A nadie se le oculta la importancia de las políticas vasca y catalana para el futuro de España. Sin embargo, a nadie parece interesar un terreno de futuras batallas de fondo, dominadas por el horizonte europeo, ya que el Tratado de Lisboa confiere nuevos poderes a las regiones.
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La Asamblea del Comité de las Regiones de Europa data de 1994: tres cuartos de las legislaciones comunes de la UE tomaron entonces dimensiones locales o regionales. La Comisión y el Consejo están obligados a “consultar” con la Asamblea decisiones que tengan alcance local o regional.
El Tratado de Maastricht enumeró cinco terrenos de acción para la Asamblea: cohesión económica y social, redes infraestructuras transeuropeas, sanidad, educación, cultura. El Tratado de Amsterdam añadió nuevas responsabilidades en materia social, empleo medio ambiente, formación profesional, transportes.
La UE ha iniciado un proceso continental de ratificaciones nacionales del Tratado de Lisboa, que añade nuevas responsabilidades y posibilidades de acción, para gallegos, andaluces, vascos, catalanes, incluso murcianos. Paradójicamente, a nadie parece interesar tal proceso histórico, llamado a modificar de manera significativa las relaciones tradicionales entre las regiones, los Estados y la UE.
● Les collectivités territoriales et le Traité de Lisbonne.
● Europa(s) y UE en este Infierno.
Juan says
Cada vez me siento más perdido en el concepto de Europa, siempre amparados en el cinismo de la «multidiversidad» ¿unímos o separamos?
¿llegaremos a hablar de barrios?…..
¿Tenemos un fin común?…
JP Quiñonero says
Juan,
… hombre, responder a eso llevaría…
Hay Europas con distintas visiones de lo que es Europa, en distintas lenguas.
Hay una UE… que es un aerolito diplomático indefinido pero real, sobre cuyo futuro hay actores capaces de actuar y actores sonámbulos que caminan hacia donde otros los llevan…
NO tenemos un fin común. Tenemos destinos compartidos. NO hay un solo Estado europeo que pueda defender en solitario ni su seguridad, ni su «soberanía» monetaria. Las culturas son cosas que no siempre coinciden con los Estados…
Q.-
Juan says
Será J.P. que yo estoy algo más distanciado del corazón de Europa, y a esta Andalucía profunda en la que yo vivo el día a día, la «sangre» nos llega más «fría», y ya, muchas veces, ni el poderoso euro en el bolsillo nos lo recuerda….
Nos queda el incesante goteo de las «pateras» trayendo a «Eurolandia» nuevos «ciudadanos» con ilusiones renovadas.
GarCelan says
Cuanto más avanza la eurocracia más crece mi euroescepticismo. Bruselas y todos sus apéndices van a asfixiar a las naciones-Estado, alejándose aún más de los ciudadanos. Cada vez comprendo mejor a daneses, británicos, noruegos, etc. No es lo que están construyendo Europa, sino un monstruo que la devorará. Pobre Europa.
JP Quiñonero says
Juan, GarCelan,
… Juan… la mejor forma de ser universal es ser hondamente de su pueblo…
… GarCelan… la verdad es que las Europa(s) siguen sus inciertos rumbos, mientras que la UE NO consigue entusiasmar a nadie… el ocaso europeo viene de lejos y es muy anterior a la UE… la UE es un laberinto complicado… en verdad, la UE no influye de manera determinante ni en la seguridad, ni en la identidad, ni en la demografía, ni en la cultura / incultura de sus miembros… el fantasma de un «Estado» europeo es puro espejismo: el drama de Europa es su inexistencia como actor creíble en la nueva escena mundial… Existen Alemania, Francia, etc… Europa es invisible, inaudible… pero funciona como ilusión atractiva para millones de pobres que sueñan con pan y…
Q.-
Juan says
Los has «clavado» J.P. «Existen Alemania, Francia, etc… Europa es invisible, inaudible… pero funciona como ilusión atractiva para millones de pobres que sueñan con pan y…»
Gracias.
JP Quiñonero says
Juan,
Gracias a ti, claro. El infierno es un «ping pong» a muchas bandas, claro. Buen díaaaaa…
Q.-