GranClintWastwood.
¿Cómo vivir y morir con gracia y en gracia, en una sociedad sin moral ni principios, donde la familia es un campo de ruinas, el Estado no es capaz de asegurar la cohesión social, y en las ciudades crecen los espacios desérticos, habitados por alimañas, imponiendo su Ley de la Selva…?
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Ese es el tema central de El Gran Torino, la última película de Clint Eastwood, síntesis ¿provisional? de todos los temas de toda su obra, como actor y director.
Tras la falsa apariencia de una “ruptura” entre el Clint Eastwood de Harry el Sucio y el Clint Eastwood de Cartas de Iwo Jima, El Gran Torino ilumina con una fuerza excepcional la luminosa continuidad de su obra, siguiendo la pista de las mismas cuestiones esenciales: íntimos dilemas del hombre solo, sin familia (víctima del hundimiento de todos los valores), sin Estado (corrompido, ineficaz, corruptor, desalmado), sin Ley (víctimas todas las leyes de la corrupción moral y el hundimiento de todos los valores)…
Ese héroe solitario -que siempre es el mismo Clint Eastwood, condistintas máscaras, apenas- preserva, en algún lugar de su alma atormentada, el recuerdo precioso, como un talismán, de unos valores que, en otro tiempo, aseguraban los cimientos de la arquitectura espiritual de un alma, incluso de algunos pueblos. De ahí la universalidad épica de El Gran Torino y la obra toda de su autor: nos habla del arte de vivir y morir con gracia y en gracia, compartiendo el pan y las palabras con otros hombres condenados a vivir en el mismo desarraigo.
- El arte de vivir y morir como hombres.
- Volverás a Iwo Jima, pero nunca llegarás a nada.
- Clint Eastwood, en Iwo Jima, contra la guerra de Irak.
- Clint Eastwood y la educación de la juventud.
- Clint Eastwood y nuestra(s) crisis.
- Cine en este Infierno.
El compromiso moral, personal e intransferible, por decencia y por amor, y hasta las últimas consecuencias. El último héroe, el que se plantea dilemas morales y decide, en función de ellos, su actuación. El tiempo de la narración, sosegado, clásico, no es baladí, ante tanto montaje sincopado, epiléptico, de pura acción sin reflexión.
Magnífica película, la vi ayer, con toda la familia, con mi hijo de catorce años con los ojos como platos.
Lola,
Si. Es una lección moral hondísima. Motivo de esperanza, para mí. Mi hijo menor, PJ (14 años), la ha visto dos veces, por su cuenta,
Q.-
El Confidencial Clint Eastwood rodará con Matt Damon su próximo film ‘Hereafter’ en París
Queremos afotos y una entrevista «de verdad».
Nosotros la vimos recientemente. No pude evitar que el personaje de Eastwood me recordara en ciertos momentos al de Million Dollar Baby… hasta que llegue al final, que me parecio una mezcla pavorosa de inteligencia y de tragedia sobrecogedora, cosas que nunca hubiera pensado que fueran tan miscibles. Me dio una razon mas para respetar y escuchar muy mucho a mis mayores.
PD: si, lo se, Quinyo: lo que hemos tardado en verla! Pero ya sabes, las cosas buenas no se tienen que hacer con prisa. Y si uno ya casi no va al cine por culpa de Netflix, pues aun menos.
Jordi,
«Nunca es tarde si la dica es buena…» Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii… «Pavorosa inteligencia y tragedia sobrecogedora«: me apunto a eso,
Q.-