Anales de Mayo, 5
Con malévola ironía, refiriéndose a la agitada vida sentimental del presidente francés, Daniel Cohn-Bendit resume el balance y la actualidad de Mayo 68 de este modo: “Comparado con Nicolas Sarkozy, el auténtico conservador soy yo”.
[ .. ]
Plaza de la Sorbonne, 25 abril 08. Las imágenes (Marc Riboud) convertidas en espectáculo. Foto JPQ.
POLUCIÓN DE LAS IDEAS MUERTAS
Más allá de la paradoja, la fórmula de Dany, en su libro de referencia absoluta, Forget 68 (L’Aube) también subraya de manera espectacular el acontecimiento mayor de las reflexiones de urgencia y de fondo que suscitan intelectualmente los 40 años de las jornadas parisinas del mes de mayo de 1968, que tuvo muchos frentes internacionales, anteriores y posteriores, en Praga, en Chicago, en Varsovia, en México, incluso en Madrid: en francés, al menos, han desaparecido milagrosamente los millares de títulos que, durante décadas, servían de referencia, asociando el 68 a la “contracultura”, la “revolución”, el marxismo, la “anti psiquiatría”, el “anti humanismo”, la “muerte” de incontables “fantasmas”, sobre el arte, la cultura, Europa, el capitalismo, el liberalismo, etc.
Quedan muchas otras huellas de aquel 68 parisino. En su revisión de las jornadas de Mayo, desde una perspectiva histórica, evocando sin nostalgia el campo de ruinas e ideas muertas que a nadie parecen interesar, intelectualmente, Dany recuerda con precisión entomológica estas razones de fondo:
-En París, Mitterrand y la izquierda socialista y comunista conquistaron el poder y pusieron en práctica una teoría marxista, jacobina, que todo lo confiaba en el control del Estado. Esa idea “revolucionaria” se había hundido ¿para siempre? con Mayo del 68. Hay quienes continúan esperando “tomar el poder” para poner en práctica la “auténtica revolución”. Dany recuerda que Mayo combatía esa visión estatal y marxista de la sociedad.
-Marx, Lenin, Mao, Castro, etc., pudieron tener días de confusa gloria, hace cuarenta años. Dany juzga esa dimensión de Mayo de este modo: “Los marxistas repiten siempre lo mismo, reducido su pensamiento a un determinismo conservador, olvidando que el comunismo no fue un espejismo, si no una locura devastadora”.
MAO, BUSH, LOS FUSILES Y EL ORDEN NUEVO
A corto plazo, continúa Dany, comunistas y gaullistas, el PCF y el general De Gaulle, enterraron Mayo en la tumba de una negociación salarial. A medio y largo plazo, Mayo había enterrado esas dos mordazas tradicionalistas del conservadurismo de Estado francés, a través de un estallido estudiantil cuyas raíces eran menos parisinas que californianas, menos comunistas que anarquistas, menos subversivas que liberales, menos económicas que culturales, menos políticas que anti estatales, menos sindicales que autónomas, sencillamente hostiles al pensamiento conservador de izquierdas y derechas, en oposición al pensamiento libertario – liberal, estableciendo un paralelismo entre quienes imponer por la fuerza armada la paz y las ideas. A su modo de ver, Bush puso en práctica, en Irak, la legendaria tesis de Mao: “La paz está en la punta de un fusil”. Fórmula revolucionaria, para quienes creen posible exportar la paz y la democracia a través de un cuerpo de ejército, en la gran tradición del Ejército Rojo de Trotsky.
Dialogando con Stéphane Paoli y Jean Virad, Dany recuerda que, en verdad, cada cual ha intentado “explicar” Mayo a su manera, cuando, en verdad, las jornadas parisinas fueron una manifestación, entre muchas otras, de una metamorfosis cultural de toda una civilización. Y el griterío estudiantil tuvo cosas “geniales” o “estúpidas” que no expresaban la “dirección” de ningún movimiento, si no que fueron el “altavoz” de hondísimos cambios culturales, cuyos frutos maduros caerían mucho más tarde.
El cambio de mentalidades había comenzado antes, se aceleró entonces y continúa dando frutos de todo tipo de sexos. Foto JPQ.
SEXO, ECOLOGÍA Y DERECHOS HUMANOS
Dany Cohn-Bendit cita, entre otras, tres evoluciones de fondo, que afloraron de manera vertiginosa, en Europa y las Américas, por aquellos años: la nueva e inédita libertad de la mujer, los derechos humanos y la ecología.
A su juicio, Cecilia ex Sarkozy encarna, hoy, la “nueva” mujer, impensable antes del 68, cuando las mujeres francesas necesitaban un permiso escrito de sus esposos para tener una cuenta bancaria. Tras el hundimiento fáustico del comunismo y la URSS, minados por la revuelta de los derechos humanos, Bernard Kouchner, ministro francés de asuntos exteriores, por iniciativa de Nicolas Sarkozy, encarna, por su parte, otra herencia capital del 68: el derecho de ingerencia humanitaria, puesto en práctica por la asociación Médicos Sin Fronteras, teorizado por Jean-François Revel y canonizado por Benedicto XVI. En el terreno ecológico, subraya Cohn-Bendit, Sarkozy puso en marcha, hace meses, “un proceso de transformación muy profundo”, las Conversaciones de Grenelle del Medio Ambiente, donde por vez primera, la negociación de un gran problema social, planetario, es negociado no solo por el Estado, la patronal y los sindicatos, sino por otros representantes de la sociedad civil, reunidos por iniciativa de un ministro de Estado.
Cohn-Bendit no siente ninguna simpatía personal por Nicolas Sarkozy, pero recuerda que, en verdad, en la práctica, el presidente francés quizá sea, a su modo de ver, la encarnación involuntaria, quizá sonámbula, de una “ruptura” que comenzó hace apenas cuarenta años.
Se acabó. Quedó restaurado el orden. «Los muros tienen la palabra«. Escuela de Medicina, 25 abril 08. Foto JPQ
Robert says
A señor Cohn-Bendit diría «Hasta pasado Mayo, no te quites el sayo».
maria dolores de burgos says
Daniel Cohn-Bendit me parece una de las figuras más admirables del siglo XX. Nunca ha renunciado a sus ideales. Como le era imposible hacer la revolución, ahora defiende la causa de los verdes. Eso es coherencia, sí señor.
JP Quiñonero says
María Dolores,
Qué apasionamiento…
Q.-