Niágara,2000.299.7×431.8cm.
La primera exposición y show de un artista vivo, Jeff Koons, en el Palacio de Versalles, la más suntuosa de las residencias históricas de los reyes de Francia, ha precipitado una hondísima controversia artística, cultural, política y económica.
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Controversia artística. Aceptado el principio del posible y quizá deseable “diálogo” entre el gran arte clásico francés y el gran arte de nuestro tiempo, Jeff Koons es percibido por una parte importante de la crítica como un arquetipo del artista del gusto más equívoco, kitsch, genial en el gran arte de comerciar con sus creaciones, pero sujeto a “controversia” sobre la verdadera naturaleza “artística”, “decorativa” o “basura maquillada” de una cantidad apreciable de sus obras.
Controversia política. El gran “patrón” de Versalles, hoy, es Jean-Jacques Aillagon, que fue ministro de cultura de Jacques Chirac, antes de convertirse en asalariado de un millonario célebre, François Pinault, que también tiene como asalariada, a su servicio, a la comisaria de la exposición, Elena Geuna. La utilización de un establecimiento público, monumento emblemático del patrimonio histórico, para “promover” la obra y colección personal de un coleccionista millonario es percibida con “inquietud”.
Controversia económica. Seis de las diecisiete grandes esculturas de Koons presentes en Versalles pertenecen a la colección personal del mismo François Pinault, cuyo patrimonio personal se cotizará forzosamente a la alza tras su paso por uno de los momentos históricos más visitados del mundo (5.5 millones por año), con el consiguiente rosario de publicidad indirecta. No es un secreto que las grandes exposiciones son una fabulosa catapulta promocional para la promoción financiera de obras privadas.
EL ARTE DE LA CÓPULA COMERCIAL
“Este show plantea serias y graves cuestiones polémicas”, afirma Le Monde en primera página. Con amarga ironía, Edouard de Royère, presidente de la Fundación del patrimonio nacional, agrega: “A partir de ahora, será muy fácil imaginarse a la Cicciolina, desnuda y pintarrajeada, metida en la cama de Luis XIV”.
En verdad, Cicciolina ya ha entrado de manera espectacular en el Palacio de Versalles, por la puerta grande del porno soft. Antigua esposa efímera de Jeff Koons, ha sido inmortalizada en numerosas “instalaciones” y “esculturas humanas”, copulando con su esposo y muñecos de plástico, animales, juguetes eróticos y jóvenes de la más variada condición.
Edouard de Royère teme que la arquitectura y el arte noble, que Versalles y sus jardines encarnan para la más alta tradición francesa, hayan sufrido un “ataque inquietante”, ya que, en este caso, “el arte contemporáneo viene a sembrar la distracción y la destrucción en un conjunto armonioso y perfecto”.
Jeff Koons aporta al “arte contemporáneo” la producción industrial de muñecos de plástico y vidrio, flores y animales artificiales, muñecos de fibras metálicas, “instalaciones” de seres humanos que son “copias perfectas” de seres humanos “auténticos”, seres de ilusión y pesadilla que vienen de las grandes factorías de Cinelandia y Hollywood, y el artista toca con su maquillaje propio para venderlos a precios siempre más altos, contando con la complicidad de gestores, managers y expertos en marketing publicitario.
Una de las obras más famosas de Jeff Koons, Split Rocker, fue presentada en la exposición La belleza, en Avignon, el año 2000, siendo ministro de cultura Jean-Jacques Aillagon. Pocos años más tarde, esa obra fue comprada por François Pinault, asesorado por el mismo Aillagon, que hoy, presidente de la Fundación Versailles, vuelve a exponerla en el antiguo palacio real, prestada por su antiguo patrón. En apenas ocho años, la misma escultura ha cobrado un valor financiero siempre creciente, gracias, entre otras cosas, al margen del talento del artista, a la generosa colaboración de los gestores culturales que valoran el patrimonio de un coleccionista privado exponiéndolo en uno de los más grandes monumentos históricos de nuestra civilización.
HangingHeart(Red/Gold),1994-2006.269.2×215.9×101.6 cm. 5 “únicas versions” (Red/Gold, Magenta/Gold, Silver/Blue, Violet/Gold, Gold/Red).
- Arte en este Infierno.
Jose Luis González says
Por sus comentarios, De Rouyère merece sobradamente su partícula. ¡Es todo un aristócrata! ¡Me encanta este hombre!
¡¡¡¡¡Edouard de Royère teme que la arquitectura y el arte noble, que Versalles y sus jardines encarnan para la más alta tradición francesa, hayan sufrido un “ataque inquietante”, ya que, en este caso, “el arte contemporáneo viene a sembrar la distracción y la destrucción en un conjunto armonioso y perfecto”.!!!!!
JP Quiñonero says
Jose Luis,
Hombre… aristócratas, aristócratas… los hay inteligentes, tabernarios y salsa ketchup, entre otras especies, no siempre en vías de desaparición,
Q.-
Jose Luis González says
Es que los aristócratas tabernarios y salsa ketchup, a pesar de sus ancestros, no lo son, Quiñonero. Yo creo que la aristocracia es el resultado de unir la elegancia personal, en un sentido sobre todo moral, y la nobleza de estirpe. Lo otro son señoritos, chupópteros, playboys, vividores, cortijeros…en fin, como tú dices, hay multitud de sub-especies.
JP Quiñonero says
Jose Luis,
Bueno, bueno…
Q.-
Daniel says
Reunión de corderos…ovejas muertas.