Varios Estados europeos temen la importación a sus suburbios de la campaña de Gaza, y, mucho más allá de la guerra en curso, la propagación accidental de nuevos focos de tensión entre comunidades enfrentadas religiosa y culturalmente.
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Durante la última guerra del Líbano (2006), en París proliferaron muchas pintadas que aullaban “¡Más Líbanos, aquí y ahora…!”. Tras el lanzamiento de la campaña de Gaza, varias sinagogas han sido atacadas con cócteles Molotov, en Francia y Suecia. Días antes del estallido de la crisis, fueron profanadas numerosas tumbas musulmanas de antiguos soldados árabes, enrolados con la bandera de Francia, durante la primera y segunda guerra mundial. París, Estocolmo, La Haya, Copenhague, han tomado medidas policiales para proteger centros de culto e instituciones judías.
Las comunidades judías y musulmanas tienen en varios países europeos (Francia, Alemania, Reino Unido) una importancia política, social y cultural nada desdeñable. Y las tensiones a flor de piel se transforman con relativa frecuencia en ataques de anti semitismo o islamofobia. La extrema derecha francesa (Le Pen) utiliza contra Israel la misma retórica de cierta izquierda española. El European Jewish Congress (EJC) anuncia manifestaciones de apoyo a Israel, para intentar salir al paso de las manifestaciones anti Israel que se han sucedido en varios Estados europeos.
La policía de París ha desplegado fuerzas antidisturbios en varias arterias comerciales, procediendo a “redadas preventivas” contra adolescentes de los suburbios (masivamente negros y musulmanes), a quienes se prestaba la intención de provocar disturbios. La policía de Londres se ha visto forzada a tomar medidas especiales, para intentar tranquilizar a los habitantes de Golders Green, un barrio judío del norte de la capital británica.
Las capitales europeas no son Beirut. Y los suburbios de las grandes metrópolis europeas no son Gaza. Pero las llamaradas audiovisuales atizan inquietantes tensiones étnicas y religiosas que la crisis económica hace más crueles e imprevisibles.
París, rue d’Aubervilliers, 23 julio 2005. Foto JPQ.
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pues yo opino que esta super mal
hacer guerras en esta crisis economica
porque es cuando deberiamos estar unidos