Caelanoche sobre el Puente de Tolbiac, 8 de marzo 09. Foto JPQ.
Vuelvo una y otra vez a los mismos lugares, persiguiendo a los mismos fantasmas, las mismas sombras, rostros inconfesables de mí mismo.
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VILLON, CELINE, PREVERT
Niebla en el puente de Tolbiac (Libros del Asteroide), de Léo Malet, traducida por Luisa Feliu, es un libro mítico, cuya leyenda dorada forma parte capital de las metamorfosis del francés, en París, una de las joyas más bellas del patriarca de la novela policíaca francesa, cuyo héroe, Nestor Burma, solo es comparable con el Philip Marlowe de Chandler y el comisario de Maigret de Simenon.
Cantante de cabaret, vendedor de periódicos, anarquista simpatizante de la “acción directa”, agitador trostkista, poeta surrealista, humorista, erotómano, autor de un centenar largo de novelas policíacas “populares” (con media docena de pseudónimos), autor de panfletos pacifistas de purísima violencia verbal, Léo Malet ocupa un puesto muy singular en la historia literaria de Francia.
Su lenguaje, de rarísima pureza popular, tan semejante al de Jacques Prevert -tan próximos el uno y el otro-, marca un punto álgido en la evolución del argot parisino de los años 20 al 50 del siglo pasado. Solo Celine escribió un francés popular más rico, en la magna tradición de François Villon.
LOS NUEVOS MISTERIOS DE PARÍS
Su obra literaria comienza con varios libros de poemas surrealistas, donde se confunden diversas tradiciones subterráneas: el lenguaje popular de los humoristas – cantantes / chansonniers ultra mordaces de un Montmartre difunto, el lenguaje ácido de la prensa underground de entreguerras (folletinesca, libertaria), el lenguaje de la calle que los surrealistas adoraron, mina de insondables misterios verbales.
Su obra novelesca comienza como ganapán de un hombre joven que vive el destierro de los prófugos, los desertores, los apátridas, herederos de una tradición inmortalizada por Baroja, en lengua castellana. Ese primer Léo Malet escribió muy pronto una pequeña obra maestra, 120 rue de Gare (1943), que lo consagrará inmediatamente como padre del personaje de Nestor Burma, protagonista de la más imprescindible serie de novelas escritas sobre los bajos fondos del París de la segunda mitad del siglo XX, cuya oficina, Fiat Lux, será el corazón de la legendaria serie Nouveaux mystères de Paris, entre los que destacan los consagrados a cada uno de los veinte distritos / arrondissements de Paris.
SURREALISMO Y MITOS POPULARES
Niebla en el puente de Tolbiac es la novela que corresponde al XIII distrito / arrondissement. Un distrito importante en la memoria literaria de París, a través de esa y otras novelas, sin olvidar el puesto que esa geografía tiene en la obra parisina de don Pio Baroja. Varios personajes de Léo Malet y varios personajes barojianos se cruzan por las mismas calles, persiguiendo los mismos fantasmas. Solo recordaré la memoria de los últimos caídos de la Comuna, cuyos herederos últimos, en La Butte aux Cailles, rescataron buena parte de la obra novelesca y surrealista de Malet, justamente.
Emanuel Michelle ha estudiado la transición del Léo Malet poeta surrealista al autor de Niebla en el puente de Tolbiac, en una obra de referencia, From Surrealism to Less-Exquisite Cadavers: Leo Malet and the Evolution of the French Roman Noir. Francis Lacassin ha recordado el puesto mayor de la obra novelesca de Malet en la historia de las mitologías populares del siglo XX, acrecentado por una docena de películas y varias series de tv, revisadas sin cesar desde hace veintitantos años.
DESÉRTICOS TERRITORIOS POBLADOS DE ALIMAÑAS
En ese marco, Niebla en el puente de Tolbiac ocupa un puesto muy especial. Quizá sea la novela más autobiográfica de su autor. Nestor Burma vuelve a la geografía iniciática de Léo Malet. El hogar vegetariano de la novela nos habla del nido de anarquistas revolucionarios que frecuentó el joven Léo huido a París desde su Montpellier natal, en busca de la gloria, la revolución, errabundo por los cafés libertarios donde debería debutar cantando provocaciones insoportables. La gitana del relato nos habla de los desesperados amores del hombre que veía en el erotismo el refugio último de resistencia contra el Estado. “Suicidémonos haciendo el amor, querida”, llega a decir un alter ego de Léo Malet.
