“El perfecto reflejo de la memoria doliente del exilio hispánico” [ .. ] “Pesimismo desolador respecto a la incapacidad del Estado para ofrecer una casa común a las distintas culturas que integran lo que llamamos España” [ .. ] “España [ .. ] un proyecto no inacabado, sino nunca bien definido “víctima de una enfermedad del espíritu que la destruyó antes siquiera de poder crecer plenamente”.
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¡Hablan de mi y de mi libro..!
La angustia de España
Ricardo García Cárcel
Hace diez años publicó Juan Pedro Quiñonero un libro en la editorial Tecnos con un título provocador: De la inexistencia de España, que, confieso, cuando lo leí me impactó porque me pareció ver en él el perfecto reflejo de la memoria doliente del exilio hispánico. Me recordaba aquel poema de J. A. Goytisolo: «De todas las historias de la historia / la más triste de todas / es la de España». Quiñonero es el corresponsal de ABC en París. Sus excelentes crónicas nos lo definen como un periodista extraordinariamente culto, lúcido analista de la realidad de la Francia actual, observador implacable de los tiempos de decadencia que viven hoy nuestros vecinos franceses. No sé si es la corresponsalía con la impregnación del legado cultural del exilio republicano, no sé si es la melancolía de un murciano de Totana por la larga ausencia de su tierra, no sé si es simplemente el ejercicio de una inteligencia repleta de referencias culturales españolas henchidas de una conciencia agónica, salpicada de noventa y ochos tristes, lo que le condiciona, pero el libro de Quiñonero me impresionó por su pesimismo desolador respecto a la incapacidad del Estado para ofrecer una casa común a las distintas culturas que integran lo que llamamos España.Diez años después, se edita este libro en catalán en la editorial Moll de Palma de Mallorca, con la adición de un prólogo y un epílogo en los que el autor reitera su discurso ideológico sin cambiar un ápice la clave pesimista del mismo. España como nación para Quiñonero es un proyecto no inacabado, sino nunca bien definido «víctima de una enfermedad del espíritu que la destruyó antes siquiera de poder crecer plenamente».
Vocación saturnal. Una existencia más virtual que real, una vocación saturnal, una identidad hipotecada ahora a la nueva geografía del poder mundial, lastrada siempre por un Estado que más que articular la realidad plural, optó por una apuesta reduccionista que ha traído conflictos cainitas, deserciones morales, desgarros frecuentes en la conciencia nacional. El punto de partida del largo periplo intelectual de Quiñonero es el fin del proyecto cultural alfonsí y la Escuela de Traductores de Toledo, el exilio voluntario de Ibn Arabí, la trágica muerte de los cabalistas y la mística judía, la pléyade de proscritos, en cuyas fuentes beberían después Fray Luis de León o Juan de la Cruz. «Los cimientos de aquella arquitectura desconocida» fueron las jarchas de cuya fuente «beben todos los ríos de la lengua». Los poemas arábigos-andaluces son «semillas de un arte de amar» con sus raíces gnósticas, musulmanas, judías y cristianas cuyo recorrido por la literatura española explora Quiñonero. En el Siglo de Oro empezaría con la picaresca el proceso de «destrucción espiritual de España», la «enfermedad del espíritu» que tuvo muchos testigos: Quevedo, el Don Juan de Tirso, el Segismundo calderoniano, y, naturalmente, Don Quijote.
Culturas diversas. Todo el pensamiento español desde Jovellanos marca la conciencia agónica de una guerra espiritual perdida, de la que se hacen eco Bécquer, Larra, Costa, Azcárate, Rosalía, la Generación del 98, la Generación del 27? De Goya a Picasso, de Velázquez a Falla, de Gaudí a Chillida, Quiñonero ensambla literatura y arte para dar testimonio de la identidad cultural española intrínsecamente mestiza y cuyo único futuro radica en la aceptación de esta realidad plural e híbrida. La alternativa que brinda el autor es salir de la desertización espiritual, desarrollar plenamente las culturas diversas que integran España. Muchos de sus lectores pensarán que Quiñonero es un utópico demasiado impregnado de la memoria doliente de nuestro país que no se da cuenta que tan inherente a la pluralidad hispánica es su propia conciencia masoquista. Otros creerán que la tesis de este libro puede ser instrumentalizada por quienes precisamente no les interesa nada el problema de España. Nadie, en cualquier caso, puede negarle, en definitiva, al autor del libro la capacidad intelectual y la sensibilidad exquisita para metabolizar toda la tradición melancólica española e interrogarse lúcidamente sobre el presente y el futuro de España.
