RA, Suzy Parkery Robin Tattersall, 1956. © 2008 The Richard Avedon Foundation .
La importancia legendaria del glamour, la publicidad y la fotografía de moda en la obra de Richard Avedon (1923 – 2004) han eclipsado parcialmente lo esencial de su legado, de una pureza diamantina, oculto a flor de piel, valga la paradoja, en el fabuloso arco iris del resto de sus íntimas pasiones, que son muchas y capitales en la evolución del arte de la fotografía.
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Las iniciativas de Marta Gili, como directora del Jeu de Paume, y de Christian Lacroix y los organizadores de las Rencontres d’Arles, permiten descubrir, en Europa, quizá por vez primera, la totalidad de una obra, entre 1946 y 2004, con una rarísima e indispensable primicia: la serie In Memory of the Late Mr. and Mrs. Comfort: A Fable, publicada originalmente en el New Yorker, en 1995.
En verdad, los trabajos de Avedon como fotógrafo de moda, alta costura y publicidad solo cobran su puesto propio en la historia de su arte como parte integrante de una obra que tiene muchas otros rostros.
Antes y después del fotógrafo de moda, alta costura y publicidad, con su puesto propio en la historia de tales disciplinas, entre los más grandes, Avedon es muchos otros fotógrafos: un retratista único (retratista de cadáveres en la morgue militar, retratista de celebridades, desconocidos, vagabundos celestes), un cronista de íntimas tragedias (la agonía paterna, las víctimas y los héroes de Vietnam o Irak), un cronista de históricas metamorfosis (los EE.UU. de los años 60 y 80, la caída del Muro de Berlín), un artista que reflexiona sin piedad sobre la caída del arte y su arte en el infierno de las naderías desalmadas, rostros contemporáneos del Infierno y la Muerte.
ANNABELLE LEE
El fotógrafo de moda, alta costura y publicidad ya fue inmortalizado con distancia e ironía por el dúo Stanley Donen / Fred Astaire (asesorados por el propio Avedon) en una película legendaria, Funny Face (1957). Aquel retrato rosa bombón de un maestro de la gracia aérea y estelar tenía un encanto cierto, pero ocultaba una realidad infinitamente más rica: el artista supremo de la gracia irónica y el glamour también era capaz de realizar el retrato más fino y cruel que se ha hecho nunca de Coco Chanel; y sus modelos de elegancia femenina (Suzy Parker, Dorian Leigh, Elise Daniela, Dovima…) eran una búsqueda calladamente desesperada de la belleza grácil de su hermana, internada en un manicomio, “víctima de su belleza”, diría Avedon, una heroína maldita, a la manera de la Annabelle Lee de Poe.
El Avedon fotógrafo de moda, alta costura y publicidad tuvo como maestros a Martin Munkácsi (“Harper’s Bazaar era mi ventana al mundo. Y Munkácsi mi vista panorámica…”, diría Avedon) y Alexey Brodovitch (maestro de Irving Penn, igualmente). Ellos, entre otros, iniciaron la metamorfosis de la fotografía de moda y publicidad. Ambos dieron a Avedon el impulso primero y decisivo: invitándolo a descubrir nuevos mundos, que estaban en su cámara, aunque él todavía no lo supiese. Y muchas de las imágenes de tan gloriosa faceta son hoy iconos universales, como Dovima y los elefantes (1955) o Suzy Parker y Robin Tattersall (1956), corriendo con patines en una Plaza de la Concorde de sueño lírico.
RA, Sandra Bennett ,1980. © 2008 The Richard Avedon Foundation.
Sin embargo, basta con recordar muchas de las imágenes de Obervations (1959, texto de Truman Capote), Nothing Personal (1964, texto de James Baldwin), Alice in Wonderland: the Forming of a Company and the Making of a Play (1973, texto de Doon Arbus), Portraits (1976, introducción de Harold Rosenberg) y Avedon: Photographs, 1947 – 1977 (1978, texto de Harold Brodkey) para subrayar de manera definitiva que la más íntima y genuina obra de Avedon se estaba haciendo más allá de las disciplinas que le dieron dinero, gloria e influencia.