La lengua de esa novela (tesoro de un argot parisino que preserva el misterio de otros mundos perdidos) es el hogar último y la patria amenazada de unos desterrados que contemplan como crecen, en la periferia de París, desérticos territorios poblados de alimañas y humanoides que copulan con ovejas, y pegan fuego a comercios, automóviles, inmuebles y autobuses con ancianas inválidas dentro… “tierra sin alma, campo de trabajo maldito” (Celine dixit). Profecía literaria de palmaria actualidad social, cultural y política. Baste recordar los pavorosos incendios del invierno del 2005.
- Dark Lady.
- Última cena.
- París, Fotografía, Libros, Personajes y Crítica literaria en este Infierno.
Doslugaresesencialesdelageografía mítica de Léo Malet. Bul.Vincent Auriol, 11 febrero 09. Y escaleras Puente Tolbiac / rue Chevaleret, 8 marzo 09. Fotos JPQ.
MMarie says
Mundos por descub rir, para mi, Mr Q.
JP Quiñonero says
Mme Marie,
Hace años, décadas, siglos, que vuelvo a los mismos lugares, persiguiendo… lo que quizá yo arrastre conmigo,
Q.-
Angel Duarte says
Perdona por el cambio de tercio, o no tanto… Antes de ayer, creo, leí en las páginas de cultura de un periódico español que acaba de aparecer una biografía de Drieu. ¿Para cuándo un post, Q.? La querencia por el lado oscuro me llevó, hace unos años, a leer su Journal 1939-194(?)… Se quedó en mi despacho de Gerona. A menudo, lo echo en falta.
¿Has estado en ese lugar? ¿No te apetecería volver, en caso afirmativo, para gozo de los visitantes habituales de este tenebroso infierno?
Abrazo
Juan Luis says
Muy interesante el artículo sobre este desconocido (para mí) Malet, que intentaré leer. Saludos.
JP Quiñonero says
Àngel, Juan Luis,
… Àngel,
Qué decir..? La crítica francesa ha puesto bastante bien esa biografía. No la he leído. He andado con el maestro Steiner y con otra biografía de Ramón Fernández… escrita por su hijo, un libro monumental y apasionante, del que no sé si hablaré. Drieu..? Un señor con mucho talento, cosa que puede ser fatal cuando se comenten descarrío que el personal no está dispuesto a perdonar. Ya en este plano, me apresuro a recomendar Muuuyyyyy calurosamente, las reedición de los libros de Manuel Chaves Nobales. Su viaje a Rusia es una maravilla. Su biografía de Belmonte… Palabras Muy Mayores… de lectura imprescindible para el personal que se interese por lo taurino.
Saludos a todo tipo de àngeles y ángeles…
… Juan Luis,
Oye, gracias; a ver si te gusta.
Q.-
vender pisos says
No sabes cuanto me gusta pasarme por tu blog es un descanzo, y ver esas hermosos rincones de Paris me reconfortan! saludos.
Ramón Machón says
Después de tanto vender pizos, claro que debe ser un descanzo ver estos rincones de París. Se entiende ferpectamente, oui.
José Julio Perlado says
Juan Pedro,
he estado por Pamplona y Bilbao estos días hablando de mayo del 68 y en Pamplona te hemos recordado con afecto evocando alguna de tus visitas allí. Para mí ha sido un honor hablar de tí y de nuestra amistad en la Red, la convivencia de lugares culturales, de paisajes parisinos, de encuadres fotográficos, de libros y autores en rincones de la ciudad, como éste de Léo Malet que tan bien describes hoy.
Un abrazo, como siempre. Hoy desde Gógol. http://misiglo.wordpress.com/2009/04/01/gogol-y-san-petersburgo/.
maty says
La Guardia Civil pamplonica aún sigue buscándole por aquella noche loca… [sucedido explicado en «Retratos del artista en el destierro [PDF]«]
Aunque cueste creerlo, Juan Pedro Quiñonero fue joven un tiempo 😛
JP Quiñonero says
José Julio, Maty,
… José Julio,
Hombre, el honor es mío. Además, también yo guardo buen recuerdo de mi modesto paso por aquellas tierras. Y, es cierto, además, que cuando tú hablas de Gógol y San Petesburgo yo pienso en las almas muertas cuya evocación me asalta con tanta frecuencia. Abrazos…
… Maty,
¡¡!!!… ¿¡no querrás decir que no soy joven!!!??????… Supongo que la Benemérita sigue buscándonos -a mí y a algunos otros colegas- con un entusiasmo y perseverancia que espero me permita volver disfrazado de intrépido reporter Tribulete,
Q.-
maty says
@Ramón Machón y allegados
Lecturalia Kundera cumple 80 años
Nota: vergüenza me daría tener tan desatendida una bitácora. Y encima vienes a esta casa a comentar… con el infame Internet Explorer.
