Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia, España, todas las grandes naciones de la vieja Europa conocieron y conocen los estragos institucionales que amenazan la vida cívica de Israel: pero ninguna ha sido capaz de prestar la comprensión y apoyo imprescindibles para evitar la tragedia en curso.
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Históricamente, la inestabilidad política es una de las tragedias íntimas de Israel, víctima de su modelo electoral (proporcional) y su fragmentación política: no es fácil gobernar un Estado de 7 millones de habitantes (2005) en cuyo parlamento cohabitan una decena de familias políticas, donde los partidos “mayoritarios” están obligados a componer con cuatro partidos religiosos.
Haaretz comentaba ayer, en Jerusalén, que “la democracia de Israel está batiendo diariamente nuevas cotas de degradación” [Keep Lieberman out of the government], víctimas los grandes partidos (Likud, Kadima, Laborista) de su incapacidad de crear grandes coaliciones, condenados al chantaje de los minúsculos partidos étnicos, ultra religiosos.
A lo largo del siglo XX, las grandes democracias europeas sufrieron, han sufrido y quizá sufran, por momentos, de la misma enfermedad institucional: un modelo electoral que impide formar con facilidad grandes mayorías, imprescindibles para tomar decisiones graves o muy graves, precipitando una inestabilidad gangrenosa para la vida cívica.
En el caso de Israel, tal inestabilidad está agravada por una demografía muy desfavorable para los israelitas judíos, cuando la población árabe israelita continúa creciendo, inexorablemente, y las amenazas exteriores (Irán y los grupúsculos islamistas) provocan en la población civil la inquietud angustiada que bien reflejan las últimas elecciones.
Con una experiencia histórica excepcional y unos intereses indisociables de la seguridad última de Israel, Europa sigue siendo incapaz de prestar comprensión y ayuda, más urgentes que nunca. Los EE.UU. -la segunda patria de Benjamín Netanyahu- poseen los argumentos supremos de la persuasión (¿?) por la fuerza. Pero desconocen la gangrena institucional que tantos dramas precipitaron en la historia de Europa y hoy amenaza a Israel.
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En términos prácticos, el resultado de las últimas elecciones y la previsible inestabilidad de futuro gobierno de Israel entierran sin piedad la vaga esperanza en la única solución vagamente realista, para mi sensibilidad, de dos Estados, israelita y palestino: The end of the two-state solution, Arab News, 11 febrero 09. Arab News, 21 febrero 09, Darkening clouds over Middle East.
Background: Two-state solution.
- Israel y Oriente Medio en este Infierno.
LePoint,19febrero09. El nuevo Parlamento de Israel.
Un apunte un poco desviado del tema principal. En EE.UU., donde no hay riesgo de chantaje por partidos minoritarios y donde el Partido Democrata tiene el dominio en el Ejecutivo y Legislativo, estando la situacion como esta, los dos unicos partidos no han sido capaces de ponerse de acuerdo «para tomar decisiones graves o muy graves». Si, la decision se ha tomado por las bravas (con la ayuda de 3 RINOs), pero ahora hay una parte muy grande del poder politico que dice que a ellos no les miren si falla. No se, a los expertos en politica les parecera normal. A mi, ciudadano raso, me parece una pena. Casi preferiria que el sistema funcionara como el europeo y que los dos partidos se hubieran visto obligados a formar una Gran Coalicion. No estamos para paridas partidistas.
Jordi,
Los fallos relativos del modelo electoral / institucional de los USA son francamente llevaderos: la sociedad y los partidos tienen Muuuchas cosas capitales en común.
Las «disfunciones» del modelo electoral / institucional de Israel son una catástrofe de alcance planetario… ese polvorín puede precipitar catástrofes Todavía Más INmensas…
Q.-
Quinyo, nada mas lejos de mi animo que defender el jaleo israeli. Mi comparacion iba mas dirigida al sistema europeo (de ahi la referencia a que me estaba desviando) y a que, a pesar de los pesares, en el tan llevaderamente imperefecto sistema USA tampoco son capaces de tomar decisiones sin caer en tacticas partidistas.
Jordi,
Perdóname.
Si… los USA tampoco son capaces de influir decisivamente. Pero hicieron avanzar el proyecto Two-state solution… que sigue siendo el proyecto que más cerca ha estado de algo parecido a un lejano acuerdo. Los europeos ni siquiera llegan a ser interlocutores aceptados completamente. Pero bueno…
Q.-
Demasiada gente que lo intenta para tan poca influencia…
Ta la cosa mu mala! Pero, dada la impotencia de nuestras humildes posiciones de outsiders, me parece que no me queda mas remedio que ahogar las penas en un Jumilla, acompanyadas de unas tapas espanyolas made in Bay Area.
Que pases buen domingo!
(por supuesto, no veo que deberia perdonar…)