Marché d’Aligre. Militante NPA, 15 febrero 09. Foto JPQ.
-¿No le interesa afiliarse al NPA?
-…
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“YO NO SOY UN LE PEN DE IZQUIERDAS”
“Yo no soy un Le Pen de extrema izquierda. Yo soy un militante revolucionario, consagrado a la destrucción pacífica del capitalismo. Se equivocan quienes dicen que soy el mejor aliado objetivo de Nicolas Sarkozy. La izquierda liberal se pierde sola cuando sigue el camino de la derecha…”
Olivier Besancenot (Levallois-Pérret, 1974), hijo de profesores, licenciado en historia, cartero profesional (a tiempo parcial), se ha convertido con ese lenguaje en el fantasma que inquieta al PS, la estrella emergente de los programas de variedades con “vocación social” y un “cliente” muy atractivo para todos los programas de polémica política audiovisual.
“El Nouveau Parti Anticapitaliste (NPA) que hemos fundado no pactará nunca con el gran capital. Nosotros pedimos una subida masiva del salario mínimo, inmediata; la construcción masiva de pisos para los pobres; el abandono inmediato de la energía nuclear…” repite Besancenot en radio y tv, recordando el principio fundacional del NPA recién fundado, con 9.000 militantes: “Nosotros tenemos una orientación revolucionaria. Contra la crisis global del capitalismo no caben paños calientes. Hay que fundar otro Estado, controlado por los trabajadores”.
Con ese discurso, Besancenot consiguió 1 millón 200.000 votos (4.25 %) en las presidenciales que dieron la victoria Nicolas Sarkozy (2007), para convertirse con relativa rapidez en un personaje más o menos carismático.
IZQUIERDAS DIFUNTAS
Sus padres eras profesores (física y psicología). Y él comenzó licenciándose en historia. Para convertirse muy pronto en responsable de la comunicación de Alain Krivine, secretario general de la difunta Liga Comunista Revolucionaria (LCR), durante sus años de euro diputado. Víctima la familia trostkista de tres o cuatro escisiones, Krivine decidió pasar el testigo a su adjunto. Besancenot abandonó su carrera de burócrata trostkista, encontró a la mujer de su vida y se consagró a la política revolucionaria, sin abandonar su trabajo de cartero en la rica ciudad de Neuilly, donde se gana la vida laboriosamente (unos 1.000 euros mensuales), trabajando media jornada de lunes a viernes.
Ante la sopa de letras de tres o cuatro partidos trostkistas, el dúo Krivine / Besancenot tuvo la idea genial: enterrar la LCR y crear un nuevo partido, el NPA, cuyo política reposa esencialmente en la imagen y retórica de Besancenot: el primer líder de extrema izquierda que pasa regularmente en todas las grandes emisiones de variedades, aportando una nota de color, entonando, llegando el caso, standards clásicos del folklore y la lucha de clases.
Besancenot maquilla la reciedumbre de su discurso político con un look moderno, juvenil: pelo corto, muy bien cortado; camisetas blancas sin cuello ni mangas; vaqueros muy limpios; ademanes líricos… “Yo no quiero saber nada de las difuntas burocracias comunistas. Yo defiendo el socialismo ecológico, feminista, anti globalización, anticapitalista. Estoy con los jóvenes, con los huelguistas que nos dan ejemplo de lo que hay que hacer para acabar con el Estado capitalista”.
SARKOZY, ENCANTADO
La crisis en curso, a juicio de Besancenot, anuncia el fin de los partidos de izquierda tradicionales (PS y PCF). Y él es el único político profesional que está en todas las manifestaciones de protesta, estudiantiles, de profesores, de franceses de ultramar. Su imagen de joven serio, grave, una brizna retórico, pasa bien en los telediarios, a los que aporta una imagen menos convenida que los dinosaurios socialistas, comunistas y conservadores.
