Recuerdo del poeta Ángel González leyendo como despedida un poema de amor.
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Cierro los ojos. Escucho una Sonata de Bach, “para violín solo”.
El poeta Ángel González nos deja y nos recuerda la perennidad de su amor:
CARTA
Amor mío:
el tiempo turbulento pasó por mi corazón igual que, durante una tormenta, un río pasa bajo un puente:
rumoroso, incesante, lleva lejos
hojas y peces muertos,
fragmentos desteñidos del paisaje,
agonizantes restos de la vida.Ahora,
todo ya aguas abajo
luz distinta y silencio,
quedan sólo los ecos de aquel fragor distante,
un aroma impreciso a cortezas podridas,
y tu imagen entera, inconmovible,
tercamente aferrada
como la rama grande
que el viento desgajó de un viejo tronco
a la borrosa orilla de mi vida.(POEMAS AMATORIOS)
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