Personalmente, nunca me ha entusiasmado la memoria épica de los héroes ilustres y de las grandes batallas, pero tampoco es de recibo la tesis de la anomalía hispánica, de la excepcionalidad de un país que tiende a mecerse en la nostalgia de la España que no pudo ser. La España que fue, la España real, no solo está tejida con los mimbres del fracaso sino también con los del éxito. La literatura y el arte no son solo testigos de la melancolía histórica sino también de la satisfacción propia. [ABCD Las Artes y Las Letras, 20 marzo 2008. Nº. 842. Ricardo García Cárcel, La angustia de España].
● Altamira, Américo Castro, Sánchez Albornoz, Madariaga… ¡y yo…!!!.
● Baltasar Porcel, Quiñonero contra Caín.
● De la inexistència d’Espanya (2).
PS. Desde hace poco menos de veinte años, ¡cuantos palos, estacazos y ostracismo he recibido por escribir ese libro..! De ahí que mi gratitud hacia Ricardo García Cárcel también tenga un mucho de emoción.
Joaquín II says
Me alegro mucho
Cristóbal says
Leí el artículo de García Cárcel el sábado y estuve a punto – en algún otro tema – de mencionarlo. Mi timidez me lo impidió. Ahora puedo añadir mi felicitación junto con el recado de que he encargado el libro.
C.-
Marie says
No para usted, Mr. Q. vigile las neuronas…
JP Quiñonero says
Joaquín II, Cristóbal, Marie,
… Joaquín,
Graciasssssssss.
… Cristóbal,
Espero que no te disguste demasiado…
… Mme. Marie,
Tan pancho, oiga,
Q.-
Wallenstein77 says
Hola a todos:
Tuve el placer de conocer a Don Ricardo en una conferencia que dio en segundo de carrera aprovechando que estaba en un tribunal de catedral y me emociono la forma de relacionar la persecucion de los moriscos con las excusas y justificaciones de algunos (el jugador montenegrino del Madrid, Mijatovic) para explicar la represion contra los kosovares. Le considero como uno de los autores de referencia en cuanto a la Edad Moderna en España. A esto debemos añadir su oposicion al Nacionalismo, no desde Madrid sino desde la Autonoma de Barcelona.
Me alegro de leer la reseña que hace de tu libro. Espero que a partir de la misma se pueda dar una reedicion en castellano del libro.
Un abrazo.
JP Quiñonero says
Wallenstein,
Un poco al margen de mi libro, Ricardo García Cárcel es una Autoridad en historia contemporánea, ¿cómo dudarlo..? Su comentario me emociona mucho, por esa y otras razones.
Q.-
PS. La edición catalana tiene un prólogo y un epílogo un poco más «políticos» que la edición castellana, de la que, sospecho, todavía quedan ejemplares.
Wallenstein77 says
Quiño una errata. Es especialista en Moderna no en contemporanea, aunque suela dedicarse a asuntos actuales en su columna de ABC. Ahora no caigo si es o no catedratico de Moderna en la UAB. A mi me costo encontrar el libro en castellano por Internet. Lo compre en La Casa del Libro, pero me tardaron bastante en localizarmelo y mandarmelo. Confieso el pecado de no haberlo leido aun.
Un abrazo.
JP Quiñonero says
Wallenstein,
Está muy claro.
Hay lapsus más graves.
Las cosas de la «eternidad» soportan ¡hasta diez años y una traducción..!
Q.-
PS. En Tecnos siempre me dicen que los libreros son «muy suyos». Nobody’s perfect.
Wallenstein77 says
Quiño por eso decia errata que no error.