Su compañera y madre de su hijo aporta al nuevo líder carismático la imprescindible cobertura “comunicacional”. Ella, Stéphanie Chevrier, es directora literaria en una editorial importante (Flammarion). Se trata de una ayuda preciosa: en menos de dos años se han publicado media docena de libros consagrados a su hombre y sus ideas, con el consiguiente rosario de entrevistas, ocupando el terreno informativo y político, para terror del PS y el PCF.
Hay quienes piensan que la ascensión de Olivier Besancenot es pan bendito para Nicolas Sarkozy. De hecho, el presidente de la República, también lo piensa, y le habría comentado a François Hollande, ex primer secretario del PS, ex de Ségolène Royale: “Durante veinte años, la derecha sufrió de la existencia envenenada de la extrema derecha de Jean-Marie Le Pen. Eso se acabó. Ahora os toca a vosotros sufrir los estragos de Olivier Besancenot”.
- Francia en este Infierno.
Joaquín II says
Interesante. Pero de todas maneras, para mi gusto, sigue manteniendo ciertos «tics» totalitarios. Si no, no se entiende la «peregrimación» que realizó hace poco a Cuba.
De todas maneras lo seguiré con atención.
Saludos
maty says
Irish Times Up to 120,000 people march in national protest Martin Wall
Según la Wikipedia ES, Irlanda tenía en el 2007 4.062.235 Hab. En España ya somos 47 millones, así que si multiplicásemos x12 obtendríamos el equivalente españols de más de 2 millones.
En España es sólo cuestión de unos cuantos meses más. Como los sindicatos están tan subvencionados y anteponen intereses partidistas (sobre todo UGT), otros sindicatos minoritarios tal vez sean los protagonistas.
Una de las reformas a hacer es reducir drásticamente el dinero que reciben las organizaciones sindicales y empresariales, y algunas otras, limitando el número de liberados.
JP Quiñonero says
Joaquín II, Maty,
… Joaquín II,
En verdad, OB también simpatiza con… Hugo Chávez…
… Maty,
¿¿????…
Q.-
maty says
Al igual que la partitocracia se ha ido anquilosando, también otras organizaciones, dejando de representar al ciudadano y a sus intereses.
Vamos a vivir tiempos muy revueltos. Lo bueno de ello es que tendrás mucho material sobre el que reportar al diario.
Angel Duarte says
Es importante, para el equilibrio ecológico del sistema, que haya todo tipo de especies, animales y vegetales. Lo cual no quita que un cardo borriquero siempre sea un cardo borriquero. Y, recuerdo, querido Q., que la también denominada alcahofilla es muy apreciada por sus hojas tiernas, antes de madurar las espinas. Cuando eso pasa, y resulta inevitable, más vale cogerla con pinzas.
Abrazo primaveral
JP Quiñonero says
Maty… ayayay…
Pero Àngel… un Maestro como tú…
Q.-
PS. Deslumbrado estoy con el republicanismo carpetovetónico.
Nina says
Las alcachofas no tienen espinas… pero cuando su corazón deja salir sus barbas, si a eso nos referimos, con extraerlas basta para que las alcachofas sigan siendo buenas y, en particular, buenas acompañantes. ¿Tiene esto traducción política? Tal vez sí. Traducción política, digo, no perdonavidas…
Angel Duarte says
¡Alcachofillas y alcachofas! Estamos hablando de dos cosas bien distintas. La cynara humilis, a la que se desarrolla, pincha… y mucho. Como el trotskismo.
Nina says
Perdón, Àngel… Y con todo, no sé: todo pincha, ¿no?
Angel Duarte says
Cierto, Nina, todo pincha.
A ver, lo que quería decir es que los movimientos y los ideales nacidos de la mejor de las predisposiciones para con la humanidad -o para con la nación, o para con la clase,…- acaban haciendo sangrar. ¿Habrá que ir probando? Es posible; pero parece más sensato hacerlo en el terreno de la prueba/error, de un cierto posibilismo. ¿Un nuevo anticapitalismo? Miau!!!
Abrazo vespertino