Avedon, por ejemplo, tardó siete largas semanas en poder realizar una de las fotos capitales sobre la intervención norteamericana en Vietnam: su retrato de grupo del Misión Council, en Saigon, del que Hannah Arendt hizo la crítica más fiel y sucita: “Un retrato perfecto de la banalidad del mal”. In the American West, 1979 – 1984 (1985), Evidence 1944 – 1994 (1994), Portraits (2002, prefacio de Philippe de Montebello), entre otras colecciones de imágenes, ilustran un horizonte majestuoso, a partir de unas variaciones de una luminosa simplicidad: el retrato íntimo.
Rompiendo con numerosa tradiciones, Avedon impuso una disciplina de hierro en la historia del retrato fotográfico: luz cenital, fondo blanco… que comenzó utilizando con Rolleiflex para culminar con las grandes cámaras de 20 x 25 y trípode. Avedon realizó varios millares de retratos, entre los que hay un número impresionante de obras maestras absolutas (Marilyn, John Ford, Stravinsky, Capote, Jean Renoir, etc.). El gran arte de Avedon es tirar con la misma luz, el mismo fondo, la(s) misma(s) cámara(s), para conseguir retratos siempre únicos y distintos.
LA MODA, ROSTRO CONTEMPORÁNEO DE LA MUERTE
Avedon fotografía con le mismo respeto, la misma técnica y el mismo escenario (fondo blanco: ausencia de escenario… la piel, el rostro, la figura humana, son espejos del alma, almas atormentadas, las más de las veces) a los grandes de este mundo (el general Eisenhower, en su momento de gloria: un hombre gris) y a los vagabundos celestes (una niña embarazada a los doce años: su figura ilumina con patetismo hondísimas metamorfosis sociales y culturales). Con frecuencia, esos vagabundos, obreros y soldados poseen la gracia que no tienen las celebridades. “Tráteme con cariño”, le dijo Kissinger a Avedon, consciente de los riesgos mortales de la fotografía intimista.
La serie de la agonía de su padre, Jacob Israel, presentada con gran escándalo en el MoMa neoyorquino en 1974, recuerda las lecciones de anatomía del arte clásico. Entomólogo del alma humana, Avedon fue un analista emérito del Caballero polaco de Rembrandt. El Avedon de la serie In Memory of the Late Mr. and Mrs. Comfort: A Fable, en color, obra de la madurez última, dialoga a su manera con Thomas Merton y Baudelaire. La suya es una reflexión única en su género: una ilustración implacable de la caída del arte fotográfico en el infierno de las naderías desalmadas, rostros contemporáneos del Infierno y la Muerte. ABC, Avedon, un maestro absoluto.
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RICHARD AVEDON, FOTOGRAFÍAS 1946 – 2004. Jeu de Paume, París. 1 julio 28 septiembre 2008.
In Memory of the Late Mr .and Mrs. Comfort: A Fable. © 2008 The Richard Avedon Foundation.
In Memory of the Late Mr .and Mrs. Comfort: A Fable. © 2008 The Richard Avedon Foundation.
● Fotografía en este Infierno.
Mercè says
Bien !!!!
Angel Duarte says
Tráteme con cariño… que acojonaditos nos quedamos todos ante la posibilidad de que nos retraten el alma.
Me sumo a Mercè en los plácemes.
Â-.
JP Quiñonero says
Àngel,
Anda, anda… El viejo Kissinger sabía / sabe mucho mucho, incluso mucho más allá de sus sabidurías universitarias, etc.,
Q.-
maty says
Mis ojos ven… Richard Avedon – Grandes Fotógrafos – Great Photographers
JP Quiñonero says
Maty,
Estás en todo…
Q.-