Moscú tiene una concepción tan aleatoria del derecho internacional, los derechos humanos, el asesinato de periodistas y el comercio energético que bien recuerda la bizantina fragilidad de Europa.
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Desde hace años, la UE no ha conseguido normalizar sus relaciones institucionales con Rusia, víctima de una inquietante tela de araña de problemas de fondo: que no han frenado el bonapartismo militar más agresivo, en Georgia, ni el corte de suministros de gas, durante dos semanas, el pasado mes de enero.
Los Estados europeos se refugian en su respeto de acuerdos y tratados. Moscú interpreta las mismas normas de comportamiento policial, militar, jurídico, desde una óptica lesiva, desafiante y peligrosa para los principios y valores donde se fundan las instituciones europeas.
Cuando José Manuel Barroso, presidente de la Comisión, se atreve a subrayar la “inquietud” europea por el acoso, persecución y asesinato de periodistas y defensores de los derechos del hombre, en Rusia, Vladimir Putin compara tal realidad ensangrentada con la “violación de los derechos de los inmigrantes” en “algunos” países europeos, utilizando tal “paralelismo” en forma de chantaje expreso.
Cuando la Comisión intenta negociar fórmulas que pudieran “evitar” nuevos cortes de los suministros energéticos rusos, el presidente Medvedev se refugia en la posible “reflexión” en un nuevo “marco jurídico” que confiere a Moscú una libertad de acción absoluta, atando a Europa a unas concepciones jurídicas que Rusia interpreta con cinismo.
Allí donde es bien visible el comportamiento criminal de las más inquietantes mafias, al servicio de los más oscuros intereses, Putin establece un “paralelismo” con los derechos bien vigentes en Europa. Allí donde es palmaria la fragilidad energética europea, los dirigentes rusos se reservan un “derecho” al chantaje y la indiferencia jurídica más absoluta, ante la inquieta gesticulación de unos Estados europeos divididos e incoherentes en la defensa de sus más elementales intereses estratégicos.
J. Moreno says
Cierto todo lo que dices, ahora bién, ¿quizás es que no tiene Europa muy tranquila su conciencia?
Buenos días. Hoy brilla un sol espléndido por el Baix llobregat.
JP Quiñonero says
J.Moreno,
En París, frío y grises…
… sobre Rusia… hombre, no veo a los europeos arreglando un problema fronterizo enviando un cuerpo de ejército, para poner orden. Por otra parte, los europeos no tienen energía que controlar con un grifo y un parque de artillería nuclear.
En otro plano… los Estados no tienen conciencia: son monstruos fríos, cínicos. El derecho sirve -cuando sirve- para intentar frenar esa condición desalmada de los Estados.
¡Perdón por el tonoooooooo…!!!
Q.-
Luis Rivera says
Si Stalin hizo suyo en nombre del comunismo soviético el sueño ruso de un imperio con un pie en Europa, acogiéndose a la idea del internacionalismo proletario como nueva concepción del no-estado, ¿no será que los nuevos dirigentes rusos han hecho suyo ese sueño, despojado ahora de aquel comunismo que mamaron?