Contemplo por puro azar una emisión consagrada a las desventuras de Pajares. Y descubro horrorizado como el antiguo hogar familiar se ha convertido en una prioridad mercantil para el tráfico con pornografía, obscenidades y despojos humanos.
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Horas antes, había confirmado en Mataró Park como tal comercio nauseabundo inunda las estanterías donde se venden cantidades masivas (¿?) de “novela” y “literatura”, envueltas con los papeles pintarrajeados que utilizan los industriales del ramo para vender su miseria y cosas sucias
De vuelta a casa, el comercio con las confidencias de Mamá Houellebecq y su hijo me recuerdan los mecanismos apenas más sofisticados de la industria local…
“¿Mi hijo..? ¡Un cabrón con pintas..!”
Lucie Ceccaldi, la madre de Michel Houellebecq, se considera difamada, humillada, traicionada y vejada por un hijo que la ha descrito, con su nombre, en alguno de sus libros, como una señora a la deriva, adepta de una secta partidaria de la libertad sexual “sin ningún freno”.
“Cosas de un cabroncete presumido”, comenta Lucie Ceccaldi, en un libro autobiográfico, L’innocente, en el que cuenta a su manera su historia personal y familiar, diciendo de su hijo: “Con Michel solo hablaré si se presenta ante mi, con su libro, diciendo: soy un embustero, un impostor, un parásito, no he dado un puto golpe en mi vida, solo he hecho el mal a quienes me querían. Pido perdón”.
A sus 83 años, Lucie Ceccaldi se fotografía con el pelo teñido de colores chillones y es presentada por su editor como una “aventurera”. Ella prefiere considerarse como “una pobre víctima, que solo ha recibido palos en la vida”. No oculta una larguísima serie de amantes ocasionales, duraderos, nocturnos, en lugares públicos y privados, en Argelia, Francia, la India, China, el Tibet, La Reunión, etc. Antes de ser abandonado, Houellebecq fue encomendado a dos abuelas sucesivas.
Lucie Ceccaldi insulta con todo tipo de adjetivos coloristas y obscenos a su hijo, acusándolo de mentir incluso sobre su fecha de nacimiento. Houellebecq no ha respondido. Pero su madre desvela con irónica alegría, real o fingida, un largo rosario de mentiras y fabulaciones del escritor.
A juicio de Lucie Ceccaldi, “todo sería aceptable, si hubiese utilizado nombres imaginarios… ¡pero me ha convertido en una puta callejera, un pendejo caprichoso, utilizando mi propio nombre, el nombre de su madre..!”. ¿Por qué razón un hijo “denuncia” a su madre de ese modo”. La madre de Houellebecq tiene una respuesta muy simple: “Por dinero. Michel es un cabroncete, soberbio. Pero le gusta mucho el dinero. Y esas cosas de la sexualidad venden mucho. Y si se humilla a una madre, pues fíjese usted”.
JP,
una petición:
me (¿nos?) gustaría saber más de Houellebecq (entrevistas, un análisis más profundo de su literatura, el encaje en la Hª de la novela -al estilo Kundera-, su contraste con la decadencia de Europa y la banalidad en la que vivimos) más allá de los fuegos artificiales….si crees que da para tanto…y agradecido de antemano. Es cecir: banalidad sobre banalidad ¿es más banalidad? A veces 2 más 2 no suman 4. Independientemente que sea un enfermo mental o un tio-jeta-muy-listo lo retratado no es peor que lo transitado (almas en pena por este desierto que se llamaba europa) sino justamente al revés. Me interesa entre otras cosas la violencia y la banalidad (por separado y en sus diversas configuraciones): supura por todas las páginas y nos revela hacia donde vamos…(o quizás y estemos llegando). La novela al fin y la cabo es esto: desvelar nuevos arquetipos. La novela, sí es novela, siempre es extraña, y profeta: nos enseña los nuevos mundos. En fin no me enrollo más…
una felicitación:
la traducción de La inexisténcia se me antoja sublime, la estoy disfrutando más por le estilo que por el contenido (esto es un doble-piropo, pues la disfruto en ambos polos, pero es que el estilo…).
Un saludo:
posteo poco, pero te sigo, a la sombra, je, je, je
albert
Albert,
De entrada, Gratitudes Mil y pico por lo de la Inexistencia carpetovetónica. La edición catalana casi me gusta más que la española: está muy cuidada. Prólogo y apéndice creo que aporta una dimensión «política» no no me atreví a subrayar en la edición castellana.
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Sobre Houellebecq… NO me parece un escritor importante De Ninguna Manera. Es cierta su sensibilidad para tocar la fibra más inmediata del personal sediendo de emociones fuertes (¿?) y el manoseado zeitgeist. Que eso se Vende Bien es una evidencia. Que los avispados editores trafican con mercancias averiadas también.
