Ningún acontecimiento religioso, y quizá solo un impensable acontecimiento militar –que no soy capaz de imaginar– suscitarían el paroxismo del España 1 – Alemania 0.
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«¡Yo soy: español, español, español!,¡Yo soy: español, español, español!. ¡Yo soy: español, español…!» [ .. ] «Instalada entre las grandes» [ .. ] «El himno de España en tu móvil«, ABC.
«España conquista Europa» [ .. ] «La gloria para el mejor» [ .. ] «España se vuelve loca«, El País.
«Amos de Europa» [ .. ] «España se hace eterna en Viena» [ .. ] «De los insultos al éxtasis«, La Vanguardia.
No hay que ser un lince en hermenéutica futbolística para advertir los matices ¡mucho más que meramente patrióticos..! ya que las palabras rozan una mística (sin Dios: «La adoración de la nada es el Infierno«, decía Thomas Merton, Ecología del espíritu: recursos para acelerar la desertización moral de un pueblo), las ¿raíces? ¿semillas? de una «casa del ser» (Heidegger, sobre la palabra), incluso los fundamentos (¿psicológicos? ¿culturales?) de una «casa común» (¿de qué naturaleza? ¿moral? ¿histórica..?)
Sería trágico pensar que pasiones individuales y colectivas tan aparentemente poderosas se desvanecen de la noche a la mañana (¿cediendo al peso fatal de otras realidades, como las hipotecas o el precio de la gasolina, sin olvidar otras pasiones no menos patrióticas?), víctima la ensordecedora algarabía audiovisual de la profecía shakesperiana sobre la historia, el ruido y la furia de un cuento contado por un idiota y que nada significa.
La pelota rebotando en nuestra caja de neuronas…¿neuronas? dos o tres, las suficientes para impulsarla de nuevo…
España y sus ansias de «tapar» las enormes miserias…
Recién descubierto tu blog -de lo cual me congratulo- peco de perezoso y en lugar de saludarte con un comentario inédito, copio otro quee sta misma mañana escribí en otro blog, al hilo de lo coincidente.
No sé si hago bien, ya digo, pero como primera aportación a tu blog, espero que te sirva.
El comentario decía así:
«Esta entrada me incita a complicarme la vida y a ser tan políticamente incorrecto, como lo sería aquel que dijera que en estas últimas semanas de locura colectiva, estoy hasta las narices de ver reivindicaciones patrióticas exageradas y apromiamientos indecorosos de símbolos que más que aunan, dividen y distancian.
(…) En resumen: ni España es más España desde hoy; ni los españoles somos más patriotas desde hoy (lo es quien quiere serlo, y punto) ni el precio de la gasolina bajará esta tarde.
Sólo es fútbol…. ¡bendito y dichoso deporte!».
Un saludo.
Juan, Raúl,
… Juan,
Yo lo veo un poco más complicado. Todo eso es de imposible orquestación, digo yo; aunque no hace falta ser un lince, en efecto, para percibir el efecto pan y circo, claro.
… Raúl,
Pues vaya usted a saber,
Q.-
En este paroxismo del que hablas tiene mucha responsabilidad la tremenda campaña publicitaria que ha llevado a cabo Cuatro, bombardeando durante días con imágenes de los futbolistas convertidos en héroes digitales, repitiendo hasta el hartazgo la famosa consigna («Podemos») y dedicando espacios diarios a darle vueltas y vueltas a la Eurocopa. Por otra parte, no parece casualidad que esta locura haya acontecido en plena crisis económica. En circunstancias tales las energías negativas que se acumulan se vuelven, con facilidad pasmosa, en alienación ante el espectáculo. Es la misma alienación que, por otras razones, llevaba a muchos españoles del tardofranquismo a consagrar el 1 de mayo al fútbol. Saludos.
e-faro.info España, campeona de la eurocopa [viñeta] 😛
Antonio,
Bueno… la publicidad juega un papel decisivo, claro; pero la publicidad echa sus raíces en algo mucho más hondo y oscuro…
Q.-