Un abrazo
miquel says
García Cárcel debería saber que eso de «De todas las historias de la historia / la más triste de todas / es la de España» no es de Goytisolo, sino de Gil de Biedma.
por lo otro, pues, efectivamente, sois los propios españoles, los que quedéis, quienes tendréis que reinventaros, una vez hayáis conseguido que vascos, catalanes, gallegos, etc, por hastío de vuestra incomprensión y soberbia, nos acabemos desgajando. (con todo el cariño para los que, aún hoy, buscan sinceramente formas de entendimiento entre los pueblos de la península). Solo espero que no toméis a Serbia como referente, pero la forma que han tenido PP y PSOE de enfocar el (no) reconocimiento de Kosovo, no me hace ser muy optimista.
JP Quiñonero says
Miquel,
Els heterodoxos,
Q.-
maty says
Miquel, aquí los que realmente no respetan la Constitución Española, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Carta de los ciudadanos de la Unión Europa y las sentencias firmes del Tribunal Supremo son los nacionalistas excluyentes catalanes.
La Voz de Barcelona Saura defiende que se sancione a un mosso por redactar en castellano
miquel says
Maty,
Estáis tan lejos de la Europa plurilingüe; estáis tan lejos de entender que hay que respetar y proteger las culturas y las lenguas minorizadas (por los propios españoles, entre otros) hasta que lleguen a una normalización lo más plena posible en este mundo globalizado. Discursos filonazis como los que yo escucho en Madrid comportarían penas de prisión en Alemania. Aquí, en cambio, lejos de avergonzaros de vuestro pasado fascista («mi padre fue falangista y a mucha honra» que dice el «socialista» Bono) os vanagloriáis de toda la represión franquista contra la minorías nacionales e incluso os atrevéis a hablar de derecho de conquista para legitimar la no devolución de documentos robados. Adelante, pues. En Catalunya no tenemos ningún problema en entender, amar y compartir nuestra cultura con las que van viniendo y así, con este contacto, ir creciendo intelectualmente. Gente como tú, en cambio, demuestra una cerrazón tan absoluta, que da pena. De todas formas, aunque jamás nos entendemos, aquí estamos para el diálogo. Parlant la gent s’entén. Petons/Besos
maty says
De lejos nada, querido, soy catalán de Tarragona. Catalán que no sigue ideología alguna, ciudadano que considera que la persona está ante todo, lo que le lleva a chocar frontalmente con el discurso y la política nacionalista excluyente que se practica desde las instituciones públicas catalanas.
Que yo sepa, en mi familia nadie ha tenido interés alguno en la política. Ni yo mismo, que comencé a escribir al respecto cuando leí el primer borrador del nuevo Estatut. Leerlo y mirar para otro lado me hubiese convertido en cómplice, como tantos alemanes que en su día leyeron el Mein Kampf de Adolf Hitler, salvando las distancias naturalmente.
Yo tengo la conciencia tranquila. Un día, dentro de unos cuantos años, cuando el nacionalismo excluyente vuelva a las catacumbas una vez que la mayoría lo señale como culpable de la negativa situación económicosocial catalana que se avecina, algunos podremos mirar atrás sin miedo.
Algún día llegará en que se encause judicialmente a los políticos que sistemáticamente incumplen las sentencias firmes del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y del Tribunal Supremo. Porque, querido, la Partitocracia actual no perdudará para siempre, pues la existencia de internet y la libertad y facilidad de acceso a la información irá desenmascarando a la casta política, por mucho apoyo que tengan de los cada menos creíbles medios de (in)comunicación tradicionales españoles.
Por cierto, conciudadano catalán ¿qué has hecho tú por Cataluña en internet?
Tarraco Romana, por maty
maty says
Tecnología Obsoleta Sabiduría de mujer en el Siglo de Oro
En «De la inexistencia de España» [Índice] no mencionas a ninguna de esa época (tal vez de pasada a Santa Teresa), creo recordar!!!
Y la única mujer que aparece en el libro de modo preminente es Rosalía de Castro.
Creo que las mujeres asiduas de esta bitácora debieran tirarle de las orejas al maestro.
JP Quiñonero says
Maty,
Madre del señor… como te decía… cada día se aprende algo nuevo. Dicho eso, si miras el libro un poquito más allá del índice, creo que algo encontrarás de Santa Teresa and Co.
Q.-
PS. Quede constancia por tu generosa constancia en mis descarríos, que son muchos.