Dicho esto, su vocabulario y su frase me parecen pobres: síntoma de una cierta indigencia. Modiano tiene un vocabulario reducido y una frase corta: pero ha creado un mundo propio y toda su obra puede entenderse como una purificación de una cierta historia parisina.
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Q.-
Me produce tristeza pensar en cómo se sentirá Houellebecq ante las declaraciones groseras de su madre. La señora al inicio y al final de su vida, ha sido egoista, en mi opinión.
«su vocabulario y su frase me parecen pobres: síntoma de una cierta indigencia.»
la literatura centro-europea esta llena de ejemplos de austeridad, incluyo también a otro incomprendido: Hemingway (y piensa que adoro el XIX, desde Balzac/Zola hasta Dsot/Tolstoi pasando por Woolf/Lawrence D. -XX). No me malinterpretes, no pongo a H. a la altura (¿o no? por suerte no soy crítico literario) de los anteriores (y no quiero agotar tu paciencia ni siquiera provocar, noooooo voy por ahí)..
BUT
más allá de un Código-da-Vinci-tomatero creo que refleja lo que somos hoy: unos enfermos mentales (y no me lo invento, la OMS en sus previsiones/forecast para el presente siglo así lo corroboran: la depresión nº1). Habrá que navegar en la sordidez y brutalidad de la mente humana ¿no? para ¿comprender?¿entender?¿sanar?¿revelar?¿anticipar? Auschwitz e Imre Kertész (otro de mis prefes hablando de centro-europeos) apuntan en la misma dirección: Buchhenwald quizás no fuese una excepción (y ya sabes que se pueden nombrar a una retahíla de filósofos…), no quiero decir la norma, claro que yo, pero si la expresión de cierta mediocridad-moderna más allá del mal y esas cosas…
Estamos en plena decadencia de nuestra civilización. Y después de Roma ¿mil años de edad media? ¿Una edad media moderna? No lo sé pero si uno quiere hablar del mundo de hoy H. marca la dirección (aunque más que des-velar conscientemente quizás exprese sub-conscientemente).
Vivimos en un mundo de plástico, ok. La literatura es pues…de plástico…la hedor de H. al menos es orgánica.
Pero me puedo equivocar. Claro.
Sorry por los errores tipográf., escribo in a hurry, ya ves. Lo otro no tiene solución…
Magda,
ya, ya pero sobre el tema..what????
di algo más mi-niña….
Albert,
Bueno… así, a vuela pluma… un buen escritor sugiere muchas cosas con un vocabulario simple y una retórica eficaz. Para mi gusto, MO se sirve de la “provocación” (sexual, religiosa, etc.) sugiriendo mucho menos de lo que sus palabras afirman con gratuidad un poco infantil (“pipí”, “culo”, “caca”, “negros”, “moros”) es ahí donde yo percibo una importante pobreza estética.
Qué esa pobreza sea un reflejo de la crisis global de los valores europeos… bueno… en ese terreno, incluso la publicidad o los programas de tv son un reflejo espectacular de la Miseria ambiente. Los programas de tv consagrados a Pajares me parece un reflejo pavoroso de la indigencia moral que propagan los medios de incomunicación e incultura, en cantidades masivas y nocivas para la salud moral de la ciudadanía.
Que las industrias de la incultura y la incomunicación crezcan negociando con despojos humanos no significa que tal comercio tenga ningún significado particular: significa que gente miserable vive y se enriquece comerciando con la miseria humana. Eso es lo que Mamá Houellebecq dice que hace su hijo: ganar mucho dinero “retratando” a su madre de putilla que va y viene de catre en catre. Qué esa sea la triste vida del niño y la mamá Houellebecq no significa nada sobre la “mente humana”: solo significa el estado de la mente de esos dos personajes.
Ganar dinero contando tal tipo de miserias tampoco dice gran cosa ni sobre la literatura ni sobre nuestra civilización. Dice lo que dice: que puede ganarse mucho dinero traficando con este tipo de miserias.
La desinformación cultural y la “crítica literaria”, en ese marco, quedan degradadas el nivel de comparsas de los traficantes con despojos humanos, que no es otro el negocio de buena parte de la prensa de miserables despojos humanos. Despojos humanos me parece algo más exacto que el eufemismo de “prensa del corazón”.
¡Perdón por ponerme tan grave..!
Q.-
Habla de basura, en España crece y crece…
Barrapunto Actrices porno: la categoría más visitada en la Wikipedia en español
Quiño, es lo que hay. Y cada año peor, por la ausencia de valores y principios sólidos.
Hablando de principios, el otro día ví la película de Costa-Gavras:
filmaffinity Amén (2002). Película muy actual, tal es la vileza humana y la indiferencia reinante ante el sufrimiento ajeno.
Maty,
La cosa audiovisual y la prensa basura son síntomas alarmantes, me temo, en efecto.
Q.-
JP,
como siempre, muy amable,
merci
al
Albert,
El gusto es mío, claro…
Q.-