Si hubiese que creer a Spinoza y los budistas, la frivolidad cruel hacia todas las cosas creadas, comenzando por los animales y las plantas, sería un acto de impiedad criminal.
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El espectáculo de los árboles mutilados, en la gran ciudad, puede tener, por momentos, el desolado aspecto atroz de una carnicería. En las grandes urbes civilizadas, atamos los árboles solitarios al tormento de nuestros caprichos y manías manicomiales, condenándolos a tomar la fibrosa fisonomía atormentada de nuestras pesadillas. [Árboles, esquina St. Germain – St. Michel. 15 ene. 08. Foto JPQ].
Robert says
Cuando hablan de la destrucción, calentandose, secandose, del ecológia del planeta, ¿ quien sería lo más responsable ? ¿ Las fábricas llenas de humo, los malos vehículos, el pavimento caliente en las ciudades, los hombres políticos llenos de aire caliente, o los agricultores modernes que cortan a miles de árboles para levantar la mesa para cultivar a sus cosechas ? ¿ Quien ha deshecho más de árboles ?
JP Quiñonero says
Robert,
NO tengo ni idea.
El hombre es capaz de las cosas más geniales y las cosas más criminales.
Nobody’s perfect,
Q.-
Sergio B Landrove says
Mi yo más popular (Rodrigo O. (a) el Rucho) escribió un romance criticando una tala indiscriminada de chopos con el fin de reformar un parque en mi ciudad (Ponferrada) apenas tuvo eco. Otro romance posterior publicado en los mismos medios (sobre el estúpido tema de la elección de la reina de las fiestas) suscitó cierta micropolémica local con pronunciamientos políticos incluidos que demostraron no haber leído/no saber entender los versos …
Preferimos el artificio a la vida.
(Perdón por la autopromoción pero es que duelen tanto los árboles tronchados sin sentido que creí podían interesarte los ripios)