinta y tantos años de diálogo euromediterráneo culminasen en el llamado Proceso de Barcelona, que confería al gobierno español un puesto muy significativo en esa relación diplomática multilateral, ofreciendo a Barcelona un puesto propio en la escena diplomática mediterránea.
Así las cosas, la cumbre euromediterránea de Barcelona del 2005 pudo ser y no fue una encrucijada mayor: creando nuevos instrumentos financieros y diplomáticos, asentando los cimientos de una compleja arquitectura diplomática bien necesitada de realismo, ambición, influencia e ideas propias.
La cumbre euromediterránea fracasó por muchas razones (crisis de Oriente Medio, guerra palestino-israelí, guerras civiles palestinas, definición del concepto de terrorismo, etc.). Pero JL Rodríguez Zapatero y su ministro de asuntos exteriores contribuyeron con eficacia a destruir todos los fundamentos de la mermada influencia española: el enfrentamiento con Washington privó a España de apoyos capitales; las condiciones de la retirada de Irak privaron a Madrid de credibilidad e influencia entre los países árabes moderados; el concepto de Alianza de civilizaciones alejó a España de poderosos aliados europeos; el apoyo indiscriminado a algunas familias palestinas y el enfrentamiento con Israel solo acentuó divisiones y arruinó credibilidad; la confusión española en el Magreb atizó nuevas incertidumbres…
Consecuencia última de tales desastres diplomáticos gubernamentales: Nicolas Sarkozy relanzará el diálogo euro mediterráneo en París, repescando para la capital francesa el puesto perdido sin gloria al que pudieron aspirar Madrid y Barcelona.
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