Madrid, Madrid, Madrid… 12
San Jordi, Día del Libro, La Noche de los libros, etc. “… obras suculentas y recién editadas, imprescindibles para conocer España en los siglos XIX y XX”.
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Uauuuuuuuuuuuuu…
La Vanguardia, 23 abril 2008
Fiesta del libro con cainitas
Baltasar Porcel
Hay que aplaudir la marcha de la industria editorial; otras capotan, como la del ladrillo
Celebraré la fiesta del Libro sugiriendo algunas obras al lector, suculentas y recién editadas, imprescindibles para conocer España en los siglos XIX y XX. Aunque no vayan a figurar entre los best sellers del día, los cuales Dios bendiga en su éxito masivo y comercial. Hay que aplaudir la buena marcha de la industria editorial. Mientras, otras capotan, como la del ladrillo, quiero decir la del barro cocido.Aunque haya lectores para distintos libros y espíritus. Ahí van los míos: Semanario patriótico y El Español, de José Blanco White (editorial Almed); y De la inexistència d´Espanya (Moll), y Una primavera atroz (Espuela de plata), de Juan Pedro Quiñonero. El cual insiste en el adjetivo «cainita» al hablar de este país, y que también podría usar Blanco. Son dos escritores que han pasado la mayor parte de su vida fuera de España, en Inglaterra y Francia, Blanco huyendo y Quiñonero viviendo.
El primero, excelente intelectual marginado, fue cura renegado y tuvo el instinto de largarse a Londres y poder trabajar sin censura. Liberal más que harto del antiguo régimen, estuvo con las independencias americanas. Estos libros muestran su vertiente periodística e ideológica, apasionantes para conocer la plataforma indígena, las Cortes de Cádiz de 1812, que acaso constituya aquí lo único aprovechable del siglo XIX. Poco que ver, pues, con esos fastos oficiales que ahora jolgorean Madrid evocando el Dos de Mayo de 1808, clásico «¡Vivan las caenas!» del nacionalismo español.
Quiñonero es uno de los escritores de más expresivo y ajustado estilo castellano, aunque en este caso su Inexistència nos llegue traducida al catalán. Pero constituyendo igual la indagación ideológica más documentada y crítica que existe sobre el tema. A la par, Primavera se abre y remansa en frondoso relato imaginativo, épico, basado en una ciudad, un mundo, que ha sufrido una guerra civil y chapotea entre la tragedia, la insolidaridad y la farsa. Puede decirse que un libro es filosófico y el otro existencial.
En Francia se quejan a rebato de la falta de consistencia de la enseñanza a causa del déficit de lecturas, como demuestra el informe europeo PISA. Lo cual en España es doblemente grave, pues allí se digiere mucho libro esencial para el asentamiento y marcha de la nación. Cuando aquí tales títulos escasean, lo que motiva tanta baja estofa en nuestra vida política y cultural, en la empresa colectiva.
De ahí la solidez, para el ciudadano consciente, del peso literario y el rigor mental, del discurso analítico y el legado novelístico, de Blanco y Quiñonero.
Las ideas y cuadros motrices los tendremos en serio a partir de lecturas como éstas, no del guirigay partidocrático y mediático. Y citando a Francia, ojo a un nuevo título, de L. Jaume: Tocqueville.O sea, el gran ensayista de la democracia.
● Quiñonero contra Caín.
● La angustia de España.
● Corte de milagros.
● Los heraldos negros, 1 y 2.
Cristóbal says
Q.-:
De la autocita con clase…
He leído esta mañana el artículo. Me ha alegrado mucho la recomendación, que por lo que hace al libro que estoy leyendo en estos días – De la inexistència… – secundo desde mi modestia. Me falta meterme en la obra de Blanco White, asignatura pendiente un tanto sonrojante para un admirador de Juan Goytisolo como soy… Por el momento, aprovecharé un parón estival para, vía Biblioteca Nacional de Catalunya, ponerme al día con Américo Castro.
Saludos y reverencias,
C.-
maty says
A propósito de Sant Jordi, la viñeta de hoy 23 de abril de e-faro.info.
Cristóbal says
Y por cierto, Una primavera atroz, también aparece entre las heterogéneas – y hasta me atrevería a decir que heterodoxas – recomendaciones que con motivo de la efémeride literaria ha tenido a bien confeccionar Fernando Valls.
C.-
JP Quiñonero says
Cristobal, Maty,
… Maty,
Estás en todo…
… Cristobal,
¡Un día es un día..! ¡Viva Cartagena..! Graciasssssss…
Q.-
Manuel Montero says
Felicidades, a ver si me regalan alguno de esos libros (prometo reseña en mi blog). ¿Ha intentado ya escribir en francés? Porque le puedo hacer una reseña bilingüe, con el debido paseo por el blog de Assouline o de Leo Scheer (ya que en mi apreciado Stalker no hay espacio de comentarios) que son dentro de mis limitaciones los únicos (a pesar de ciertos peros en el primer caso) que me vienen a la mente. ¿Qué? ¿Me regalarán uno de los dos?
Joaquín II says
… Y MÁS…
Leo:
¿Qué decir de París? Hay una enciclopedia entera. Hay numeros numerosos París dentro de París y la red del metro de la Historia nos expande y nos congrega por túneles diversos. Sin duda París no es hoy la capital del mundo pero lo ha sido durnte siglos. La lista de corresponsales españoles célebres es extensa y basta con citar a Azorín y a Pla. El ejercito de escritores y artistas españoles en París en innumerable y un mapa lírico, entrañable y delicioso de todos esos movimientos lo ha recogido no hace muchos años Juan Pedro Quiñonero en El misterio de Ítaca»
París, mayo 1968. Crónica de un corresponsal. José Julio Periado
PD: Lamento no haber podido, al final, poder haber ido a la conferencia….
Joaquín II says
Mejor este enlace.
Saludos
JP Quiñonero says
Manuel, Joaquín II,
… Manuel,
Bueno…
… Joaquín II,
Hablé con Perlado la semana pasada: ¡cómo se acuerda de París..! tengo que hacer una cosa sobre la geografía del 68 parisino y también saldrá él, claro… Perlado pertenecía a una especie de corresponsales de lo que ya no… hélas,
Q.-
PS. ¡Estás en todo..!