Aprovecho una relativa pausa laboral para tirar papeles, ordenar libros, guardar fotografías, etc. Y encuentro algunas joyas preciosas, como la “prueba fotográfica” del linaje literario del viaje a Egipto de Nicolas Sarkozy y Carla Bruni.
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Marguerie de Saint-Marceau, baronesa de Montagnac, la “verdadera” Madame Verdurin, durante un viaje de recreo, en 1874, en el Nilo.
La tradición del viaje cairota en la literatura inglesa tiene antecedentes capitales (Durrell, Lawrence, etc.). Está mucho menos explorada la tradición del mismo viaje de una cierta burguesía francesa de nuevo cuño y dinero reciente que encarna, como nadie, Mme. Verdurin.
Rastignac es el canon oficial del joven lobo, rapaz, predador, solitario y ambicioso. Los Verdurin proustianos, Monsieur y Madame, son predadores que trepan en familia. Desde el primer encuentro, en Dieppe, del joven Proust con M. de Saint-Marceaux (“un peu épris de Cléo de Merode…” ¡¡!!), hasta la ascensión final de Mme. de Saint-Marceau, a partir de su legendario salón, donde era imprescindible adorar la sonata de Vinteuil, los Verdurin – Saint-Marceau encarnan el triunfo de unos predadores de la más alta escuela. ¿Dónde pasaba Mme. Saint-Marceau / Verdurin algunas vacaciones de invierno? En El Cairo, como Sarkozy. ¿Me atreveré a recordar el puesto libertino de Odette de Crécy en la memoria proustiana? ¿Es comparable esa figura carnal con la de Carla Bruni..?
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