Ramón Machón says
No, Maty, que ese comentario de arriba lo hice desde otro ordenador que no era el mío habitual. Es que no pude resistirme hasta llegar a casa, cuando leí el comentario del vendepisos y eché un ojo a la web escondida tras su nombre.
Y sí, tienes razón respecto a mi blog. Yo mismo tengo miedo de entrar, por no ver mis palabras polvorientas y legañosas. No consigo encontrar la manera de hacer compatible un blog con la poesía. Voy tanteando, pero nada. Un desastre.
Ramón Machón says
Kundera escondido en París, sí, claro. Yo en su lugar tampoco tendría muchos motivos para volver a Praga. Aquí en general no se le quiere, como en el fondo tampoco el checo medio ama a Kafka precisamente, por muchas camisetas y ceniceros y otras fruslerías para turistas beodos que vendan con su rostro. A Kundera todavía no lo han profanado hasta ese extremo, pero ya verás, en cuanto se muera (espero que tarde) aparecerán vendedores de calzoncillos, llaveros o pisapapeles con su nombre y su imagen. Asi se llega hoy en día a la eternidad.
passy says
Siento la deriva, pero leo la nota de Ramón y aprovecho.
Ramón: dale una vuelta al blog, hombre. Un poeta y corresponsal en Praga es un lujo del que no podemos prescindir así como así.
Saludos,
JP Quiñonero says
Al pairo de lo que Miguel le sugiere a Ramón, la palabra «corresponsal» me recuerda que los blogs también son estrellas solitarias que, andando el tiempo, quizá pudieran convertirse en constelaciones o archipiélagos de sensibilidades, mal que bien unidas a través de la geografía de las corrientes más o menos comunes… qué cosa tan pedante me ha salido, hélas,
Q.-
maty says
Juan Pedro, José Julio, Luis, Àngel, Gregorio y demás abueletes asiduos de UTI, si tenéis nostalgia de la tecnología que tal vez os acompañaba en vuestra pasada juventud:
The Dark Roasted Blend The Cutting Edge of Retro Tech
Ramón Machón says
Miguel, Juan Pedro, Maty…
Con perdón, Maty, vuelvo al infame Internet Explorer…
No sé dónde leía que los blogs no se apagan nunca, que son como carbones que permanecen encendidos, o algo así. Me gusta esa imagen de las brasas que parecen apagadas bajo una capa de ceniza suave, pero queman cuando uno acerca el dedo.
Aunque claro, sería pretencioso pensar que alguien se va a quemar leyendo mis poemas, desterrados en el ciberespacio…
Saludos a todos.
maty says
Oiga usté, si adecentases la bitácora y la hicieses más legible (ese fondo amarillo no ayuda) e incorporases funcionalidades útiles atraerías a más lectores. En cualquier caso, tienes razón, pues creo recordar que en España sólo hay 10.000 consumidores de poesía (me incluyo).
Prometo leer tus poemas: Ramón Machón: Mis poemas
Hablando de poesía…
Lecturalia Día Internacional del Libro Infantil 2009
Ramón Machón says
Ya me gustaría conservar la inocencia de una Gloria Fuertes y escribir de patas patosas y cerditos guarreando.
Un día de estos me pongo y entro a saco en el blog con la fregona y el plumero. Ciertamente tienes razón, Maty.
Perdona Juan Pedro, creo que de Léo Malet nos hemos pasado a otros menesteres un tanto ajenos.
Miguel, lo de corresponsal de momento nadie me lo ha ofrecido. Aceptaría gustoso esa ocupación, con tal de alejarme por unos años del trabajo oficinesco…
JP Quiñonero says
Ramón,
Anímate, hombre… escribir un blog, como escribir en Madrid, es llorar en un Infierno, en una Tierra Baldía. Sin embargo, tiene una ventaja… te ofrece una libertad excepcional, y, mal que bien, construye un mundo, una obra en marcha, que va más allá del papel impreso.
Q.-
PS. «Quien no tiene fe no ve a Dios«. Temo encontrarme entre los agnósticos en estos terrenos internéticos (sic). Pero un gentleman solo defiende causas perdidas. B. dixit.